Amor Universal

El amor es una energía poderosísima sin la cual nada puede existir, es la energía que cohesiona el átomo y que une cuanto existe, por lo tanto nuestra esencia es amor. El famoso físico Albert Einstein le escribe en una carta a su hija Lieserl lo siguiente: “Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los prejuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación. Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR”.

Se entiende por amor universal la fuerza que une a toda la creación entre sí y toda ella con la Fuente que le dio la existencia a la que se le denomina Dios. Ese amor o energía unificadora nos une al Universo y a nuestro Creador, pero al entrar al mundo físico nos olvidamos de quienes somos y nos sentimos solos y abandonados, lo que nos provoca el miedo que está a la base de todas las actitudes oscuras de la humanidad. El miedo es el que da lugar al ego, y el que impide que el amor fluya sin obstáculos en nuestra vida. Hemos voluntariamente bajado a la densidad del mundo físico con el objetivo de experimentar la separación, así como el olvido de nuestro origen y destino y  recuperar, después de múltiples y variadas experiencias, la conciencia de nuestro verdadero ser y unidad con el Todo.

Cuando el ser humano se resiste a la unión con sus hermanos porque los ve diferentes y separados de él, se crea un bloqueo de esa energía unificadora y aparece el odio en todos sus grados. El ego separatista causado por el miedo, es el que empuja al ser humano a actuar en contra del amor y promueve las actitudes de codicia, avaricia, envidia, mentira, engaño, ira, crueldad y maldad en todas sus formas. Si se lucha por obtener ventajas personales es para contrarrestar el miedo a la soledad que el ser humano experimenta al creerse separado; si su deseo más intenso es el control, es porque de esa manera cree no estar expuesto a la agresión de los demás, la cual a su vez, está provocada por el miedo. Pero si comprendemos que todos los seres humanos hemos decidido libremente pasar por la oscuridad, y que todos la hemos experimentado en algún momento de nuestra evolución, nos será más fácil perdonar las conductas oscuras en los otros y la propia también. ¿Cómo podemos censurar la oscuridad cuando ella forma parte del Plan Divino?

Por lo tanto, para erradicar el miedo y salir de la oscuridad se necesita ejercer el amor incondicional que nace cuando se comprende que todos somos UNO, que lo que le acontece a otro nos sucede a nosotros mismos. El amor incondicional no juzga, acepta todo de los demás dándoles comprensión o compasión, que es lo mismo. Aceptar no quiere decir estar de acuerdo con todas las actitudes de nuestros hermanos sino comprender que éstas provienen de los diferentes estados de conciencia. Nuestro deber es entonces, ayudarlos a cambiar su actitud, no con reproches sino con amor.

El verdadero amor no exige nada, da libertad absoluta al otro, pues si Dios nos dio el libre albedrío, nadie puede forzarnos a no hacer lo que hemos decidido. Al ser libres por naturaleza, el control y la limitación nos producen infelicidad. Aceptar a quien amamos es aceptarlo como es, sin tratar de cambiar nada de su personalidad, sólo ver en él su esencia divina que es perfecta;  cuando nos dirigimos a ella, se produce una elevación de vibración en la persona que hace que algo de su conducta oscura se aclare.

Nuestra meta es volver a la conciencia de unidad, ya que mientras estemos estancados en nuestro ego no podremos practicar el amor incondicional. Ahora bien, no sólo es necesario deshacerse del ego separatista, pero también obtener la suficiente energía amorosa que nos impida volver a tener miedo, lo que se transformará en amor puro al Todo.

El amor incondicional erradica el miedo, ya que es su contrario. Se vive en el miedo mientras no se recobre el concepto de unión con el Todo, aunque en realidad nunca hemos estado separados, eso es imposible, no ha sido más que una experiencia en la que entramos en la oscuridad para después apreciar en toda su infinitud la Luz del Creador. En el momento en que se llega a la conciencia de unidad no hay ya por qué temer, se es UNO con todo lo que ES.

 

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El poder – Power

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Hemos venido a la dimensión del mundo físico para experimentar la dualidad y para olvidar nuestro verdadero ser, que es parte integral del Todo, para después de múltiples experiencias encontrarlo de nuevo. Por ello, el ser humano se cree separado de todo lo que le rodea y de Dios; ese sentido de separación lo atemoriza, pues considera que se encuentra solo frente a un mundo del que tiene que defenderse y salir adelante. Esta creencia le causa inseguridad y entonces, crea diferentes mecanismos de defensa para cubrirla. Entre muchos de esos mecanismos de defensa, se encuentra la necesidad de sobresalir sobre los demás, de ser aceptado y reconocido, de tener posesiones materiales, pero sobre todo, desea controlar todo y a todos, lo que se traduce en tener el PODER.

El poder produce la ilusión de estar a salvo de cualquier cosa, de poseer todo lo que se puede desear y con ello eliminar el miedo que produce la separación y por eso es irresistible.

El primer paso es desear el poder a toda costa, sin importar los medios que se utilicen, ya que, a menudo, se logra mediante crímenes y manipulaciones que provocan daño a los demás. Una vez obtenido el poder, siempre se desea más, pues aunque se obtenga lo que se esperaba, nunca se logra llenar el vacío existencial. Entonces, se busca a toda costa conservarlo.

Sin embargo, lo que sí provoca el poder es estar cada vez más solo, porque los que rodean al poderoso no lo hacen por amor sincero, sino sólo lo adulan para conseguir beneficios personales. El poder corrompe porque no hay límite a las ansias de poseerlo y conservarlo pero, al no obtener la satisfacción esperada, algunas veces, se llega a la crueldad con cualquiera que se oponga; también promueve muchas envidias y enemigos por el daño que se ha causado para obtenerlo.

En cuanto a las relaciones familiares, no es fácil la convivencia con el poderoso, muchas veces éste abandona a la familia por la desenfrenada búsqueda del poder y aunque ya se tenga, no existe otra cosa que ocupe su interés.

En resumen, el poder no produce la felicidad esperada, es como una droga que imposibilita ver con claridad el verdadero sentido de la vida y que tiene efectos adversos para quien lo ejerce cuando no lo usa para el bien común.

Otra cosa muy distinta es el poder bien entendido cuando el que lo tiene lo concibe como servicio a sus semejantes. Esta forma de poder está dirigida por quien lo posee, a la organización del bienestar de quienes le toca conducir. Aquel que lo utiliza de esta manera, obtendrá la satisfacción que produce la actuación nacida del amor y no del egoísmo.

Aquí doy el ejemplo de una persona que después de haber tenido el poder, lo perdió. Me habló así después de morir:

Me dirijo a ti porque oigo voces que me trajeron contigo. No entiendo cómo me puedes escuchar, pero es un hecho. Cuando morí para el mundo, porque no estoy muerto, me encontré con que no entendía lo que me pasaba. Como a muchos, las enseñanzas religiosas recibidas me parecían un tanto cuanto increíbles y contradictorias, así que me alejé de su doctrina. Lo único que me interesaba era la política, con el poder que eso otorga, pero también nos da mucha desilusión cuando se pierde. Me retiré de su influencia aunque siempre esperando algún día recuperar algún poder.

Cuando se tiene poder, nunca es suficiente y se vive esperando algo más, aunque ahora me doy cuenta de que quien tiene el poder supremo no lo disfruta como se cree, porque entre más poder, más solo estás. Todos los que te rodean, lo único que esperan es obtener beneficios personales y para conseguirlos adulan y obedecen ciegamente al jefe de una manera llena de hipocresía.

Antes de tener el poder absoluto se cree que cuando se tenga se será feliz, pero no es cierto. Se vive en una completa irrealidad, pero en el fondo se sabe que no existe fidelidad total en los subordinados.

Me he dado cuenta de todo esto y sobre todo desde que estoy aquí, aunque ya lo percibía mientras estuve en el mundo, donde mientras puedes proporcionar ventajas a quienes te rodean, mientras tienes poder, son tus amigos íntimos pero en cuanto cambian las circunstancias nadie te vuelve a hacer caso. Te digo todo esto porque me he desilusionado mucho de lo que fue mi vida y mi deseo de poder. Por otro lado, la familia tuvo que resentir mi obsesión y eso los alejó de mí. Me siento totalmente responsable de esa situación y ahora me doy cuenta de que fue un error garrafal no ocuparme mejor de promover el amor a la familia. No sé qué hacer, aunque a veces siento como un consuelo que viene de mis seres queridos cuando piensan en mí, así lo creo. Dime si sabes algo, porque eso me dijeron las voces que me trajeron hasta aquí.

Puesto que ya no tienes cuerpo, ahora te toca ir al mundo espiritual – le contesté-. Lo único que tienes que hacer es solicitar la Luz y ésta se abriría para llevarte a un mundo de paz, amor y armonía, que es lo que te corresponde. Así lo hizo y finalmente se fue.

Casi nadie se resiste al poder, pues se cree que con él se obtiene la seguridad absoluta. Qué gran mentira, lo único que produce paz y seguridad es el amor incondicional y la generosidad, que es lo que nos acerca a nuestro verdadero ser.

Power

We have come into the physical world’s dimension to experience duality and disremember our true being, which is an integral part of the Whole, to later reencounter it after multiple life experiences. That is why human beings believe they are separate from all things surrounding them and from God. The sensation of separateness causes fear because the individual believes he is alone, facing a world that he must defend himself from and overcome. This belief generates insecurity, leading him to design a variety of defense mechanisms. Among the many defense mechanisms that people develop are the need to excel over the rest, to be accepted and acknowledged, to acquire material things, but above all, to control everything and everyone, which translates into POWER.

Power is irresistible because it creates the illusion that we are shielded from everything, and that we are able to possess anything we desire, therefore eliminating the fear that is sourced in separation.

The first step is to crave power no matter what, regardless of the means, since it is frequently attained through crimes and manipulation that harm others. Once power has been achieved, it will always be insufficient, because although the individual accomplishes what he wanted, he will never fill the existential void. Then comes the need to retain power at any cost.

However, power brings about even greater loneliness, given that those encircling powerful individuals do not act out of heartfelt love, they are dedicated to flattery out of self-interest instead. Power leads to corruption because there are no bounds to the desire to gain and hang onto it. Occasionally, and as a result of dissatisfaction, cruelty against anyone opposing that individual’s power follows. Power also fosters profound jealousy and animosities due to the damage produced in obtaining it.

As far as family relations are concerned, coexistence with powerful individuals is difficult. They will frequently abandon their families in their unbridled pursuit of power, and even when they have already obtained power, there is nothing else that is of interest to them.

In summary, power does not provide the expected happiness, it is like a drug that obscures the true meaning of life and has adverse effects on the individual when it is not employed for the common good.

The situation is very different when power is understood as a service to fellowmen. This form of power is directed towards the wellbeing of those led by the one who holds it. Individuals who use power in this way will obtain satisfactions borne of actions that are rooted in love, not in selfishness.

Following is an example of a man who had power and later lost it. This is how he spoke to me after his death.

I’m speaking to you since I hear voices that brought me to you. I don’t understand how you can hear me; it’s just a fact. When I died to the world –because I’m not dead– I found that I didn’t understand what was happening to me. As many others, I considered the religious teachings I received as somewhat implausible and contradictory, so I distanced myself from those tenets. Politics was all I was interested in, along with the power it brings, but it also causes great disappointment when you lose it. I withdrew from its influence although I always hoped to recover it.

When you have power, it’s never enough, and all you live for is the desire of something else. I’ve come to realize that whoever wields the utmost power doesn’t enjoy it, as is believed; the greater the power, the lonelier you become. Everyone around you expects nothing but personal benefits and are hypocrites, willing to abandon themselves to flattery and blind obedience to obtain them.

Prior to gaining absolute power, one thinks it will bring happiness, but that isn’t so. One lives in total fantasy, knowing –deep down inside– that one’s subordinates are not entirely loyal.

I’ve come to these realizations mainly since I’m here, although I perceived them when I was in the world, where, as long as you can provide advantages to those around you, while you have power, they will be the best of friends, but once circumstances change, they won’t pay attention to you anymore. I’m telling you all of this because I’m very disappointed with what my life was like and my yearning for power. On the other hand, my family paid the consequences of my obsession and became estranged from me. I feel entirely responsible for this situation and now understand that it was an irreparable mistake not taking better care of them and promoting the love of family. I don’t know what to do although I sometimes feel comforted by my loved ones when they think of me; so I believe. Tell me if you know anything because that’s what the voices that brought me here said.

“The time has come for you to go to the spiritual world since you no longer have a physical body,” I replied. “All you need to do is to ask for the Light and it will unfold and take you to a world of peace, love, and harmony, where you belong.” He did so and finally departed.

Hardly anyone can resist power because it is thought to provide complete security. What a tremendous lie; the only thing that produces peace and protection is unconditional love and generosity, which is what brings us closer to our true being.

La soberbia espiritual – Spiritual Pride

«Spiritual Pride» can be found below.

El ego espiritual es uno de los más peligrosos porque el individuo cree merecer los más altos reconocimientos en el “más allá”, al sentirse mejor y más bueno que los demás. Quien en el camino espiritual sobresale por su entrega, ésta tiene que estar siempre fundada en la humildad bien entendida.

La humildad consiste en saberse parte integral del Todo, entendiendo que cada uno tiene un sitio y un propósito específico para la armonía de la Creación; aceptar, reconocer y entender que las facultades o las limitaciones que se tienen en la vida han sido programadas para trabajar con ellas. Si se obtiene éxito en lo que se emprende, no es porque se es superior a los demás, sino porque se han aprovechado correctamente las cualidades recibidas y es el Creador quien se manifiesta a través del individuo. Si por el contrario se tienen grandes limitaciones, éstas han sido escogidas desde antes de encarnar para desarrollar las diferentes virtudes, como por ejemplo la humildad.

Hay quienes se sienten superiores por haberse dedicado en cuerpo y alma a un camino espiritual, acompañado este sentimiento de desprecio y juicio hacia los que no piensan como ellos. Esto es lo que se entiende por soberbia espiritual. La verdadera espiritualidad no enjuicia a nadie y respeta el camino de cada uno, porque no se puede saber el estado de conciencia ni las circunstancias de vida de los demás.

Algunas veces estos individuos, al morir, están convencidos de que se merecen el Cielo, pero cuando el deseo de ir a él surge desde el ego, el alma no se está abriendo a la Luz sino que se cierra a ella por la soberbia de creerse superior y merecedor de algo que no es para todos.

Presento como ejemplo el caso de una persona que murió repentinamente en un accidente automovilístico y que esperaba llegar al Cielo inmediatamente por haber dado siempre mucho dinero a la Iglesia.

Salí de mi cuerpo cuando todavía era joven y con mucho futuro sin ni siquiera darme cuenta, cuando creía que todo lo podía. Nada se me oponía, ya que tenía los medios para hacerlo y ahora no puedo hacer nada, nada, me desespero. No entiendo qué pasa, siempre fui muy creyente y apegado a los preceptos de la Iglesia. Si tuve algunos pecadillos son los que todos los hombres tienen y siempre me arrepentí y confesé, no sé si lo que pasa es porque precisamente morí sin confesión. Quisiera que me aclares dónde estoy y qué me pasa pues aquí no hay ni Cielo ni Infierno ni nadie que me juzgue.

Todo lo que tienes que hacer es pedir la Luz – le contesté – El castigo no existe, sólo la inmensa misericordia de Dios que nos espera con infinito amor.

No es cierto que se diga que Dios castiga sin razón, pero no tengo ninguna razón para ser castigado, siempre fui religioso y cumplido con la Iglesia, el Papa vino a México porque yo ayudé a que así fuera, entonces no hay ningún motivo para que se me castigue, pero tampoco creo que el Cielo se abre cuando lo pides, tienes que ganártelo. Sin embargo, ¿cómo es posible que el Cielo no se abriera para mí de inmediato con todo lo que hice por la Iglesia?

Seguí mandándole luz de amor para ayudarlo a elevarse y pidiéndole que solicitará la Luz de Dios. Entonces empezó a ver claramente lo que fue su vida, ya sin auto justificaciones.

Voy a pedir la Luz de Dios aunque no me lo merezca. En realidad no es cierto que haya sido tan bueno, he elegido siempre mi conveniencia, aun en contra de la de los demás, he sido egoísta y no me he portado siempre bien con mi esposa, lo estoy comprendiendo cada vez mejor, soy muy soberbio. Sale una luz que me atrae con fuerza irresistible, es cierto, esa luz es sólo amor. Me doy cuenta de cuán soberbio y equivocado estaba, nos hacen creer cosas que al llegar aquí no checan, si no se sabe cómo es, se dificulta mucho el pasaje. Esto tiene que saberse y enmendar las enseñanzas que provocan miedo al castigo.  

Cuando un individuo, en nombre de Dios, mata y ha sido cruel con otros seres humanos con la creencia de merecer un premio por ello, sus acciones, al infringir la ley Universal del Amor, quedan plasmadas en su alma que, al dejar el cuerpo, sabe lo negativas que fueron y eso lo sume en las tinieblas de la falta de luz. Esto no significa ningún castigo porque en cuanto él toma conciencia de lo que hizo y se arrepiente, la luz entra en su alma y puede acceder al Mundo Espiritual.

A través de la historia de la humanidad, han sido frecuentes dichos comportamientos, en los que en nombre de Dios se han hecho toda clase de atrocidades. Estos individuos al ser crueles con sus semejantes, en realidad lo usan como pretexto para sacar sus frustraciones y buscar el dominio y el poder sobre ellos. Aún hoy en día prevalecen estas prácticas tan contrarias al amor.

En resumen, la soberbia oscurece el alma y la luz no puede penetrar, por lo que se dificulta su ascensión.

Spiritual Pride

Spiritual ego is one of the most dangerous because the individual believes he is deserving of the highest honors from the “beyond” since he feels better and above the rest. Dedication to the spiritual path, that can make someone excel, must always be based on rightly understood humility.

Humility means knowing that one is an integral part of the Whole, with the wisdom that each and every one has his place and specific purpose within Creation’s harmony; accepting, recognizing and comprehending that one’s capabilities or limitations have been programed in order to work with them. If someone is successful in his enterprises, it is not because that person is superior to the rest but because he has duly taken advantage of the capabilities he received, and that it is the Creator manifesting through that individual. On the other hand, if one has great limitations, those were chosen before embodying to develop a variety of virtues such as humility.

There are those who feel superior because they have devoted their lives to a spiritual path but are contemptuous and judgmental towards others who do not share their beliefs. This is spiritual pride. True spirituality judges no one and respects each person’s path because one cannot know someone else’s state of consciousness or life circumstances.

Occasionally, when dying, those individuals are convinced that they deserve to go to Heaven but when that wish comes from their ego, their soul is not opening to the Light. Rather, the soul is closing off to it because of the pride that goes along with feeling superior and deserving of something that isn’t available to all.

Following is an example of someone who died suddenly, in an automobile accident, and expected to immediately go to Heaven because he had always contributed great sums of money to the Church.

I exited my body without even realizing it when I was still young and had my future ahead of me, when I believed that I could do anything. Nothing stood in my way because I had the means to do everything, but now, I can’t do a thing, nothing, and I’m desperate.

I don’t understand what is happening, I was always a believer and lived by the precepts of the Church. I committed a few sins, like any other man, but I always repented and confessed. I don’t know if this is happening because I didn’t confess before dying. I’d like you to explain where I am and what is going on because there isn’t Heaven or Hell here, nor anyone to judge me.

“All you need to do is ask for the Light,” I replied, “punishment does not exist; God’s immense mercy awaits us with infinite love.”

It isn’t so that they say that God punishes you for no reason but there isn’t any reason why I should be punished. I was always religious and committed to the Church; when the Pope came to Mexico I helped that happen, so there is no motive for my punishment. I don’t think that Heaven opens its doors upon request either; you have to earn it. But how can it be that Heaven isn’t awaiting me after all I did for the Church?

I kept sending him the light of love to help him elevate himself and asking him to call for God’s Light. He then started to see his life more clearly, without self-justifications.

I’m going to ask for God’s Light although I don’t deserve it. In reality, I wasn’t such a good person, I chose out of my own convenience, even against others. I was selfish and wasn’t always good to my wife. I have a better understanding now, I’ve been very proud. I see a light that draws me in with irresistible strength. It’s true; that light is nothing but love. I realize that I was so proud and very wrong. They make us believe things that don’t match with what one experiences here. The passage very difficult if you don’t know what it’s like. This should be known and the teachings regarding the fear of punishment need to be redressed.

When an individual kills and has been cruel to his fellow men in God’s name, believing that he should be rewarded, his actions, that counter the Universal Law of Love, remain imprinted in his soul. When it leaves the body it knows how negative those actions have been and it submerges into darkness, lacking any light. This does not imply a punishment because light enters the soul that can then access the Spiritual World once it becomes aware and repents for its actions.

Such behaviors, whereby all sorts of atrocities have been committed in the name of God, have been frequent throughout the history of mankind. When individuals have been cruel to their peers, it has actually been an excuse to take out their own frustrations and exert power over them. Practices that are so contrary to love are still commonplace even nowadays.

In short, pride obscures the soul and light cannot penetrate it, impairing its ascent.

El infierno – Hell

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El verdadero sentido de la existencia individual está en manifestarnos, cada uno de diferente manera por habérsenos proporcionado el libre albedrío. Al estar experimentando voluntariamente la separación, el miedo que confiere el sentirnos solos y aislados de cuanto existe y de Dios, nos empuja en un principio a actuar en contra del amor, que es unión. El Creador acepta estas actuaciones que a la larga, mediante la ley causa-efecto, nos harán redescubrir la unidad con Todo lo que Es. ¿Cómo podría castigarnos cuando  está de acuerdo en esas experiencias que también Él vive, ya que su esencia está en todo lo que existe? Dios es amor y misericordia infinitos, no es posible que castigue pues sería una contradicción.

Todo sale del Creador y después de manifestarse vuelve a Él. Aunque nos alejemos del camino de retorno, siempre hay una fuerza que nos atrae a su seno; los desvaríos de sus criaturas se compensan siempre con la ley causa-efecto, lo que ocasiona que se vuelva a la ruta correcta. Nunca, ninguna de sus criaturas permanece apartada porque todas son parte integrante de esa Fuente de Toda Vida que es el Todo.

De esto resulta que el llamado Infierno eterno no exista. No hay ningún castigo por los errores que se cometen, sólo situaciones que van dirigidas a restablecer la armonía perdida por falta de amor y de humildad.

Cuando el alma de un ser humano se aleja drásticamente del amor, hay circunstancias promovidas por la ley causa-efecto que le harán comprender su error. Sin embargo, hay almas muy rebeldes que a pesar de ello siguen inmersas en la soberbia de desconocer la existencia de un Ser Supremo, sintiéndose únicos y separados del resto. Esta situación les provoca una gran infelicidad, ya que se están cerrando voluntariamente a la Luz del Creador y por lo tanto a la suya propia; esto es lo que podríamos entender por Infierno. Dicho estado es voluntario y no eterno, ya que generalmente salen de él con la asistencia de altos seres de Luz que vienen a su rescate.

Las almas que se estacionan en el Bajo Astral por diferentes razones, como la culpa, el odio, la venganza, los diferentes apegos, la creencia de que nada existe después de la muerte física, se encuentran en un plano oscuro y frío mientras no ven la Luz. Es una situación muy desagradable pero también, a la larga, logran liberarse y dirigirse al plano que les corresponde en el mundo espiritual.

El castigo que supuestamente merecen los suicidas, tampoco existe. Cuando un individuo decide suicidarse, generalmente lo hace para evadir los obstáculos de su vida que ya no puede soportar. Cree acabar con ella, pero al constatar que ésta no se acaba y que los problemas que creía resolver con ese acto siguen vigentes, se llena de culpa y de remordimiento. Se da cuenta de que fue un acto de cobardía por no enfrentar con valor los problemas que se le presentaron, que con su actuación provocó mucho dolor a sus seres queridos, lo que lo sume en un estado de desesperación. Así vaga por el Bajo Astral sin saber qué hacer ni a dónde dirigirse. Muchos esperan el castigo que creen merecer por su acción insensata. Esta situación bien podríamos describirla como un Infierno, pero en ningún caso es eterna, a estos seres se les ayuda también a encontrar la Luz.

Se puede vivir un infierno en vida cuando ante las circunstancias que se nos presentan no tenemos el valor de afrontarlas y nos rebelamos. Cuando hay aceptación, aún los obstáculos más difíciles se pueden superar; el dolor es parte de la vida pero cuando se aceptan las condiciones que lo provocan, el sufrimiento no aparece.

Tenemos que entender que no hay castigo divino, sólo el amor infinito de nuestro Creador que nos sostiene a lo largo de nuestra evolución.

Cuando dejamos el cuerpo, se ven con increíble claridad todas las actuaciones que tuvimos durante esa última experiencia. Ya no hay lugar a auto justificaciones, se perciben en su justo medio todos los errores y faltas de amor, así como los efectos que nuestra actuación errónea provocó en los demás. Es entonces cuando surgen los remordimientos y el dolor que estos confieren, lo que ayudará a tratar de corregirlos en una próxima existencia.

A continuación transmito el mensaje de un amigo que me habló desde la Luz:

Me dirijo a ti para decirte lo mucho que me sirvió la lectura de tus libros. El hecho de buscar la Luz en cuanto me vi fuera de mi cuerpo me salvó de momentos de angustia y desorientación y llegué de inmediato a este mundo maravilloso gracias a tus enseñanzas. Una vez que llegué, me encontré con un mundo que no esperaba. No sé qué creía al respecto, no me lo cuestionaba porque estaba demasiado ocupado con mi carrera, mi trabajo que tantos premios y reconocimientos me dio. Sí, me envolví en mi ego al sentirme muy superior y, créeme que eso me ha costado lágrimas de sangre al llegar a este mundo excepcional. Efectivamente el castigo no existe, como bien te lo han dicho, pero los remordimientos son peores. Cuando se te presenta lo que fue tu vida y te ves de cuerpo entero con todas tus fallas, sobre todo tu enorme ego, es difícil aguantarlo. Sientes en carne propia lo que les hiciste pasar a los demás como consecuencia de tus defectos. Claro que tampoco te voy a decir que fui malo, sólo soberbio y eso necesita corregirse en una próxima experiencia, porque aquí me he dado cuenta de que la existencia es eterna y nuestra evolución se lleva a cabo mediante muchas diferentes vidas en la materia física. Cuánto te agradezco que me oigas para que des como ejemplo lo que no se debe hacer, aun cuando se tiene éxito en lo que se emprende. Aquí he logrado comprender que lo importante es la humildad, el amor y la generosidad. En lo primero fallé, porque humildad no quiere decir sentirse menos, sino aceptarse con las cualidades que se tienen, agradeciendo al Creador por habérnoslas dado, sintiendo en todo momento que es Él mismo quien se manifiesta a través nuestro, en lugar de sentirse especial y superior a los demás.

Ahora me doy cuenta de que si me hubiera percatado a tiempo de ese defecto mi vida hubiera sido distinta, porque el ego produce infelicidad a propios y a ajenos. Te digo todo esto para que sepas que aquí, al llegar, se revisa la vida que acaba de terminar con sus errores y aciertos y son los primeros los que nos hacen sufrir.

Como se puede entender, son los remordimientos los que nos sirven para corregir los errores y acercarnos cada vez más al descubrimiento de nuestro verdadero ser que es AMOR.

Hell

The true meaning of our personal existence is in manifesting ourselves, each one in different ways because we were given free will. As we voluntarily experiment separation, the fear of feeling alone and isolated from all existing things and God, we are initially pushed to act against love that is union. The Creator accepts these actions, that on the long run, through the law of cause and effect, will lead us to rediscover togetherness with All that Is. How could He punish us when he agrees with those experiences that He shares in given that his essence is omnipresent? God is infinite love and mercy; He cannot punish us because it would be contradictory.

All things come from the Creator, and after manifesting, return to Him. Although we stray on our way back, there is always a force that attracts us towards him. The law of cause and effect, taking us back to the right path, always compensates for His creatures’ shortcomings. None of His creation will remain separate because we are all an integral part of the Source of All Life that is the Whole.

Consequently, so-called Hell does not exist. There is no punishment for the mistakes we make, only situations directed towards reestablishing harmony that has been lost due to a lack of love and humility.

Circumstances promoted by the law of cause and effect will make a human being’s soul understand its faults when it distances itself from love. However, there are rebellious souls that, notwithstanding, remain submerged in pride, ignoring the existence of the Supreme Being, feeling alone and apart from the rest. Situations like this engender profound unhappiness, as those souls are voluntarily shutting out the Creator’s Light, and henceforth, their own. That condition can be interpreted as Hell. But it is voluntary and is not eternal since those souls are generally able to exit with the aid of highly beings of Light who come to their rescue.

The souls that remain in the Lower Astral for a variety of reasons such as guilt, hatred, revenge, a variety of attachments, the belief that nothing exists after physical death, and so on, are in a dark, cold plane until they see the Light. It is a miserable situation, but with time, they will free themselves and go towards their corresponding plane in the spiritual world.

Punishment, allegedly deserved, for suicides does not exist either. When an individual takes his own life, it is generally to avoid obstacles that he could no longer endure. He believes that he has done away with his life but when he discovers that it does not come to an end, and that the problems he thought would be solved by killing himself remain, he becomes guilt-ridden. He realizes that it was a cowardly act on account of not being able to face the issues he encountered with courage, and that his actions brought grief upon his loved ones, sinking him into desperation. Hence, he wanders in the Lower Astral not knowing what to do or where to go. Many expect punishment that they believe is warranted for their senseless act. We could describe such a scenario as Hell, but again, it is not everlasting, and these beings will also be helped to find the Light.

We can be submerged in a living hell when we are not brave enough to confront our circumstances and choose rebel instead. Even the greatest obstacles can be surmounted when there is acceptance; pain is part of living but when the conditions that cause it are accepted, there is no suffering.

We must understand that there is no such thing as divine punishment, just our Creator’s boundless love that sustains us throughout our evolution.

It is unbelievable how clear actions from our most recent experience become once we have left our body. There is no more room for justifications, and our mistakes and failings to love take on their true dimensions, just like the effects of our wrongdoing on others. That is when remorse takes over and the pain it causes can help us to correct them in a future experience.

Following is a message from a friend who spoke to me from the Light.

I’m speaking to you to tell you how helpful it was for me to read your books. Seeking the Light when I left my body saved me from the anguish of feeling lost, and I immediately arrived in this wonderful world thanks to your teachings. Once I was here, I found a world that I didn’t expect. I don’t know what I thought about it. I hadn’t questioned myself before because I was too busy with my career, my work and the awards and acknowledgements I received. Yes, I was enveloped in my ego, feeling so above it all. And believe me, I cried bitter tears when I arrived to this exceptional world. As you have been told, punishment doesn’t exist but regrets are worse. It is so difficult to bear when you are presented with your life and you see the whole of yourself, with all of your flaws, and mainly, your enormous ego. You feel what you put others through as a result of your defects in the flesh. I don’t mean to say I was evil, I was proud, and that needs to be repaired in another experience, because I now realize that existence is eternal and our evolution occurs over the course of many different lives in physical matter. I thank you so much for listening to me so that you can give others examples of what they shouldn’t do, even if they succeed in every undertaking. I have finally understood that humility, love and generosity are all that matter. I failed on the first count, because humility is not feeling that one is lesser, it is to accept oneself with one’s talents, thanking God for having granted them to us. Recognizing at all times that it is He, manifesting Himself through us, instead of feeling special and better that the rest.

I now know that if I had been aware of this character flaw earlier on, my life would have been different, because the ego only causes us unhappiness and to everyone around us. I’m sharing this with you so that you know that when we arrive here, the life that has just ended is examined with the good and the bad, and it is the latter that makes us suffer.

It is clear through this testimony that it is through repentance that we learn to correct our mistakes and approach the discovery of our true self, which is LOVE.

La aceptación – Acceptance

«Acceptance» can be found below.

La aceptación significa admitir los errores y defectos propios y ajenos sin enjuiciarlos, tomando consciencia de que hemos venido a esta dimensión a experimentar la imperfección, para que poco a poco vayamos descubriendo lo que somos en realidad. Al olvidar que somos parte integral de Dios, que venimos de Él y que a Él habremos de volver, entramos en un estado de olvido en el que no entendemos bien de qué se trata la vida en la materia. Entonces desarrollamos una serie de comportamientos que tienen como finalidad cubrir el miedo que nos provoca creer que estamos solos y separados del Todo y tratar así de eliminar el vacío existencial que experimentamos con el olvido de nuestra verdadera naturaleza que es amor, unión. Surge en nosotros la necesidad de ser superiores a los demás, lo que nos da seguridad, de ser aceptados y reconocidos por nuestros logros; el deseo de posesiones materiales y de controlar a todo y a todos, lo que se traduce en poder. El Ego es el que se alimenta de esto.

Quien tiene una baja estima de sí mismo es porque no acepta su vida ni su persona, desearía ser más rico, más popular, más bello, más poderoso; en suma, busca la superioridad en todos los aspectos; desearía que cualquier cosa que haga fuera perfecta y no acepta equivocarse. Todo esto es Ego. El perfeccionismo, entendido de esa manera, es un obstáculo para la humildad. Tratar de hacer lo mejor que uno puede en todo lo que se emprende es lo que se debe hacer, pero si no se obtiene la perfección, que no existe, entonces hay que aceptarlo.

Aceptación también es estar en armonía con las circunstancias que nos tocan vivir, las cuales hemos diseñado antes de venir al mundo de la materia y que son las herramientas que nos servirán para obtener lo que nos propusimos antes de encarnar. Con ellas podremos trabajar las virtudes que necesitamos desarrollar y sabremos cuáles son si observamos nuestras fallas. Si nos falta generosidad, por ejemplo, es eso lo que tenemos que trabajar, practicándola cuando se presente la oportunidad; si es la paciencia lo que venimos a aprender, tratar de ser paciente aún delante de circunstancias difíciles de aceptar; si el orgullo es el que nos domina, debemos auto observarnos para transmutarlo en humildad. Cuando es el control sobre los demás y sobre nuestra vida lo que no podemos resistir, habrá que soltarlo y aceptar a los otros como son, respetando sus decisiones y, a la vez, fluir con lo que nos toca vivir.

La aceptación es no rebelarse ante los obstáculos que se nos presentan en la vida, que por dolorosos y difíciles que sean, son siempre una oportunidad para crecer y volverse más fuertes. Superar el reto que representan las dificultades de la vida es un aprendizaje que está implícito en él, como pueden ser: el desapego, la generosidad, la compasión, la misericordia, el perdón, etc.

No hablamos con esto de conformismo. Luchar por mejorar nuestras condiciones o por obtener un objetivo justo es válido, pero cuando éste no se da, a pesar de un gran esfuerzo, hay que dejarlo ir porque quiere decir que ese no era el camino.

El Ego es el principal enemigo de la aceptación, es el que busca controlar todo, ser perfecto, promoviendo toda clase de deseos que buscan tapar la infelicidad que produce la separación. Si el ser humano busca llenar el vacío con deseos banales de todo tipo, encuentra que a cada deseo cumplido le sigue otro de inmediato, que cada objeto deseado y obtenido no lo llena como esperaba, pues el placer que le proporciona es efímero. Así pasamos la vida, envueltos en deseos que se suceden unos a otros sin obtener nunca la plenitud esperada. Surge un sentimiento profundo de insatisfacción después del fugaz placer del deseo cumplido; entonces, sobreviene la sensación de no tener suficiente, de necesitar más, de poseer más y nunca hay fin a este deseo.

La culpa es la no aceptación de nuestros errores. Una cosa es tomar conciencia del error que cometemos para tratar de no repetirlo y otra es culparnos por haberlo cometido y no haber sido perfectos. Esto también es Ego.

Una persona que no lograba ir a la luz del mundo espiritual por la culpa y la no aceptación de lo que fue su vida, me pidió ayuda:

Oí voces que me trajeron diciéndome que puedes ayudarme. ¿Qué puedo hacer para salir de este calabozo? Morí lleno de culpa por haber desperdiciado mi vida con el alcohol. Me volví alcohólico porque la vida que tenía no me satisfacía. Ayer te oí decir que hay que aceptar lo que uno tiene que esa es el arma que tenemos para enfrentar la vida y con ella llevar una vida de amor y generosidad. Eso es exactamente lo que no hice, siempre deseaba lo que no tenía y estaba muy descontento con mi vida y mi persona, lo que me empujó a la terrible adicción al alcohol que me costó la vida. Desde entonces sólo vivo de reproches y no sé a dónde ir. ¿Tú sabes qué podría hacer?

Después de ayudarlo a liberarse de su culpa, se dirigió a la Luz y dijo:

Me siento dichoso en esta luz, empiezo a comprender muchas cosas: que el amor, la generosidad y la aceptación de nuestras circunstancias es lo que debemos practicar en la vida para avanzar. Estoy muy feliz, gracias por indicarme el camino de la liberación.

La separación que voluntariamente estamos experimentando nos produce una gran desolación y lo único que llenará el vacío del alma es encontrar quiénes somos en realidad, nuestro verdadero ser que es amor y unión con el Universo que es Dios y su Creación.

Acceptance

Acceptance means admitting one’s own mistakes and flaws, and those of others without passing judgment, being mindful that we have come into this dimension to experience imperfection, and to slowly discover what we really are. When we forget that we are an integral part of God, that we have come from Him and will return to Him, we enter a state of disremembrance where we do not clearly understand what life in matter is about. We then develop a series of behaviors to mask our fear, which comes from believing that we are alone and detached from the Whole, in an attempt to fill the existential void that we are confronted with because we have forgotten our true nature that is love and unity. We feel the need to stand out above the rest, to be accepted and to gain recognition for our accomplishments, a desire for material things, and to control everything and everyone around us. All of this is power and the Ego feeds on it.

Those who have low self-esteem do not accept themselves or their life. They covet being richer, more popular, more beautiful, and more powerful… In a word, they seek superiority in every way, craving to be perfect in everything they do and never acknowledging their mistakes. All of this is Ego. Perfectionism, when understood in these terms, is an obstacle for humility. One should always try to do one’s best in every task in life, but when perfection is not achieved because it does not exist, one must be accepting.

Acceptance also implies maintaining harmony with the circumstances we live in, which we designed before we came into the world of matter, and are the tools that will help us in attaining the goals we set for ourselves before incarnating. With them, we can work on the virtues that we need to develop and will be able to identify them if we take a close look at our shortcomings. For example, if we are lacking generosity, that is what we ought to focus on, practicing it whenever the opportunity arises. If patience is what we need to learn, we must try to be patient even in the most difficult of circumstances. If we are overpowered by our pride, we should be observant in order to transmute it into humility. When we are compelled by the desire to control everyone else and every detail in our lives, we have to release that need and accept people for who they are, respecting their decisions as we flow with the life we chose to live.

Acceptance is to not rebel in the face of problems that arise in our lives. Regardless of how painful and complicated, they are always an opportunity to grow and become stronger. Overcoming the challenges that life’s difficulties represent is the learning that they bring: detachment, generosity, compassion, mercy, forgiveness, etc.

We are not referring to conformism here. Struggling to improve our conditions or to reach a fair goal is valid, but when it does not happen regardless of our greatest efforts, we need to it let go because it means we are not on the right path.

The most formidable enemy of acceptance is the Ego. It seeks absolute control, to be perfect, and promotes all sorts of desires to cover up the discontent that is sourced in separateness. When an individual seeks to fill the void with mundane desires, he discovers that with each one that comes true, another immediately follows, that the objects of his desire do not bring the satisfaction he is longing for because the pleasure that comes with them is ephemeral. And so, life carries on as a succession of desires that do not provide the expected fulfillment. A deep sense of dissatisfaction follows the fleeting gratification of a wish that is granted. Then comes the sensation of never having enough, always needing more, having more, and that desire never comes to an end.

Guilt is non-acceptance of our mistakes. Becoming aware of a mistake we made to try to not repeat it is one thing but it is different to blame ourselves for having made it, for not having been perfect. This is also Ego.

A person who could not go to the Light of the Spiritual World due to guilt and non-acceptance of his life asked me for help.

I heard voices that brought me saying that you could help. How do I escape this prison cell? I was guilt-ridden for having wasted my life on alcohol when I died. I became an alcoholic because I was not satisfied with my life. Yesterday, I heard you say that people should accept what they have, that they are tools to face their lives, and to use those tools to live a life of love and generosity. That is exactly what I didn’t do. I always wanted what I didn’t have and was very unhappy with my life and myself. That pushed me into alcoholism, that horrible addiction that took my life. Since then, I live in disapproval and don’t know where to go. Do you know what I can do?

After helping him free himself of his guilt, he went towards the Light and said:

I feel happy in this light, I’m beginning to understand many things: that love, generosity, and acceptance of our circumstances is what we need to practice in order to advance. I’m overjoyed; thank you for showing me the path to liberation.

Separation, which we are voluntarily experiencing, produces profound desolation, and the only thing that will fill the emptiness in our soul is to find who we really are, our true self that is love and unity with the Universe that is God and His Creation.

La violencia

El momento actual es de cambio y por eso se están dando tantas situaciones de violencia, la cual es nacida del miedo;  mientras no se entienda que todos somos Uno, continuará la lucha por el poder. La violencia nace del miedo, que a su vez da lugar al ego. Al creernos solos y separados del Universo y de Dios tenemos miedo, por lo que desarrollamos una serie de comportamientos tendientes a cubrirlo, los cuales conforman el ego. El deseo de sobresalir sobre los demás, la necesidad de ser aceptados y reconocidos, nos hace sentir más seguros; las posesiones materiales nos dan una transitoria satisfacción, pues una vez obtenidas, aparece el deseo de tener más y la búsqueda del control que lleva al poder es lo más irresistible para el ser humano que cree obtener seguridad con ello. El ego y sus exigencias generan violencia cuando se ve contrariado en sus deseos.

Actualmente las conductas de la humanidad están polarizadas, los que buscan la luz cada vez lo hacen más intensamente, mientras que los que están en la oscuridad se hunden más profundamente en ella, debido a que la vibración de la Tierra se incrementa y con ella la de sus habitantes. Esto dará lugar al cambio de dimensión que se está preparando, en el que quienes no logren elevar su vibración no podrán seguir en este planeta, es decir, no podrán reencarnar más en él.

Los que están inmersos en el ego que únicamente busca el poder, su actitud ante la vida es de manipulación y violencia para infundir miedo y así controlar a la humanidad. Desde los videojuegos, las películas, las series de TV, las lecturas, las noticias, incrementan la violencia a todos los niveles: entre los niños, los jóvenes y aún las guerras están atizadas por todo esto.

Una de las razones de la violencia que impera en el mundo es el resultado del ego ambicioso de la humanidad. Al nunca encontrar saciedad en las posesiones materiales ni en el poder, se busca la plenitud tratando de obtener más y más dinero, más y más poder, sin nunca encontrar la plena satisfacción porque lo que en realidad busca el alma del ser encarnado es ilimitado, es la unión con el Todo del que se cree separado. La insatisfacción y el vacío existencial que experimenta el ser humano, lo empujan a buscar obtener lo que desea empleando la violencia, si es necesario. También, cuando no se es feliz, la felicidad ajena no se soporta y es cuando el salvajismo y la crueldad aparecen en el comportamiento humano.

Necesita el ser humano entender que mientras busque la plenitud de su ser en el materialismo y el poder sobre los demás, nunca lo obtendrá. Es en la unión con el Todo a través del amor cuando encontrará la satisfacción y la felicidad. El amor  es unión, mientras que el poder separa, lo que produce una profunda desdicha.

El bagaje cultural machista de la humanidad en el que el hombre se impone sobre la mujer mediante la fuerza física y la agrede cuando no se pliega a su voluntad,  es el responsable de tantas atrocidades que se cometen. Otra vez aquí aparece el ego controlador. También las frustraciones que algunos individuos experimentan las desahogan agrediendo a quien pueden y muchas veces a su propia familia.

El fanatismo, ya sea religioso, ideológico o de cualquier índole, es otra fuente de violencia, el fanatismo que tiene como origen el ego y el miedo que es uno de los componentes de este último. Cuando el fanático tiene una creencia que considera como la única verdad, se apega a ella porque le da seguridad. Aparece después el deseo de imponerla a los demás con el objetivo de obtener el control, lo que en muchas ocasiones se hace contra la voluntad de éstos y de manera cruel y violenta.

El espíritu competitivo incrementa el ego y la competencia a todos los niveles, mientras provoca la satisfacción del ganador, es causa de infortunio del perdedor. La competencia en muchas ocasiones es despiadada, promueve la violencia y la injusticia con el fin de lograr la superioridad sobre el oponente. Desde los juegos hasta los negocios, todo se basa en competir. En lugar de trabajar por sacar lo mejor de uno mismo para el bien de la comunidad, el que compite lo hace para beneficio propio en perjuicio de otros.

Al entrar en el mundo dual son necesarios los dos polos, lo que se entiende por bueno y por malo, porque sin ello no se puede vivir la dualidad. Para salir de ella se deberá limpiar la negatividad que cubre la Tierra para que se dé el cambio de dimensión; es necesario que se exacerbe y cuando ya  no pueda seguir más, desaparecerá para dar lugar a un mundo de paz y fraternidad. Esto nos lo dicen los maestros espirituales.

Adicciones

Se nos ha otorgado la existencia que se considera como individual, aunque en realidad no lo es, ya que estamos todos unidos siendo uno y lo mismo con nuestro Creador. Nos preguntamos por qué nos hemos alejado en conciencia del Todo y la contestación aproximada es porque se nos ha dado la oportunidad de crear con voluntad propia y así experimentar la vida en la materia física con sus retos, alegrías y sufrimientos, todo para expresarnos como deseamos. Sin embargo, siempre estamos contenidos en Él, no puede ser de otra manera porque Dios no se divide, sólo da libertad a esas partículas de su conciencia para que actúen como lo decidan, pero recogiéndolas después en su Ser Infinito. Todo este proceso se puede resumir en amor, porque por amor da libertad a las partículas de su Esencia para que experimenten toda clase de vivencias y acogerlas de nuevo en su Ser con infinito amor.

Cuando estamos encarnados en la tercera dimensión, decidimos experimentar todo lo que el mundo físico ofrece para desarrollar nuestra creatividad y así contribuir a la creación que es movimiento y expansión continuos. Somos seres divinos que voluntariamente nos hemos limitado en nuestro entendimiento para poder actuar en el mundo material y así experimentar lo contrario de lo que somos para que poco a poco vayamos descubriendo nuestra verdadera naturaleza, que es amor, con el placer infinito que eso confiere.

Al olvidarnos de quiénes somos, de dónde venimos y adonde habremos de volver, nos sentimos solos y abandonados. En ocasiones el ser humano no encuentra el verdadero sentido de la vida y experimenta en el alma una soledad inmensa. Sobreviene un rechazo a los obstáculos que se le presentan en la vida como la falta de amor, dinero o cualquier carencia, que lo empujan a compensarlos con alguna adicción. Estos obstáculos los elegimos antes de encarnar con el objeto de aceptarlos y trascenderlos y la adicción es una forma de evadir esa realidad.

El alcohol y las drogas producen un estado de alteración de la percepción de la realidad que el adicto se rehúsa a vivir. Una vez bajo el efecto de éstas, el individuo no quiere volver a sentir la sensación de infinita soledad y vacío existencial y le crea una dependencia. Por ejemplo, el cigarro produce ciertas reacciones químicas que aparentemente calman la ansiedad y producen una tranquilidad temporal. Así se produce la adicción: el organismo se habitúa tanto a la nicotina, al alcohol o a cualquier tipo de substancia, que necesita que se le proporcione para sentirse bien.

También puede darse la adicción a las personas. Cuando el individuo se apega de tal manera a una persona que sin ella no puede vivir, aunque la relación sea perfectamente negativa porque lo hace sufrir, es porque el sentido de abandono que todos tenemos al creernos separados, él lo tiene en forma exagerada y trata de compensarlo con esa dependencia.

La adicción es una forma de evasión de la realidad. Existen muchas maneras de evadirla. Una de ellas es la obsesión con al trabajo. Trabajar es una actividad que, cuando se vive únicamente para eso, sirve para evitar enfrentar ciertas emociones y problemas de la vida diaria. Otra es la obsesión con la comida, que tiende a compensar ciertas emociones como el miedo, el abandono, la falta de amor, etcétera.

La culpa es un sentimiento nacido del ego, porque una cosa es tomar conciencia de que se actúa erróneamente y tratar de compensar ese error, teniendo al mismo tiempo la intención de no repetirlo y otra muy distinta es instalarse en la culpa por no aceptar haberse equivocado a causa de la propia imperfección. Esto último es soberbia, pues el individuo rechaza el hecho de no ser perfecto, lo que en ocasiones lo lleva a actuar cada vez más en situaciones que le provoquen culpa y así justificar una adicción que la pretende tapar.

El adicto pertenece a un grupo de almas que traen ese gen en su ADN con el objeto de superarlo y buscar la plenitud espiritual en la apertura de conciencia. Este es el caso de una mujer adicta al alcohol y a las drogas que su propia culpa le produjo una terrible enfermedad que le provocó la muerte. Así me habló desde el mundo espiritual:

La adicción es la defensa del alma ante los avatares de la vida en la materia, es la evasión de la realidad, ya que el placer transitorio que ofrece cualquier adicción, cubre por un lapso de tiempo el miedo y el desamparo que se experimenta al no encontrarle sentido a la vida. En mi caso fue para cubrir el sentido de culpa absurdo que ya estaba en mi cuerpo astral como resultado de otras vidas de victimario. En lugar de compensar con servicio y amor, que hice a medias, me sumí en conductas que me proporcionaran culpa para justificar mi adicción, que no era otra cosa que la evasión de la realidad que me tocó vivir. Antes de ir me propuse compensar con servicio y superación de este comportamiento que ya traía de otras vidas.

La religión para mí era un escudo detrás del cual me protegía pensando que si la seguía, eso me salvaría. Ni la seguía realmente ni creía todo lo que decía y por eso vivía culpabilizándome, aunque pensaba que Dios me perdonaría a pesar de mis errores. Ni siquiera solicité la presencia de un sacerdote para que me confesara porque -otra vez la soberbia- me sentía superior a ellos y que mi comunicación con Dios era suficiente. En esto último tenía razón, pero hubiera debido ser con humildad, que fue lo que siempre me faltó. Mi soberbia me ganó y nunca quise admitir que alguien supiera algo que yo no. Aun aquí tengo que quitarme el atavismo de creer que todo lo sé y que lo que me dicen no es cierto.

La depresión es otra forma de evasión. La tendencia, que se trae también en el ADN, es algo que se escoge con la intención de superarla. Lo que la detona es la no aceptación de las circunstancias que se presentan en la vida, lo que produce una serie de desajustes químicos que provocan la enfermedad. Cuando no se atiende puede llegarse al suicidio, que es la máxima expresión del rechazo a la vida como se presenta. He aquí el caso de un suicida que ayudé a encontrar la Luz del mundo espiritual que desde allí me habló.

Carmen, se me permite hablarte para darte las gracias por la ayuda increíble, inconmensurable que me diste al indicarme el camino de la liberación. Como sabes, me suicidé porque no encontraba el sentido de la vida. Me entretenía con festejos para tapar una depresión que no podía controlar. Esa depresión venía de esa falta de sentido de la vida, empezó cuando tuve problemas financieros y  no podía darle todo lo que quería a mi mujer, lo que me frustraba bastante. Cuando la situación económica mejoró, creí que la depresión se acabaría, pero no fue así, me empecé a dar cuenta de la vaciedad de mi vida, de que nada material me satisfacía, pero tampoco busqué la salida, como entrar en conceptos profundos de la vida, todo era reír y pasear. Ahora me doy cuenta de que si hubiera buscado algo de espiritualidad quizá hubiera salido de esa horrible depresión, la cual trataba de esconder en lugar de curar. Aquí he comprendido que es la paz interna que se obtiene a través de dar amor incondicional a todos y generosidad con quien lo necesita. La fiesta está bien como complemento pero no como meta. Ante todo entrar en contacto con tu alma siendo siempre justo y dando amor verdadero a quienes te rodean, sean quienes sean.

La meditación profunda es una útil herramienta que nos pone en contacto con el Todo, por eso es que se experimenta una sensación de plenitud, paz y armonía. Al meditar profundamente nos estamos comunicando con nuestro ser real, que no es separado de la creación, sino parte integral de ella y de Quien es el origen y núcleo de cuanto existe, al que se  le llama Dios, Creador, el Todo, Conciencia Universal. Es en los momentos en los que nos alejamos mentalmente de la tercera dimensión, cuando entramos en relación con la magnificencia de lo que somos en realidad. Somos como gotas de agua del Océano que cuando se unen a Él son el Océano, no hay separación. Esta herramienta nos ayuda a volver a la conciencia de unidad, a entender que no estamos solos ni separados y puede ser útil para el control de la depresión y de las adicciones.

Pero el mejor antídoto de todas estas conductas es la aceptación de lo que nos acontece y de quienes somos, porque todo lo que nos toca vivir lo hemos planeado antes de encarnar para aprender y practicar las diferentes virtudes como la humildad, la paciencia, la generosidad, en suma, el amor en todas sus expresiones, lo que nos llevará a evolucionar y así regresar a nuestro origen.

Porqué algunas almas no van al Mundo Espiritual

Al morir el ser humano, el alma deja el cuerpo que le sirvió de vestido para manifestarse en el mundo físico y debe dirigirse al Mundo Espiritual, que es a donde le corresponde estar. Todos sin distinción tienen que regresar a él, pues es allí la verdadera vida, ya que la que vivimos en la Tierra no es más que una de tantas experiencias en el largo camino de la evolución. No obstante, algunas almas no se dirigen de inmediato a la Luz por estar aferradas a los intereses y pensamientos que tenían en el momento de la muerte.
Cuando decidimos incursionar en el mundo dual, del olvido de nuestro verdadero Ser, nos cubrimos de miedo al creernos separados de nuestros semejantes y de Dios, lo que da lugar al Ego. Es el Ego el responsable de lo que se entiende por maldad, porque al tratar de cubrir ese miedo desarrollamos una serie de comportamientos dirigidos a sentirnos más seguros, como son: la necesidad de sobresalir, de ser aceptados y reconocidos, de posesiones materiales y sobre todo de controlar. En un principio cualquier método es bueno para obtener esto, lo que provoca todo tipo de acciones negativas, pero poco a poco, mediante las diferentes vivencias en las que no obtenemos la plenitud deseada con ninguno de esos comportamientos, vamos eliminando el Ego separatista para regresar a la conciencia de unidad y terminar así con las diferentes vidas en el mundo físico. Pero mientras esto sucede, cada vez que venimos a él nos involucramos con lo que este mundo ofrece.
En el momento de la muerte física, generalmente, si el individuo no se apega a lo que dejó, ve la luz que emana del Mundo Espiritual que lo atrae y lo lleva al plano que le pertenece según su estado de conciencia. Sin embargo hay varias razones por las que los espíritus se quedan en ese limbo denominado el Bajo Astral, que no es ni el mundo material ni el espiritual. Son sus pensamientos los que los atan a ese plano y les impiden ver la luz que brilla para todos, “buenos” y “malos”.
El apego a lo que dejaron sobre la Tierra, a los seres queridos, a los bienes materiales, al poder, es una de las razones que les impiden elevarse a esferas superiores. Algunos que ni siquiera se han percatado de que están muertos, se desesperan porque nadie los ve ni los oye y no saben a dónde ir. Otros, a pesar de darse cuenta de que han fallecido, se niegan a moverse de donde están, ya sea por culpa, por miedo al castigo que creen merecer o por rebeldía ante el suceso de su muerte. También se encuentran en la oscuridad los que estando envueltos en soberbia, niegan la existencia de un Ser Supremo y un poder superior a ellos.

Entre las múltiples experiencias que he tenido ayudando a aquellos que están atorados en el Bajo Astral, el siguiente ejemplo nos muestra el caso de un alma que estaba fuertemente apegada al control y a las posesiones materiales, lo que le impedía ver la Luz. Me llamaron en una casa donde había todo tipo de manifestaciones paranormales. Se trataba del alma del antiguo dueño de la casa que se encontraba atrapado por sus pensamientos de apego y control, que me dijo lo siguiente:
– Necesito que les digas a mis familiares que hicieron un error garrafal al vender esta casa. Yo se los dije mil veces pero no me hicieron caso. Su patrimonio se convirtió en cero y ahora no saben qué hacer. Sí, soy su padre y quisiera que esta casa volviera a ellos y por eso no me voy de aquí hasta que los nuevos dueños se aburran y la dejen. Entonces mi familia volverá a comprarla porque yo los estoy ayudando a obtener el dinero.
Después de convencerlo de que ya no le tocaba estar allí, encontró al fin la Luz.

– Me voy al Paraíso, no puede tratarse de otra cosa, aunque no lo merezco, pero hay un tal amor que emana de esa luz que todo lo limpia y perdona.

En una ocasión, una familia me pidió ayuda porque su bebé lloraba constantemente durante la noche. Mis guías me dijeron: ”Allí se encuentra una mujer que murió sin descendencia y con la obsesión de ser madre; al ver al bebé, lo siente como si fuera suyo y por eso está con él, sobre todo en la noche, en la que suele cargarlo cuando su cuerpo astral se separa del físico. Por esa razón el niño llora”. A continuación, la traté de convencer de que dejará ese lugar y al niño que no le pertenecía, porque ella se encontraba en un plano diferente al material y ahora le correspondía ir a una vida llena de amor y armonía.

– ¿Quién eres tú para decirme lo que tengo que hacer? Aquí encontré a mi hijo y no pienso dejarlo. El verdadero problema que siempre he tenido es mi rebeldía. Nunca quise hacer lo que me decían para poderme embarazar y el tiempo se acabó. Me dices cosas que no creo. No hay más vida que le que dejé. Es cierto que no soy feliz, pero dónde puedo serlo si nunca fui capaz de tener un hijo, que era toda mi ilusión.

Finalmente, desapegándose de su obsesión, logró acceder al Mundo Espiritual.

Cuando la muerte es súbita, muchas veces los individuos no se dan cuenta de que murieron y se encuentran completamente desorientados. Este es el caso de una mujer que fue secuestrada y después asesinada.

– No sé quién eres pero oí voces que me trajeron hasta aquí y veo que me escuchas. No sé qué me pasó, después de que me secuestraron me tuvieron en una casa de seguridad en unas condiciones infrahumanas. Me pidieron todas las indicaciones para comunicarse con mi familia y solicitar el rescate. Parece ser que lo obtuvieron pero no se atrevieron a entregarme porque yo los había visto bien y oído sus voces. Decidieron que más valía hacerme desaparecer y de pronto entraron al cuarto donde me tenían, me hicieron levantarme y estando de pie me desmayé y ahora no sé dónde estoy. Me pregunto si estoy muerta o me llevaron a un calabozo para desaparecerme.

La convencí de que estaba muerta y que ahora debía ir al mundo espiritual, lo que la liberó.
La culpa es otro obstáculo que les impide a los espíritus ir a donde les pertenece. Esta situación se encuentra muy a menudo entre los suicidas, como el caso que sigue a continuación.

– Lo que hice fue una soberana idiotez, estaba en un estado de depresión que trataba de esconder, pero que me ahogaba. No encontraba el sentido de la vida, me atarantaba con amistades y jolgorios, pero en el fondo sentía una soledad aterradora. Me culpo de haber hecho esa acción que provocó tanto dolor a mi familia pues creyendo que acababa con mi horrible vida, me doy cuenta de que no acabé con nada y que ahora me siento peor todavía y sin remedio. Pido perdón por lo que hice y porque no busqué de manera eficiente solución a mi problema de depresión. ¿Por qué estaba deprimido? No lo sé a ciencia cierta, sólo encontraba que nada me satisfacía, teniendo todo lo que normalmente se necesita para ser feliz. Ahora me doy cuenta de que no había una verdadera razón para ello, pero había algo en el fondo de mí que me producía una insatisfacción profunda.
Pido perdón a todos a los que hice sufrir con mi acción insensata. Por favor diles que me arrepiento hasta lo más profundo.

Le contesté que el castigo no existe, sólo el amor y la misericordia infinitos de Dios. Lo único que tenía que hacer es pedir ir a la Luz.

– ¿Qué me dices? ¿Cuál luz? Sólo hay oscuridad en este lugar, además no merezco ir a la Luz después de lo que hice. No puedo pedir una luz que no es para mí, mientras esté vivo seguiré aquí en castigo por lo que hice. Muchas gracias por tus buenas intenciones pero sigo sin creer en esa luz maravillosa de la que me hablas, y si existe, no es para mí.

Le insistí en la inexistencia del castigo, en que solicitara la luz que lo liberaría y lo llevaría a donde debía estar.

– Pido ver la luz que no merezco y salir de la oscuridad…es cierto, ya se abrió una puerta de donde emana una luz incandescente que no quema ni deslumbra. Me atrae con fuerza irresistible y es, como dices, llena de amor y de perdón, se siente tal felicidad que no hay palabras para describirlo… Me voy al Cielo porque no creo que se trate de otra cosa. Ahora comienzo a comprender muchas cosas, aún el motivo de mi depresión que era por la falta total de espiritualidad; creía encontrar la plenitud de la vida en cosas materiales, pero en el fondo lo que buscaba era a Dios. Aquí se siente su amor y su existencia de una manera indiscutible.

Cuando las personas se rebelan ante su muerte les es difícil cambiar sus pensamientos de inconformidad ante el destino. Una mujer joven que murió después de una enfermedad larga y dolorosa, no podía resignarse ante lo inevitable y llena de enojo me habló así:

– Nunca creí en tus ideas tontas y ahora menos que nunca pues me encuentro con que perdí mi cuerpo pero sigo viva. No entiendo por qué me quitaron una vida que me encantaba, por qué hay tantas injusticias, porque lo que me pasó es injusto y no quiero oír idioteces como que Dios da las penas para después premiarte ¿A dónde está el premio? Esto es horrible, ya no tengo dolor físico pero estoy en la nada, lejos de mi familia y de mi marido, no entiendo qué es esto, sólo una enorme injusticia.

– La única manera de salir de esa oscuridad helada en la que te encuentras es cambiar tus pensamientos de rebeldía y solicitar ir a la Luz, que es donde te corresponde estar, en un mundo lleno de paz y felicidad – le contesté

– No creo que sea más feliz de lo que fui, pero haré lo que dices a ver qué pasa. Veo ya una puerta de donde sale una luz muy intensa, me acerco y me cubre con un bienestar inmenso, se experimenta amor, compresión, felicidad, es cierto. Sé que fui muy soberbia al no aceptar que ya me tocaba irme y me arrepiento porque esto es maravilloso. Negué a Dios y a su gloria y ahora veo que sí existen, me enterqué en seguir con vida cuando ya no me tocaba…me doy cuenta de tantas cosas, de mis errores al no aceptar mi destino, pero si supiéramos la existencia de esta maravilla no nos agarraríamos a la vida física como lo hacemos.

– Negué todo, desde la existencia de Dios hasta la vida después de la muerte y por eso tenía tanto miedo de ya no existir ¡Qué necia fui! Me doy cuenta ahora de cuánto perdí al no acercarme a la espiritualidad pues no hubiera sufrido como sufrí.

Estos ejemplos nos muestran cómo nuestra mente no sólo rige nuestra vida pero también la muerte. Ésta puede ser tan feliz o dolorosa según la dirección de nuestros pensamientos. Si ellos son de aceptación, desapego a lo que se queda y deseo de ir a Dios, la transición será muy fácil y liberadora, pero si hay apego, deseo de venganza, rebeldía, culpa, soberbia, nos quedaremos atrapados en un plano en el que ya no nos toca estar.

El Ego

Cuando nos separamos en conciencia del Todo -aunque no en realidad, ya que esto es imposible- nos cubrimos de miedo al sentirnos solos y aislados de lo que nos rodea. El miedo es el que mueve al mundo, es el que empuja al ser humano a actuar en contra del amor, al ser su contrario, por lo que aparecen las actitudes de codicia, avaricia, envidia, mentira, engaño, ira, apego, vicio, crueldad y maldad en todas sus formas.

Para contrarrestar el temor que nos produce vivir en la dualidad desarrollamos  una serie de comportamientos para cubrirlo, como la necesidad de sobresalir sobre los demás para sentirnos más seguros, de  ser aceptados, lo que nos da la sensación de pertenencia y de ser amados, de ser reconocidos por nuestros logros para elevar nuestra autoestima; necesitamos también de posesiones materiales que satisfacen temporalmente nuestro vacío existencial y lo más fuerte de todo que es el control sobre nuestra vida y la de los demás, lo que se traduce en poder. Esto es lo que conforma el EGO, es nuestro falso Yo que se cree separado y limitado.

El Ego nos es necesario para vivir la ilusión del mundo físico, pero en el curso de la evolución éste va poco a poco desapareciendo. El Ego es el responsable de nuestros sufrimientos porque sufre al verse contrariado en sus deseos profundos, ya sea de sobresalir, poseer, controlar, reconocimiento, aceptación. Según el botón que nos toquen y según cuan vulnerables somos a ese determinado botón, nuestra furia crece. Si entendiéramos que lo que está pasando es algo que necesitamos para crecer en tolerancia, paciencia, amor, compasión, generosidad, seríamos capaces de apagar nuestra ira. Si la situación tiene remedio para qué nos enojamos, utilicemos esa energía en remediarla y si no tiene remedio el enojo sale sobrando.

Hay diferentes maneras en que el ego se manifiesta: en la crítica a los demás está implícita la necesidad de sobresalir, así como cuando se pretende tener constantemente la razón y  los otros estar en el error; el ego está  presente en el que se siente víctima, que trata de provocar compasión y simpatía cuando no logra admiración por algo positivo, o en el que se siente indispensable para que la vida fluya correctamente a su alrededor y aún en el tímido, porque al no sentirse suficientemente inteligente, bello, simpático, rico, prefiere retraerse antes de no recibir la aceptación deseada.

Para detectar al Ego hay que practicar la auto-observación. Sentir nuestras emociones, saber de dónde se originan y así conocernos mejor. Vigilar nuestros pensamientos que pueden estar llenos de ambición, rencor, envidia, celos, avaricia y aceptar las emociones que nos provocan. Al observarlos sin juicio ni culpabilidad se irán poco a poco disolviendo. Para cambiar una actitud no es necesario hacerse violencia, ya que esta negatividad le da fuerza, sino aceptar que tenemos ese defecto porque todavía no somos perfectos y al descubrir cómo funcionamos, el defecto va paulatinamente desapareciendo. Por ejemplo, si nos falta generosidad, al darnos cuenta de esa actitud trataremos de imaginar la virtud contraria a nuestro defecto y ésta se irá inscribiendo poco a poco en nuestra alma. Si reaccionamos únicamente en forma automática ante los estímulos, seguiremos teniendo las actitudes erróneas creyendo que son las correctas, ya que siempre encontraremos justificaciones para ellas.

Si peleamos por la posesión de un bien a costa de cualquier cosa, siempre encontraremos que se nos debía en justicia y no repararemos en métodos para obtener nuestro deseo. Esto no quiere decir que no debamos luchar por obtener lo que es justo, pero siempre y cuando la intención sea honesta y no llevada por la venganza o la ambición. Nunca debemos de pisotear a nadie para obtener algo, si ese algo es para nosotros se dará tarde o temprano.

En algunos casos el Ego es el que aún después de la muerte le impide al individuo ver la Luz y elevarse al mundo espiritual. Quien en vida cree saber y controlar todo, cuando se encuentra en un plano que desconoce está completamente desorientado. El siguiente caso es el de un suicida que tomó esa decisión al estar en una situación de enfermedad terminal; no quería continuar viviendo en esas condiciones que salían del control al que estaba acostumbrado. Me habló así:

–       Necesito que me digas qué me pasa. Me trajeron contigo voces que oigo pero que no sé de donde salen, sólo sé que me morí como yo quería y que me encuentro que sigo vivo sin saber adonde dirigirme. Me dicen esas voces que busque la Luz ¿Cuál? Aquí no hay ninguna y comienzo a desesperarme por no saber qué hacer.

–       ¿Cómo llegué contigo? Esas voces me dirigieron hasta aquí diciéndome que tú puedes explicarme qué hacer. Yo creía que con la muerte física todo se acababa y por eso tomé la decisión de terminar con mi vida que se deterioraba día a día. No estaba dispuesto a convertirme en un ser inútil que significara una carga para los demás, pero mi sorpresa ha sido grande al constatar que la vida sigue pero en un plano desconocido para mí. Aquí es algo sumamente desagradable, puedo ver lo que quiero pero nadie me ve ni me oye y el entorno es frío y oscuro. No sé quién eres ni cómo haces para escucharme, pero si es cierto que sabes qué hay que hacer para salir de esta penumbra, por favor dímelo.

Le contesté que ahora lo que le correspondía era ir al mundo espiritual, ya que una vez desprovisto del cuerpo físico no debía estar en ese plano. Lo único que tenía que hacer era solicitar ver la luz desde el fondo de su corazón y entonces se abriría para él una luz brillantísima que lo llevaría a un mundo de paz, amor y  armonía   

–       Me dices cosas increíbles en las que nunca creí, aunque también me equivoqué al creer que con la muerte del cuerpo todo acabaría. Me sorprende también que podamos entablar una conversación, cosa que nunca hubiera creído, pero que es real. ¿Cómo sabes que esa vida existe si nunca has estado aquí? Voy a seguir mi camino, ya encontraré la salida por mí mismo. Gracias por tus buenas intenciones.

Su ego le impedía seguir un consejo que estaba fuera de su control. Después de algunos días regresó diciéndome:

–       Si es cierto que has ayudado a otros me atengo a tu experiencia ¿Qué tengo que hacer para salir de aquí? Quizás tengas razón en lo de la luz pero no me consta. Sé que he estado acostumbrado a controlar todo en mi vida y es la primera vez que se me sale de las manos esta situación. ¡Cómo voy a confiar en una mujer que no sabe nada de lo que pasa aquí! Sin embargo es cierto que las voces me dijeron que tú sabías qué hacer y cómo hablas pareces estar segura. Creo que voy a hacer caso.

–       Me voy, ya vi la luz, es maravillosa… me acerco y me envuelve llena de calor, de amor, se siente una felicidad infinita y me doy cuenta de muchas cosas erróneas de mi vida, mi enorme orgullo que dirigió mi vida en la Tierra. Sólo el amor y la generosidad son válidas y nunca lo comprendí. Ya me voy a esa vida de la que me hablaste, es increíblemente verdadera, es en realidad la verdadera vida, aquí se comprende todo mucho mejor.

Se advierte cómo después de la muerte se ven con claridad los errores que se tuvieron durante la vida en el plano físico provocados por el Ego y cómo éste impide al alma lograr la plenitud. En el siguiente caso un padre habla con su hija desde el mundo espiritual, a través de mi escritura.

–       Me dan la oportunidad de hablarte, querida hijita desde este lugar infinitamente bello y lleno de amor. Eso es lo que me faltó en mi vida en la Tierra y ahora me arrepiento muchísimo. Toda mi vida el egoísmo es el que la gobernó y como bien dices, no dejé más que problemas a mis hijos. Sólo pido que me perdonen porque ahora entiendo que estuvo muy mal lo que hice. Mi vanidad me entorpeció siempre y no supe amar a nadie, todo lo que halagaba mi ego era lo que aceptaba. No te imaginas los remordimientos que ahora tengo; es verdad que el castigo no existe pero el dolor que te provoca darte cuenta de todo el mal que provocaste es peor.

–       Veo que estás entendiendo el perdón y te lo agradezco muchísimo, espero que algún día tus hermanos lo comprendan, pero creo entender que es algo que no debe importarme pues yo lo provoqué con mi egoísmo y mi ceguera.

–       Ahora estoy en este mundo maravilloso, no sé cómo llegué porque al principio estuve muy enojado por dejar la vida, pero poco a poco empecé a comprender que no valía la pena quedarme allí y seguí las voces que me trajeron a la Luz. Te agradezco tu perdón y la comprensión de que mi actuar fue por falta de conciencia. Te envío todo el amor que no supe darte.

En cuanto se toma conciencia del ego, va paulatinamente desapareciendo y surgiendo la luz de nuestro verdadero Yo.

Amor y apego

El verdadero sentido de la vida es elevar la frecuencia del alma para acceder al contacto con nuestro ser esencial. Esto se logra a través de la meditación, de la oración, de los actos de amor, de generosidad y del desapego de lo material, aún de los afectos familiares.

Una cosa es el amor y otra muy distinta es el apego. Al sentirnos separados de todo lo que existe, nos cubrimos de miedo y esto hace que nos apeguemos a lo que el mundo físico ofrece, ya sea a afectos humanos o a bienes materiales, lo que nos hace sentir más seguros.

Es muy común el apego a los seres amados, ya sea a los hijos, al compañero, al amigo, pero esto tiene mucho de control. Deseamos controlarlos con el pretexto de ayudarlos y protegerlos, pero en el fondo es soberbia de creer que somos indispensables en su vida. El apego es necesitar de su presencia, de recibir lo que nosotros entendemos por amor, es decir, satisfacción de todos nuestros deseos y esperar que el ser amado reaccione como nosotros deseamos. También hay quien se apega a su posición social, al dinero, a efectos materiales que colecciona, al país donde vive o del que es originario. Los apegos de todo tipo nos hacen creer que el objeto de nuestro apego es imprescindible para nuestra felicidad, pero ésta no depende de nada externo a nosotros, está en nuestro interior, en la plenitud que provoca la unión con el Todo.

Los apegos como las adicciones, que son una forma de apego, son medios para cubrir el vacío existencial que tenemos al haber perdido la conciencia de unidad y sentirnos separados. La adicción al alcohol, al tabaco, a las drogas, al trabajo es una manera de escapar a la realidad que nos tocó vivir y a enfrentar la vida como se nos presenta, tratando de tapar el miedo que nos provoca el sentimiento de soledad y abandono.

El amor es dar libertad al ser querido, promover su bienestar como él lo entiende, no tratar de cambiar nada de su personalidad y darle amor desinteresado. El amor acepta, es tolerante, no enjuicia, da siempre lo que se necesita sin esperar nada a cambio. Si se ama así, se logra la plenitud y la paz interna pues estamos actuando en armonía con lo que somos en realidad y eso ayuda a que se manifieste cada vez mejor nuestra luz interna.

El amor es unión, es la energía más poderosa, la que une al Creador con sus creaturas y sus creaturas entre sí. Nuestra esencia es amor, ya que en realidad somos todos UNO pero estamos viviendo la ilusión de la separación.

Un ejemplo de cómo un apego disfrazado de amor puede pasar de una vida a otra, es el siguiente caso.

A una señora a la que llamaremos Margarita, se le presentó la oportunidad de ir a la India. Aunque a ella le encanta viajar a todos lados, cuando aceptó y antes de empezar el viaje, comenzó a sentirse mal, con desasosiego, intranquila, con una especie de ansiedad. No entendía qué le pasaba pero no hizo caso y  se decidió a ir. Durante toda la estancia en ese país no encontró la calma, había algo que la atormentaba sin comprender la causa.

Al regresar a México, estuvo sumamente fatigada, no lograba salir de su casa pues sentía una opresión que le impedía cualquier actividad. Después de buscar ayuda con diferentes personas y de distintas maneras sin obtener ningún resultado, vino a verme.

Encontré que Margarita traía pegada a su aura una entidad que había sido su marido durante una vida que tuvo en la India. Él habló así:

–          Me encuentro muy bien junto a ti, por fin te encontré, me hacías mucha falta y desde que perdí mi cuerpo te he buscado en todo el país, hasta que de repente apareciste venida no sé de dónde.

 

–          ¿Por qué te fuiste de nuestro país? Yo no concibo la vida fuera de aquí. Cuando fuiste mi mujer te amaba con pasión, aunque es cierto que a veces fui muy duro contigo, pero yo quería que hicieras lo que yo esperaba. Tu no siempre me obedecías, por lo que te tenía que castigar para lograr el orden que era necesario tener en nuestra casa.

 

–          Es verdad que a veces los golpes eran algo duros, es cierto que una vez fueron de tal manera duros que no los soportaste y te moriste. El dolor que eso me causó ha sido enorme y sólo quería encontrarte para pedirte perdón y decirte lo mucho que te amo. Ahora ya no te dejaré y sólo quiero que me digas que me perdonas.

 

Ya no te corresponde estar en este plano – le dije – como te consta, ya no tienes cuerpo, por lo tanto nadie te puede ver ni oír. Lo que tienes que hacer es buscar la luz para salir de la oscuridad y el frío que te rodea. Sólo pídela y una luz maravillosa te llevará a donde debes estar en tu estado actual.

-¿Quién eres tú que me indica lo que tengo que hacer? Además de todo eres una mujer y las mujeres no saben nada. ¿Quién te da el derecho de darme una orden? Aquí me quedo y no voy a ninguna parte.

Sonreí ante los conceptos machistas que eran propios de la cultura a la que pertenecía y le aconsejé que solicitara ver la Luz donde se encuentra un mundo lleno de paz, amor, armonía y felicidad.

-Veo que ya no me das ordenes pero, ¿Cómo puedo creerle a una mujer que se ha reído de lo que le dije a mi amada Leila y que me dice que hay otra vida que ahora es para mí?

Margarita le habló diciéndole que lo perdonaba, que debía hacerme caso porque lo que le tocaba en su actual situación era ir a esa vida donde sería inmensamente feliz.

            -Qué bonito me hablas, mi amor, creo que lo dices de todo corazón y te lo agradezco, pero no estoy seguro de quererme ir ahora que ya te encontré.

Nos concentramos en enviarle luz rosada de amor para despegarlo de la atracción del plano físico y finalmente le dijo:

-Abre tu corazón para recibir mi amor y si lo que te hace feliz es que vaya a esa luz iré y allí te esperaré…Ya vi un resplandor que se agranda cuando me acerco, es verdaderamente brillante y me acoge con mucho amor, hay perdón, se siente un enorme bienestar. Gracias, me has dado la felicidad absoluta. Empiezo a comprender muchas cosas.

Cuando el individuo es exageradamente egocéntrico, al estar tan separado de sus congéneres, le es imposible amar. Esto le produce una gran infelicidad. He aquí un ejemplo.

Una joven vino a verme porque su padre había muerto y a pesar de no haberse ocupado de ella correctamente, sentía su presencia continuamente.

-Quisiera decirte que fui muy infeliz en mi vida por la imposibilidad que tenía     de amar. No te puedo explicar lo que eso significa pero es una gran soledad del alma. –Comenzó diciéndole- Se tiene una incapacidad de acercarse a otras almas y sólo te importa lo que acontece a tu propia persona, pero eso es tan estéril que te convierte en un ser amargado, seco y agresivo.

-Así fui yo y en cuanto perdí mi cuerpo pude ver lo que fue mi vida, lo mal que me porté con todos los que me rodearon, entre los que te encontrabas tú. Perdóname por haber sido tan mediocre, como bien me describiste, pero no me daba para más mi estado de conciencia. Aquí llegué gracias a la ayuda de unos seres maravillosos y encontré lo que significa el amor. Aquí se experimenta a raudales y se ve la vida que finalizó de una manera muy real, no hay lugar a justificaciones y créeme que se sienten unos remordimientos tales que el verdadero castigo son estos.

-Sólo te pido que me perdones por haber sido tan mal padre y que desde aquí trataré de ayudarte lo mejor que pueda. Con el amor que he aprendido en este sublime lugar, te cubro y te bendigo.

Esto nos demuestra que sin amor no se puede ser feliz porque nuestro verdadero ser no es más que AMOR.