La violencia

El momento actual es de cambio y por eso se están dando tantas situaciones de violencia, la cual es nacida del miedo;  mientras no se entienda que todos somos Uno, continuará la lucha por el poder. La violencia nace del miedo, que a su vez da lugar al ego. Al creernos solos y separados del Universo y de Dios tenemos miedo, por lo que desarrollamos una serie de comportamientos tendientes a cubrirlo, los cuales conforman el ego. El deseo de sobresalir sobre los demás, la necesidad de ser aceptados y reconocidos, nos hace sentir más seguros; las posesiones materiales nos dan una transitoria satisfacción, pues una vez obtenidas, aparece el deseo de tener más y la búsqueda del control que lleva al poder es lo más irresistible para el ser humano que cree obtener seguridad con ello. El ego y sus exigencias generan violencia cuando se ve contrariado en sus deseos.

Actualmente las conductas de la humanidad están polarizadas, los que buscan la luz cada vez lo hacen más intensamente, mientras que los que están en la oscuridad se hunden más profundamente en ella, debido a que la vibración de la Tierra se incrementa y con ella la de sus habitantes. Esto dará lugar al cambio de dimensión que se está preparando, en el que quienes no logren elevar su vibración no podrán seguir en este planeta, es decir, no podrán reencarnar más en él.

Los que están inmersos en el ego que únicamente busca el poder, su actitud ante la vida es de manipulación y violencia para infundir miedo y así controlar a la humanidad. Desde los videojuegos, las películas, las series de TV, las lecturas, las noticias, incrementan la violencia a todos los niveles: entre los niños, los jóvenes y aún las guerras están atizadas por todo esto.

Una de las razones de la violencia que impera en el mundo es el resultado del ego ambicioso de la humanidad. Al nunca encontrar saciedad en las posesiones materiales ni en el poder, se busca la plenitud tratando de obtener más y más dinero, más y más poder, sin nunca encontrar la plena satisfacción porque lo que en realidad busca el alma del ser encarnado es ilimitado, es la unión con el Todo del que se cree separado. La insatisfacción y el vacío existencial que experimenta el ser humano, lo empujan a buscar obtener lo que desea empleando la violencia, si es necesario. También, cuando no se es feliz, la felicidad ajena no se soporta y es cuando el salvajismo y la crueldad aparecen en el comportamiento humano.

Necesita el ser humano entender que mientras busque la plenitud de su ser en el materialismo y el poder sobre los demás, nunca lo obtendrá. Es en la unión con el Todo a través del amor cuando encontrará la satisfacción y la felicidad. El amor  es unión, mientras que el poder separa, lo que produce una profunda desdicha.

El bagaje cultural machista de la humanidad en el que el hombre se impone sobre la mujer mediante la fuerza física y la agrede cuando no se pliega a su voluntad,  es el responsable de tantas atrocidades que se cometen. Otra vez aquí aparece el ego controlador. También las frustraciones que algunos individuos experimentan las desahogan agrediendo a quien pueden y muchas veces a su propia familia.

El fanatismo, ya sea religioso, ideológico o de cualquier índole, es otra fuente de violencia, el fanatismo que tiene como origen el ego y el miedo que es uno de los componentes de este último. Cuando el fanático tiene una creencia que considera como la única verdad, se apega a ella porque le da seguridad. Aparece después el deseo de imponerla a los demás con el objetivo de obtener el control, lo que en muchas ocasiones se hace contra la voluntad de éstos y de manera cruel y violenta.

El espíritu competitivo incrementa el ego y la competencia a todos los niveles, mientras provoca la satisfacción del ganador, es causa de infortunio del perdedor. La competencia en muchas ocasiones es despiadada, promueve la violencia y la injusticia con el fin de lograr la superioridad sobre el oponente. Desde los juegos hasta los negocios, todo se basa en competir. En lugar de trabajar por sacar lo mejor de uno mismo para el bien de la comunidad, el que compite lo hace para beneficio propio en perjuicio de otros.

Al entrar en el mundo dual son necesarios los dos polos, lo que se entiende por bueno y por malo, porque sin ello no se puede vivir la dualidad. Para salir de ella se deberá limpiar la negatividad que cubre la Tierra para que se dé el cambio de dimensión; es necesario que se exacerbe y cuando ya  no pueda seguir más, desaparecerá para dar lugar a un mundo de paz y fraternidad. Esto nos lo dicen los maestros espirituales.

Adicciones

Se nos ha otorgado la existencia que se considera como individual, aunque en realidad no lo es, ya que estamos todos unidos siendo uno y lo mismo con nuestro Creador. Nos preguntamos por qué nos hemos alejado en conciencia del Todo y la contestación aproximada es porque se nos ha dado la oportunidad de crear con voluntad propia y así experimentar la vida en la materia física con sus retos, alegrías y sufrimientos, todo para expresarnos como deseamos. Sin embargo, siempre estamos contenidos en Él, no puede ser de otra manera porque Dios no se divide, sólo da libertad a esas partículas de su conciencia para que actúen como lo decidan, pero recogiéndolas después en su Ser Infinito. Todo este proceso se puede resumir en amor, porque por amor da libertad a las partículas de su Esencia para que experimenten toda clase de vivencias y acogerlas de nuevo en su Ser con infinito amor.

Cuando estamos encarnados en la tercera dimensión, decidimos experimentar todo lo que el mundo físico ofrece para desarrollar nuestra creatividad y así contribuir a la creación que es movimiento y expansión continuos. Somos seres divinos que voluntariamente nos hemos limitado en nuestro entendimiento para poder actuar en el mundo material y así experimentar lo contrario de lo que somos para que poco a poco vayamos descubriendo nuestra verdadera naturaleza, que es amor, con el placer infinito que eso confiere.

Al olvidarnos de quiénes somos, de dónde venimos y adonde habremos de volver, nos sentimos solos y abandonados. En ocasiones el ser humano no encuentra el verdadero sentido de la vida y experimenta en el alma una soledad inmensa. Sobreviene un rechazo a los obstáculos que se le presentan en la vida como la falta de amor, dinero o cualquier carencia, que lo empujan a compensarlos con alguna adicción. Estos obstáculos los elegimos antes de encarnar con el objeto de aceptarlos y trascenderlos y la adicción es una forma de evadir esa realidad.

El alcohol y las drogas producen un estado de alteración de la percepción de la realidad que el adicto se rehúsa a vivir. Una vez bajo el efecto de éstas, el individuo no quiere volver a sentir la sensación de infinita soledad y vacío existencial y le crea una dependencia. Por ejemplo, el cigarro produce ciertas reacciones químicas que aparentemente calman la ansiedad y producen una tranquilidad temporal. Así se produce la adicción: el organismo se habitúa tanto a la nicotina, al alcohol o a cualquier tipo de substancia, que necesita que se le proporcione para sentirse bien.

También puede darse la adicción a las personas. Cuando el individuo se apega de tal manera a una persona que sin ella no puede vivir, aunque la relación sea perfectamente negativa porque lo hace sufrir, es porque el sentido de abandono que todos tenemos al creernos separados, él lo tiene en forma exagerada y trata de compensarlo con esa dependencia.

La adicción es una forma de evasión de la realidad. Existen muchas maneras de evadirla. Una de ellas es la obsesión con al trabajo. Trabajar es una actividad que, cuando se vive únicamente para eso, sirve para evitar enfrentar ciertas emociones y problemas de la vida diaria. Otra es la obsesión con la comida, que tiende a compensar ciertas emociones como el miedo, el abandono, la falta de amor, etcétera.

La culpa es un sentimiento nacido del ego, porque una cosa es tomar conciencia de que se actúa erróneamente y tratar de compensar ese error, teniendo al mismo tiempo la intención de no repetirlo y otra muy distinta es instalarse en la culpa por no aceptar haberse equivocado a causa de la propia imperfección. Esto último es soberbia, pues el individuo rechaza el hecho de no ser perfecto, lo que en ocasiones lo lleva a actuar cada vez más en situaciones que le provoquen culpa y así justificar una adicción que la pretende tapar.

El adicto pertenece a un grupo de almas que traen ese gen en su ADN con el objeto de superarlo y buscar la plenitud espiritual en la apertura de conciencia. Este es el caso de una mujer adicta al alcohol y a las drogas que su propia culpa le produjo una terrible enfermedad que le provocó la muerte. Así me habló desde el mundo espiritual:

La adicción es la defensa del alma ante los avatares de la vida en la materia, es la evasión de la realidad, ya que el placer transitorio que ofrece cualquier adicción, cubre por un lapso de tiempo el miedo y el desamparo que se experimenta al no encontrarle sentido a la vida. En mi caso fue para cubrir el sentido de culpa absurdo que ya estaba en mi cuerpo astral como resultado de otras vidas de victimario. En lugar de compensar con servicio y amor, que hice a medias, me sumí en conductas que me proporcionaran culpa para justificar mi adicción, que no era otra cosa que la evasión de la realidad que me tocó vivir. Antes de ir me propuse compensar con servicio y superación de este comportamiento que ya traía de otras vidas.

La religión para mí era un escudo detrás del cual me protegía pensando que si la seguía, eso me salvaría. Ni la seguía realmente ni creía todo lo que decía y por eso vivía culpabilizándome, aunque pensaba que Dios me perdonaría a pesar de mis errores. Ni siquiera solicité la presencia de un sacerdote para que me confesara porque -otra vez la soberbia- me sentía superior a ellos y que mi comunicación con Dios era suficiente. En esto último tenía razón, pero hubiera debido ser con humildad, que fue lo que siempre me faltó. Mi soberbia me ganó y nunca quise admitir que alguien supiera algo que yo no. Aun aquí tengo que quitarme el atavismo de creer que todo lo sé y que lo que me dicen no es cierto.

La depresión es otra forma de evasión. La tendencia, que se trae también en el ADN, es algo que se escoge con la intención de superarla. Lo que la detona es la no aceptación de las circunstancias que se presentan en la vida, lo que produce una serie de desajustes químicos que provocan la enfermedad. Cuando no se atiende puede llegarse al suicidio, que es la máxima expresión del rechazo a la vida como se presenta. He aquí el caso de un suicida que ayudé a encontrar la Luz del mundo espiritual que desde allí me habló.

Carmen, se me permite hablarte para darte las gracias por la ayuda increíble, inconmensurable que me diste al indicarme el camino de la liberación. Como sabes, me suicidé porque no encontraba el sentido de la vida. Me entretenía con festejos para tapar una depresión que no podía controlar. Esa depresión venía de esa falta de sentido de la vida, empezó cuando tuve problemas financieros y  no podía darle todo lo que quería a mi mujer, lo que me frustraba bastante. Cuando la situación económica mejoró, creí que la depresión se acabaría, pero no fue así, me empecé a dar cuenta de la vaciedad de mi vida, de que nada material me satisfacía, pero tampoco busqué la salida, como entrar en conceptos profundos de la vida, todo era reír y pasear. Ahora me doy cuenta de que si hubiera buscado algo de espiritualidad quizá hubiera salido de esa horrible depresión, la cual trataba de esconder en lugar de curar. Aquí he comprendido que es la paz interna que se obtiene a través de dar amor incondicional a todos y generosidad con quien lo necesita. La fiesta está bien como complemento pero no como meta. Ante todo entrar en contacto con tu alma siendo siempre justo y dando amor verdadero a quienes te rodean, sean quienes sean.

La meditación profunda es una útil herramienta que nos pone en contacto con el Todo, por eso es que se experimenta una sensación de plenitud, paz y armonía. Al meditar profundamente nos estamos comunicando con nuestro ser real, que no es separado de la creación, sino parte integral de ella y de Quien es el origen y núcleo de cuanto existe, al que se  le llama Dios, Creador, el Todo, Conciencia Universal. Es en los momentos en los que nos alejamos mentalmente de la tercera dimensión, cuando entramos en relación con la magnificencia de lo que somos en realidad. Somos como gotas de agua del Océano que cuando se unen a Él son el Océano, no hay separación. Esta herramienta nos ayuda a volver a la conciencia de unidad, a entender que no estamos solos ni separados y puede ser útil para el control de la depresión y de las adicciones.

Pero el mejor antídoto de todas estas conductas es la aceptación de lo que nos acontece y de quienes somos, porque todo lo que nos toca vivir lo hemos planeado antes de encarnar para aprender y practicar las diferentes virtudes como la humildad, la paciencia, la generosidad, en suma, el amor en todas sus expresiones, lo que nos llevará a evolucionar y así regresar a nuestro origen.

El Ego

Cuando nos separamos en conciencia del Todo -aunque no en realidad, ya que esto es imposible- nos cubrimos de miedo al sentirnos solos y aislados de lo que nos rodea. El miedo es el que mueve al mundo, es el que empuja al ser humano a actuar en contra del amor, al ser su contrario, por lo que aparecen las actitudes de codicia, avaricia, envidia, mentira, engaño, ira, apego, vicio, crueldad y maldad en todas sus formas.

Para contrarrestar el temor que nos produce vivir en la dualidad desarrollamos  una serie de comportamientos para cubrirlo, como la necesidad de sobresalir sobre los demás para sentirnos más seguros, de  ser aceptados, lo que nos da la sensación de pertenencia y de ser amados, de ser reconocidos por nuestros logros para elevar nuestra autoestima; necesitamos también de posesiones materiales que satisfacen temporalmente nuestro vacío existencial y lo más fuerte de todo que es el control sobre nuestra vida y la de los demás, lo que se traduce en poder. Esto es lo que conforma el EGO, es nuestro falso Yo que se cree separado y limitado.

El Ego nos es necesario para vivir la ilusión del mundo físico, pero en el curso de la evolución éste va poco a poco desapareciendo. El Ego es el responsable de nuestros sufrimientos porque sufre al verse contrariado en sus deseos profundos, ya sea de sobresalir, poseer, controlar, reconocimiento, aceptación. Según el botón que nos toquen y según cuan vulnerables somos a ese determinado botón, nuestra furia crece. Si entendiéramos que lo que está pasando es algo que necesitamos para crecer en tolerancia, paciencia, amor, compasión, generosidad, seríamos capaces de apagar nuestra ira. Si la situación tiene remedio para qué nos enojamos, utilicemos esa energía en remediarla y si no tiene remedio el enojo sale sobrando.

Hay diferentes maneras en que el ego se manifiesta: en la crítica a los demás está implícita la necesidad de sobresalir, así como cuando se pretende tener constantemente la razón y  los otros estar en el error; el ego está  presente en el que se siente víctima, que trata de provocar compasión y simpatía cuando no logra admiración por algo positivo, o en el que se siente indispensable para que la vida fluya correctamente a su alrededor y aún en el tímido, porque al no sentirse suficientemente inteligente, bello, simpático, rico, prefiere retraerse antes de no recibir la aceptación deseada.

Para detectar al Ego hay que practicar la auto-observación. Sentir nuestras emociones, saber de dónde se originan y así conocernos mejor. Vigilar nuestros pensamientos que pueden estar llenos de ambición, rencor, envidia, celos, avaricia y aceptar las emociones que nos provocan. Al observarlos sin juicio ni culpabilidad se irán poco a poco disolviendo. Para cambiar una actitud no es necesario hacerse violencia, ya que esta negatividad le da fuerza, sino aceptar que tenemos ese defecto porque todavía no somos perfectos y al descubrir cómo funcionamos, el defecto va paulatinamente desapareciendo. Por ejemplo, si nos falta generosidad, al darnos cuenta de esa actitud trataremos de imaginar la virtud contraria a nuestro defecto y ésta se irá inscribiendo poco a poco en nuestra alma. Si reaccionamos únicamente en forma automática ante los estímulos, seguiremos teniendo las actitudes erróneas creyendo que son las correctas, ya que siempre encontraremos justificaciones para ellas.

Si peleamos por la posesión de un bien a costa de cualquier cosa, siempre encontraremos que se nos debía en justicia y no repararemos en métodos para obtener nuestro deseo. Esto no quiere decir que no debamos luchar por obtener lo que es justo, pero siempre y cuando la intención sea honesta y no llevada por la venganza o la ambición. Nunca debemos de pisotear a nadie para obtener algo, si ese algo es para nosotros se dará tarde o temprano.

En algunos casos el Ego es el que aún después de la muerte le impide al individuo ver la Luz y elevarse al mundo espiritual. Quien en vida cree saber y controlar todo, cuando se encuentra en un plano que desconoce está completamente desorientado. El siguiente caso es el de un suicida que tomó esa decisión al estar en una situación de enfermedad terminal; no quería continuar viviendo en esas condiciones que salían del control al que estaba acostumbrado. Me habló así:

–       Necesito que me digas qué me pasa. Me trajeron contigo voces que oigo pero que no sé de donde salen, sólo sé que me morí como yo quería y que me encuentro que sigo vivo sin saber adonde dirigirme. Me dicen esas voces que busque la Luz ¿Cuál? Aquí no hay ninguna y comienzo a desesperarme por no saber qué hacer.

–       ¿Cómo llegué contigo? Esas voces me dirigieron hasta aquí diciéndome que tú puedes explicarme qué hacer. Yo creía que con la muerte física todo se acababa y por eso tomé la decisión de terminar con mi vida que se deterioraba día a día. No estaba dispuesto a convertirme en un ser inútil que significara una carga para los demás, pero mi sorpresa ha sido grande al constatar que la vida sigue pero en un plano desconocido para mí. Aquí es algo sumamente desagradable, puedo ver lo que quiero pero nadie me ve ni me oye y el entorno es frío y oscuro. No sé quién eres ni cómo haces para escucharme, pero si es cierto que sabes qué hay que hacer para salir de esta penumbra, por favor dímelo.

Le contesté que ahora lo que le correspondía era ir al mundo espiritual, ya que una vez desprovisto del cuerpo físico no debía estar en ese plano. Lo único que tenía que hacer era solicitar ver la luz desde el fondo de su corazón y entonces se abriría para él una luz brillantísima que lo llevaría a un mundo de paz, amor y  armonía   

–       Me dices cosas increíbles en las que nunca creí, aunque también me equivoqué al creer que con la muerte del cuerpo todo acabaría. Me sorprende también que podamos entablar una conversación, cosa que nunca hubiera creído, pero que es real. ¿Cómo sabes que esa vida existe si nunca has estado aquí? Voy a seguir mi camino, ya encontraré la salida por mí mismo. Gracias por tus buenas intenciones.

Su ego le impedía seguir un consejo que estaba fuera de su control. Después de algunos días regresó diciéndome:

–       Si es cierto que has ayudado a otros me atengo a tu experiencia ¿Qué tengo que hacer para salir de aquí? Quizás tengas razón en lo de la luz pero no me consta. Sé que he estado acostumbrado a controlar todo en mi vida y es la primera vez que se me sale de las manos esta situación. ¡Cómo voy a confiar en una mujer que no sabe nada de lo que pasa aquí! Sin embargo es cierto que las voces me dijeron que tú sabías qué hacer y cómo hablas pareces estar segura. Creo que voy a hacer caso.

–       Me voy, ya vi la luz, es maravillosa… me acerco y me envuelve llena de calor, de amor, se siente una felicidad infinita y me doy cuenta de muchas cosas erróneas de mi vida, mi enorme orgullo que dirigió mi vida en la Tierra. Sólo el amor y la generosidad son válidas y nunca lo comprendí. Ya me voy a esa vida de la que me hablaste, es increíblemente verdadera, es en realidad la verdadera vida, aquí se comprende todo mucho mejor.

Se advierte cómo después de la muerte se ven con claridad los errores que se tuvieron durante la vida en el plano físico provocados por el Ego y cómo éste impide al alma lograr la plenitud. En el siguiente caso un padre habla con su hija desde el mundo espiritual, a través de mi escritura.

–       Me dan la oportunidad de hablarte, querida hijita desde este lugar infinitamente bello y lleno de amor. Eso es lo que me faltó en mi vida en la Tierra y ahora me arrepiento muchísimo. Toda mi vida el egoísmo es el que la gobernó y como bien dices, no dejé más que problemas a mis hijos. Sólo pido que me perdonen porque ahora entiendo que estuvo muy mal lo que hice. Mi vanidad me entorpeció siempre y no supe amar a nadie, todo lo que halagaba mi ego era lo que aceptaba. No te imaginas los remordimientos que ahora tengo; es verdad que el castigo no existe pero el dolor que te provoca darte cuenta de todo el mal que provocaste es peor.

–       Veo que estás entendiendo el perdón y te lo agradezco muchísimo, espero que algún día tus hermanos lo comprendan, pero creo entender que es algo que no debe importarme pues yo lo provoqué con mi egoísmo y mi ceguera.

–       Ahora estoy en este mundo maravilloso, no sé cómo llegué porque al principio estuve muy enojado por dejar la vida, pero poco a poco empecé a comprender que no valía la pena quedarme allí y seguí las voces que me trajeron a la Luz. Te agradezco tu perdón y la comprensión de que mi actuar fue por falta de conciencia. Te envío todo el amor que no supe darte.

En cuanto se toma conciencia del ego, va paulatinamente desapareciendo y surgiendo la luz de nuestro verdadero Yo.

Diferentes experiencias del Ser Superior

English version of this article can be found below.

La  evolución se lleva a cabo mediante diferentes vivencias en el mundo físico. Al bajar a él olvidamos expresamente todo lo que hemos vivido en otras ocasiones y nos involucramos con su ilusión. Al principio buscamos regresar una y otra vez hasta que, al comprender su futilidad y darnos cuenta de que de esa manera no se encontrará la plenitud, poco a poco nos acercamos al Amor que es nuestra esencia. Esto es lo que decidimos experimentar para ejercer nuestra creatividad, diseñando las circunstancias que nos sacarán del sueño en el que voluntariamente nos sumimos.

El proceso evolutivo lo decidimos de antemano, quisimos  vivir todo lo que ello comporta, experimentar toda clase de vivencias como la pobreza y la riqueza, el poder y la sujeción, la salud y la enfermedad, la alegría y el sufrimiento y toda la serie de experiencias que el mundo físico ofrece. Sin embargo el objetivo de la vida en la materia física es descubrir nuestro verdadero ser que es amor y unión con el Todo. Es algo que  olvidamos al encarnar para vivir la aventura del mundo dual  y salir de él después de múltiples vidas que nos harán redescubrir lo que somos en realidad, una chispa de la Conciencia Universal a la que llamamos Dios.

Nuestro verdadero  Ser, que es esa chispa divina, desea  bajar a la densidad del mundo físico por lo que necesita de un vehículo  para poderse manifestar en él. Se proyecta entonces en diferentes personalidades, cada una viviendo una experiencia distinta de manera simultánea. Mientras  una  entra en la profunda oscuridad, otra trata de compensar esa actitud para llegar  al equilibrio. Se puede comparar al Ser Superior o Chispa Divina con la cabeza de un pulpo, siendo cada tentáculo una de sus personalidades. Cuando hablamos de equilibrio nos referimos a la Ley Universal del Amor, que es la que une todo con el Todo, que es Dios y su Creación. A ese equilibrio tendremos que llegar al finalizar todas las experiencias en este plano.

No entendemos mientras estamos cubiertos con un cuerpo lo que venimos a experimentar, que es la práctica del Amor Universal para acceder a la Conciencia de Unidad que hemos olvidado. Cuando vivimos en la Tierra nos involucramos con una serie de comportamientos dirigidos a contrarrestar el sentimiento de separación, al creernos separados del Todo. Esto nos provoca miedo y nos produce todas las necesidades de ser superior a los demás, de ser aceptado y reconocido, de poseer dinero y efectos materiales y de controlar nuestras vidas y la de los demás, lo que se traduce en búsqueda de poder. Nada de esto nos satisface profundamente porque lo que en realidad buscamos, sin ser conscientes de ello, es la unión con el Todo.  Si entendiéramos esto mientras estamos encarnados, nuestras vidas serían más fáciles.

Antes de encarnar, en cada vida se programan las circunstancias necesarias para lo que necesitamos aprender. Elegimos los obstáculos que habrá que superar para el éxito de esa experiencia, así como las almas con las que habremos de interactuar.

Como ejemplo de lo anterior, damos a continuación  el relato de una regresión a “vidas pasadas” en la que el sujeto ve dos vidas compensatorias: una en la que demuestra cobardía y otra en la que es valeroso. En la primera elige como obstáculo perder un oído, que le traería muchos problemas en su vida diaria y que no pudo superar.

“Lo primero que veo es que estoy afuera de mi casa, muy enojado. Estoy así debido a que acabo de golpear a mi esposa frente a mi hijo pequeño. De pronto, comienzo a sentir mucho dolor en mi oído izquierdo.

“Se aparece ante mí la escena que origina este dolor. Estoy sentado en un salón de clases, el profesor me ordena ponerme de pie y me castiga golpeándome con una vara en la oreja izquierda. A partir de ahí mi vida se vuelve difícil debido a esa parcial sordera. Al no poder oír bien lo que se me dice, los demás me consideran como si fuera tonto, lo que me lastima profundamente. No obstante, no me rindo e intento llevar una vida normal. Me caso, instalo mi propia granja con la ayuda económica de mis padres y tengo un hijo. Pero mi vida no fluye como debiera porque sufro de fuertes depresiones.  Debido a esta situación, la granja no produce lo necesario y la relación con mi esposa se deteriora.

“Vuelvo a la escena en donde acabo de golpear a mi esposa y camino hacia un cobertizo en donde guardo herramientas. Al entrar veo mi escopeta y siento paz al pensar que todo se acabará si me quito la vida y eso hago.”

El suicidio, generalmente, se considera como un acto de cobardía al no haber sido capaz el sujeto de superar los obstáculos que él mismo se puso. Una vez que ha dejado su cuerpo, esto provoca una gran culpa en quien lo realiza.

En la segunda ocasión, el paciente relata ver una vida en donde es un hombre que vive en Austria y que pertenece a la nobleza. Como no tiene necesidad de trabajar, pasa buena parte de su tiempo escalando  montañas.

“Veo que escalar es mi pasión. Me da miedo hacerlo pero me sobrepongo a ello por la necesidad de superarlo y obtener le recompensa de alcanzar la cima. Sin embargo, las montañas de mi país no las encuentro suficientemente retadoras. Viajo entonces al Himalaya, donde el reto es mucho mayor y que gracias a los peligros que se presentan, tengo que ejercitar mi valor.

“Hago ese viaje cada año aunque mi esposa se opone a ello. En uno de mis viajes decido llevar a mi hijo de doce años, pero pierde una mano en un accidente durante la excursión. Siento mucha culpa, pero le transmito que con valor se puede superar cualquier obstáculo.”

Este caso compensa la cobardía que mostró en la anterior experiencia. Se propuso ejercer la valentía para erradicar el miedo, que es una vibración negativa. El Ser Superior de este paciente, le permitió ver estas dos vidas para entender la importancia de enfrentar la vida actual con valor bajo cualquier circunstancia.

Todo en el Universo tiene dos aspectos, el pasivo como femenino y el activo como masculino.  La Chispa Divina o Ser Superior no tiene sexo pero tiene en sí los dos aspectos que experimenta alternativamente en cada personalidad. El aspecto femenino va más dirigido al amor y el masculino a la creatividad,  en el primero está más desarrollada la intuición y en el segundo el raciocinio. Así, se viven los dos sexos según lo que se desea experimentar y aprender cada vez.

Different Experiences of the Higher Self

Evolution occurs through various experiences in the physical world. We expressly forget everything we previously underwent and become involved in the illusion when we descend into it. Initially, we try to return again and again until we understand its futility, realizing that we will not achieve fulfillment through this path, and we slowly approach Love that is our essence. This is what we have decided to experience in order to exercise our creativity, designing the circumstances that will release us from the dream in which we have voluntarily submerged ourselves.

We decided our evolutionary process beforehand. We wanted to live everything it entails, to undergo a variety of experiences such as poverty and richness, power and subjection, happiness and suffering, and the series of experiences that the physical world has to offer. However, the objective of life in the physical world is to discover our true being that is love and unity with the Whole. This is something we forget once we embody to experience the adventure of the dual world and gain exit after multiple lives that will lead to rediscovering what we are in reality: a spark of Universal Consciousness that we call God.

Our true Self, which is that Divine Spark, wishes to descend into the denseness of the physical world so it needs a vehicle to manifest itself while there. It then projects itself in different personalities, each one living a different experience simultaneously. While one enters profound darkness, the other attempts to compensate for that attitude to achieve balance. The Higher Self or Divine Spark can be compared with the head of an octopus, with each tentacle representing one of its personalities. When speaking about balance, we are referring to the Universal Law of Love, which is the one that unites everything with the Whole that are God and His Creation. We will have to reach that balance when finalizing all of the experiences in this plane.

We do not understand that what we have come to experience while we are sheathed in a physical body is to the practice Universal Love and access the Unity Consciousness that we have forgotten. When we live on Earth, we become involved with a series of behaviors to counteract the feeling of separation, in the belief that we are separated from the Whole. This causes fear and the need to feel above the rest, be accepted and acknowledged, to possess money and material things, and to control our lives and that of others, all of which translates into seeking power. None of this deeply satisfies us because although we are unaware of it, what we are actually looking for is unity with the Whole. Our lives would be much easier if we understood this while we are embodied.

The necessary circumstances for what we need to learn are programed in each lifetime before we are embodied. We choose the obstacles that we will need to surmount in order to succeed in this experience, as well as the souls we will interact with.

As an example of the above, following is a narration of a “past” life regression where the subject sees one of his lives compensating for another: the first where he is a coward and the second where he is brave. In the first, he choses to lose his hearing, bringing insurmountable day-to-day challenges upon himself.

“The first thing I see is me outside of my house; I’m very angry. I feel that way because I’ve just given my wife a beating in front of our young son. Suddenly, I feel intense pain in my left ear.

“The scene that causes the pain appears before me. I’m sitting in a classroom; the teacher orders me to stand up and he punishes me taking a stick to my left ear. From then on, my life becomes difficult due to partial hearing loss. Since I can’t hear what they’re saying to me clearly, they think I’m stupid, and that really hurts me. But I don’t give up and I try to have a normal life. I get married; I set up a farm with financial help from my parents, and I have a son. But my life doesn’t flow as expected, and I’m terribly depressed. Because of that, the farm isn’t productive enough, and my relationship with my wife deteriorates.

“I return to the scene when I’ve just hit my wife and I head towards a shed where I keep my tools. Once inside, I see my rifle and feel peaceful thinking that it would all be over if I took my life, and that’s what I do.”

Suicide is generally considered an act of cowardice since the individual is unable to overcome the barriers that he set for himself. Once abandoning the body, this generates great guilt in who does so.

In the second instance, the same consultant narrates seeing a life where he is a nobleman from Austria. He spends most of his time mountain climbing since he doesn’t need to work.

“I can see climbing is my passion. I’m afraid of doing it, but I overcome my fear because of the need I feel to surmount it and the reward reaching the summit represents. But I don’t find the mountains in my country challenging enough. I then travel to the Himalayas where the challenge is much greater because of the dangers it entails and I have the opportunity to exercise my courage.

“I make this trip every year although my wife is in disagreement. I decide to take my twelve-year old son with me on one of the trips, and he loses one of his hands in an accident during the excursion. I feel very guilty, but I transmit to him that any obstacle can be overcome when one is courageous.”

This case compensates for the cowardice that prevailed in the other experience. He decided to exercise courage to eradicate fear, which is a negative vibration. His Higher Self allowed him to see both of these lives to understand the importance of facing one’s current life with courage, no matter the circumstances.

Everything in the Universe has two aspects: the passive as feminine, and the active as masculine. The Divine Spark or Higher Self is genderless but does contain both aspects and can experience them alternatively in each personality. The feminine aspect is more geared towards love, and the masculine, to creativity. Intuition is more intensively developed in the former, and rationality in the latter. This is how both genders are experienced depending on what it wishes to live and learn on each occasion.

El mundo dual, el tiempo y el espacio

El sentido de la vida en la tercera dimensión es redescubrir nuestra esencia, la partícula de conciencia divina que es nuestro verdadero ser. Cuando estábamos en el “Paraíso” no éramos conscientes de la maravilla que es el Absoluto, porque allí nos originamos y era todo lo que conocíamos. Aunque el Absoluto es lo único que tiene existencia real, hubo quienes quisimos experimentar lo que nos permitiera comprenderlo y apreciarlo. ¿Cómo  podríamos probar algo fuera de lo único que existe?

Se decidió entonces densificar la energía  universal que se origina en el Creador y que conforma cuanto es.  Eso dio lugar al mundo dual donde todo tiene su opuesto: bueno y malo, caliente y frío, grande y chico, luz y oscuridad. No obstante, este plano no tiene realidad intrínseca, es un sueño que se vive para apreciar, después de múltiples experiencias, la totalidad del Absoluto, la Luz, la magnificencia y el poder de nuestro Creador.

Decidimos bajar a este denso universo físico para vivir la separación, lo que no somos, lo cual da origen a todas las conductas contrarias al amor, que es unión. Pasamos por la oscuridad ya que ésta forma parte de nuestro proceso evolutivo. Sin embargo, la oscuridad no tiene fuerza en sí, es únicamente la interrupción de la luz y desaparece ante su presencia.

El espacio-tiempo que controla la tercera dimensión fue implementado para que la experiencia del mundo dual y la evolución pudieran tener lugar. Ni el espacio ni el tiempo existen en realidad. El espacio provoca la sensación de separación, cuando todos somos UNO y lo mismo; el tiempo se contabiliza en relación al espacio, ya que tiene efecto en el traslado de un lugar a otro, de un hecho al siguiente. Sin embargo no es así, ya que si la distancia no existe, no puede existir el tiempo. Vamos a aclarar: todo lo que acontece es movimiento simultáneo en un eterno presente.

El tiempo como se conoce en la tercera dimensión no existe, no es lineal. Todo lo que sucede está omnipresente: lo que ha pasado, lo que está pasando y lo que pasará está allí en forma simultánea. Mientras se vive la ilusión del tiempo en el mundo físico, es como si un acontecimiento sucediera después de otro: el pasado ya no existe, el futuro es incierto y desconocido y la única realidad es el presente. No es así, se encuentra todo sucediendo simultáneamente en un movimiento continuo; las decisiones que se toman a lo largo de la vida acarrean el futuro probable que ya está determinado. Esto no quiere decir que se trate de predestinación sino que las decisiones que se toman provocan la serie de consecuencias que ya están determinadas en el futuro probable.

El espacio–tiempo es el medio por el cual se realiza la evolución en el mundo físico. Es necesario porque se vive el olvido de quiénes somos y de dónde venimos, por lo que se necesita vivir la ilusión del tiempo y para que haya tiempo es necesario el espacio. Si hemos aceptado el reto de vivir la experiencia de olvidarnos de todo y reencontrar nuestro verdadero ser, es porque con esas experiencias nos estamos expandiendo y nuestro Creador con nosotros. Él vive en un movimiento y expansión continuos y las experiencias de sus hijos son Él en acción.

La evolución en realidad es un conjunto de acciones que son movimiento y tienen lugar en un eterno presente.  Cuando se habla de movimiento esto puede sugerir el concepto de intemporalidad, pero mientras se está encarnado, no se puede entender con no-tiempo, sólo intuir que así es. De lo que se trata es bajar a la densidad del mundo físico, olvidando que somos todos  UNO y parte integral de ese Ser Supremo que es el principio y fin de cuanto existe. En Él todo se origina en su deseo de manifestación, mediante un movimiento de expansión, para recogerlo después en su Ser y volver a manifestarse.  Al crear, su deseo es compartir su poder y magnificencia con sus criaturas, estando todo lo que acontece dentro de su voluntad.

Necesitamos entrar en el tiempo para compensar poco a poco las experiencias negativas que nos alejan del concepto de unidad. Se empieza con el completo olvido de quienes somos, lo que causa miedo al sentirnos separados del Todo y por lo tanto solos ante el Universo. Ese miedo provoca lo que se entiende por maldad. Es a través del tiempo, el cual da lugar a las diferentes experiencias, que vamos erradicando el concepto de separación para llegar a la unión con todo lo que existe que es Dios manifestado.

Somos cada uno de nosotros ese Dios manifestado, que después de nuestros errores provocados por la ignorancia de lo que somos en realidad, llegamos a verificar lo que es nuestro ser real que es Amor y parte de Dios, no separada sino integral. El Amor es una energía que une al Creador con sus criaturas y éstas entre sí. AMOR es el aglutinador de cuanto es. Nuestra esencia es amor y sin él nada puede existir. Estamos experimentando la ilusión de su carencia para después redescubrirlo y ser UNO con el ABSOLUTO.

The Dual World, Time and Space

The purpose of life in the third dimension is to rediscover our essence, the tiny particle of divine consciousness that is our true Self. When we were in “Paradise”, we were unaware of how marvelous the Whole is because He is our source and we knew no different. Although only the Whole has real existence, some of us wished to experience that which would allow us to understand and appreciate Him. How could we experience something outside of the only existing thing?

It was then determined to densify the universal energy that originates in the Creator and shapes all that is. This led to a dual world where all things have their opposite: good and evil, warm and cold, large and small, light and darkness. However, this plane is not intrinsically real; we reside in a dream in order to appreciate, after multiple experiences, the totality of the Whole, Light, and the magnificence and power of our Creator.

We decided to descend into this dense physical universe to experience separation, which we are not, originating all behaviors that counter love that is unity. We transit through darkness since it is part of our evolutionary process. However, darkness is lacking of power as such; it is just the obstruction of light and disappears in its presence.

Space-time that controls the third dimension was implemented so that the experience in the dual world could take place. Space and time do not really exist. Space brings about the sensation of separateness when we are all ONE and the same; time is accounted for as related to space because it takes effect in the transition from one place to another, from one event to the next. But it is not so in reality because if distance is nonexistent, time does not exist either. Stated more simply: all things that occur do so simultaneously in the eternal now.

Time as we know it in the third dimension does not exist; it is not linear. All things occurring are omnipresent: what has happened, what is happening, and what will happen, are all occurring simultaneously. While we are submerged in the illusion of time in the physical world, it appears that one event follows another: the past does not exist, the future is unknown and uncertain, and the only reality is the present. But this is not so, everything is happening simultaneously, in continuous movement; the decisions we make during our lifetime bring about the probable future that has already been determined. This does not imply predestination, but rather that the decisions made produce a series of predetermined outcomes in the probable future.

Space-time is the vehicle through which evolution occurs in the physical world. It is necessary because we are experiencing disremembrance of who we are and where we came from, thereby requiring the illusion of time, and space is needed so that there can be time. If we have accepted the challenge of living, having forgotten it all to reencounter our true being, it is because we expand and our Creator expands with us through those experiences. He lives in continuous movement and expansion, and what His creatures experience, is actually Him in action.

In reality, evolution is a set of actions that are movement and take place in the eternal now. When speaking about movement, this could suggest the notion of timelessness, but we cannot understand non-time while we are embodied; we can only intuit it. Life is about entering the denseness of the physical world, forgetting that we are all ONE, and an integral part of the Supreme Being that is the beginning and the end of all living things. Everything is sourced in His desire to manifest Himself through expansive movement to later recollect it into his Being, and manifest again. When He creates, it is His desire to share his power and magnificence with His creatures, with all things that occur being within His will.

We need to enter into time to slowly compensate for the negative experiences that distance us from the concept of unity. The process begins with complete disremembrance of our identity, causing the fear of being separated from the Whole, and thereby, feeling alone in the face of the Universe. This fear produces what is known as evil. It is through time, that gives way to different experiences, that we eradicate the idea of separateness to achieve unity with all existing things that are the manifestation of God.

Each one of us are the manifestation of God, who after our mistakes, caused by ignoring what we really are, come to relive the nature of our true being that is Love and a part of God, not separate but integrated instead. Love is the energy that unites the Creator with his creatures and his creatures among themselves. LOVE agglutinates all things that are. Our essence is love and nothing can exist without it. We are experiencing the illusion of its lack to then rediscover it and be ONE with the WHOLE.