Todo está bien

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Los grandes místicos de la humanidad han llegado a la conclusión de que todo lo que nos acontece en la vida ESTÁ BIEN. Es algo que nos cuesta entender, sobre todo cuando tenemos que pasar por experiencias negativas o dolorosas, pero en realidad estas condiciones son diseñadas para ejercitar nuestra creatividad y tratar de superarlas, ya que si las analizamos bien, nos daremos cuenta de que a la larga cada acontecimiento de nuestra vida, si lo aceptamos y lo aprovechamos, nos ha servido para crecer. De lo que se trata la vida es de crear circunstancias que nos ayuden a despertar del ensueño en el que hemos entrado voluntariamente. Primero creamos la entrada al mundo físico limitándonos con un cuerpo y olvidándonos de quiénes somos realmente y después creamos  las condiciones necesarias para salir de él.

Es por eso que todo lo que nos acontece lleva implícito un aprendizaje, considerando que aprender es recordar y que nosotros mismos lo creamos y aceptamos con anterioridad antes de encarnar, lo que nos llevará finalmente a despertar y salir del mundo material.

Si vemos lo que pasa en el mundo físico, encontramos que hay mucha inutilidad, mucha desarmonía y muy poca espiritualidad. Es cierto, pero es que se trata de una experiencia de olvido de nuestra naturaleza divina que se desarrolla en un ambiente irreal que es el plano físico. Hemos decidido incursionar en este mundo y desarrollar así nuestra creatividad para entender lo que en realidad somos, seres divinos con la misma naturaleza que el Ser Infinito que nos dio la existencia y redescubrirlo después de innumerables vivencias. En cada una de ellas nos cubrimos de materia densa, lo que nos impide percatarnos de lo que en realidad somos, seres espirituales tomando una experiencia en el mundo físico.

Nos preguntamos cuál ha sido el objetivo de esta experiencia; además de apreciar lo infinito después de haber estado limitados, desarrollar la facultad inherente a nuestro ser, de crear. Para vivir esto, necesitamos crear todas las circunstancias necesarias para que poco a poco vayamos saliendo de esta vida de olvido y entrar de lleno en la verdadera vida, que nos llevará después de franquear las diferentes dimensiones a la fusión con nuestro Creador.

Venimos al mundo material para experimentar la imperfección, para a la larga reencontrar lo que verdaderamente somos, parte integral de la Fuente de toda Vida con todos sus atributos, entre los cuales está la perfección. Pero parte de esa perfección está en todo lo que nos sucede puesto que al haber querido experimentar lo opuesto de lo que somos, para apreciar después nuestra esencia en toda su grandeza, todo lo que nos pasa ESTÁ BIEN, ya que forma parte del mismo plan.

El verdadero sentido de la vida en la materia es para experimentar nuestro poder creativo, pero algunas de esas chispas divinas se involucran demasiado en el poder de crear y van poco a poco perdiendo su conexión con la Fuente.

Sin embargo, TODO ESTÁ BIEN, porque en la creación hay leyes que sirven para regresar la totalidad de su manifestación a su Creador y aunque nos alejemos del camino de retorno, cada uno de los acontecimientos que suceden en la vida llevan la intención de regresar al equilibrio.

Everything is Alright

Humanity’s great mystics have arrived at the conclusion that every event in our lives IS ALL RIGHT. This is difficult to understand, especially when we must go through negative or painful experiences, but these circumstances have actually been designed for us to exercise our creativity and to try to overcome them. In the long run, when we analyze these experiences closely, we will realize that if we have known how to accept them and take advantage of them, each event has helped us grow. Life is about creating the conditions that will awaken us from the daydream in which we have voluntarily entered. Initially, we create our entry into the physical world limiting ourselves by a body and forgetting who we really are, and then, we create the necessary conditions to exit.

That is why there is an implicit learning in all that happens to us, considering that learning is remembering, that we ourselves created and accepted it before embodying, and that it is what will lead us to finally awakening and exiting the material world.
Upon observing the physical world, we find that there is much futility, disharmony, and a lack of spirituality. This is all true because the experience is the result of having forgotten our divine nature that is now unfolding in an unreal environment: the physical plane. We have decided to enter this world, to hence, develop our creativity so as to understand what we really are, divine beings sharing in nature with the Infinite Being that brought us into existence and rediscovering Him after countless experiences. During each of these experiences, we are enveloped in dense matter, which disallows us to realize what we truly are: spiritual beings that have taken on an experience in the physical world.

We ask ourselves what has been the objective of this experience, in addition to acknowledging infinity after being limited, and developing our inherent ability to create. We need to create all of the necessary circumstances in order to attain this experience, slowly exit this condition of disremembrance, and gain entry into true life, leading us to clear the different dimensions on our way to becoming one with our Creator.

We have come into the material world to experience imperfection, to eventually reencounter what we really are: an integral portion of the Source of All Life, with all of its different attributes, among which is perfection. But part of said perfection is in all that occurs to us in having wanted to experience our opposite to then appreciate the greatness of our essence. Everything that happens to us IS ALL RIGHT because it is part of that very plan.

The true meaning of life in matter is to experience our creative power, but some of those divine sparks become too involved in their power to create, thus distancing themselves from the Source.
Nonetheless, EVERYTHING IS ALL RIGHT, because there are laws in creation that help in returning the totality of His manifestation back to the Creator. Even when we may stray on our way back, each of the events in our lives are intended to return into balance.

 

Aprender a morir – Learning to Die

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Aprender a morir es aprender a vivir intensamente, sin la sombra del miedo a la muerte que es lo único por lo que todo ser humano tendrá que pasar algún día y que tanto temor provoca. Si conociéramos mejor cómo funciona, la temeríamos menos y la veríamos con mucha más serenidad.

Tenemos que entender que en realidad la muerte no existe, que nuestro verdadero ser es eterno y que ésta es solamente el paso de una forma de vida a otra, que es la verdadera, después del término de una de las tantas vidas que hemos tenido en el mundo físico.

Estas líneas tienen el propósito de profundizar sobre el proceso llamado muerte y así podernos preparar mejor para ese paso tan temido y a la vez tan desconocido. Están basadas en mis experiencias que a través de muchos años y mediante mi facultad psíquica, he tenido con los llamados muertos a quienes he podido ayudar.

¿Qué pasa después de la muerte? En el momento en que el cuerpo deja de funcionar, el alma sale de él y empieza su trayectoria hacia el mundo espiritual. El desprendimiento se hace sin dolor alguno, si lo había en el cuerpo físico, desaparece y el individuo se encuentra de pronto con que está vivo, consciente y en algunas ocasiones, desorientado. Pero si su deseo es ir a Dios, de inmediato se abrirá ante él una Luz intensísima que lo cubrirá con infinito amor y lo llevará a donde le corresponde estar en el mundo espiritual, que es la verdadera vida.

Sin embargo, en ocasiones, hay diferentes razones que les impiden a algunas almas acceder a la Luz. Nuestro estado de conciencia es el que se encargará de la reacción que se tenga ante ese paso; en la vida como en la muerte cada uno es el arquitecto de su destino. Por ejemplo, el miedo al castigo, que no existe puesto que Dios es amor infinito, es algo que paraliza al recién fallecido. El apego a lo material y a los afectos que se dejan es otro factor muy negativo, ya que el alma se queda estancada en ese limbo en el que ya no se puede manifestar y al mismo tiempo, no logra ver la Luz que se le ofrece desde el mundo espiritual porque su corazón y sus pensamientos están en el plano material.

He aquí un ejemplo del caso de una persona que traté de ayudar antes de que muriera para que se fuera de inmediato a la Luz. No lo logré porque el apego a su familia era muy grande. Pero así me habló después de morir:

Entiendo que puedes escucharme, aunque nunca creí que fuera esto posible. Cuando me hablaste diciéndome que me fuera sin miedo porque el castigo no existe y que buscara la Luz, me enojé muchísimo y con mucho esfuerzo, te hice la seña de que te fueras. Vi que lo comprendiste y no te sentiste mal, sino que te saliste para dejarme en paz. Ahora, te busco porque oigo voces que me dicen que efectivamente me puedes oír, que sabes lo que pasa aquí y me podrás ayudar a encontrar mi camino.

Cuando morí, porque mi cuerpo no podía más, me costó mucho trabajo decidirme a dejar a toda mi familia que siempre me dio muestras de mucho amor y no sabía bien a dónde me iría después de muerto. Yo creía que habría alguien para juzgarme y quizá mandarme un tiempo al purgatorio, porque todos tenemos errores y cola que nos pisen, por ello lo esperaba, pero llegué aquí y no hay nadie ni para juzgarme ni para decirme qué hacer. Te oí decir que debía buscar la Luz, pero te informo que aquí no hay ninguna, sólo oscuridad y frío. No entiendo las enseñanzas que no nos previenen de lo que nos puede suceder después de morirnos, aunque muerto no estoy, veo todo lo que dejé y a toda mi familia que sigue con su vida; me doy cuenta de que nadie es indispensable y que cuando alguien desparece, la vida sigue. Estoy muy triste, todo en lo que creía no es así; con mi esposa siempre fuimos devotos y seguíamos al pie de la letra lo que manda la Iglesia y ahora me encuentro con que no es cierto todo lo que dicen.

Le contesté que sus pensamientos de apego eran los que lo tenían allí, que para salir de la oscuridad sólo tenía que solicitar ver la Luz de Dios.

Voy a hacer lo que dices, porque de todos modos lo que creía es diferente; pido la Luz de Dios… ya se abrió una luz brillantísima, me atrae con fuerza irresistible y me envuelve de amor, de felicidad, de perdón, de sabiduría, porque de repente empiezo a comprender muchas cosas; que lo único importante en la vida es el verdadero amor al prójimo, lo que incluye honestidad, generosidad, no juicio y al mismo tiempo humildad, para saber que todos somos iguales, que nadie es superior a nadie y que cada quien está en un estado de conciencia diferente que lo hace actuar, más o menos, alejado del amor incondicional. Estoy en el Cielo gracias a tu ayuda, aquí espero a todos los que amé, cuando les toque venir.

Si alguien cree que no existe nada después de la muerte física, al morir se encontrará con esa Nada, una especie de bruma que los aísla de todo contacto  con el mundo espiritual y con el físico. Otros problemas que existen para ellos son la soberbia de creerse indispensable, o la venganza hacia quien les provocó la muerte, o más aún, el haber dejado su posición de dinero y poder.

Algunas veces, cuando el alma llega al mundo espiritual, al no coincidir sus creencias con lo que encuentra, frecuentemente hay rechazo y rebeldía, pues sigue empecinada en lo que creía en vida y exige que así sea. No es que lo que descubre sea peor de lo que esperaba, pero no acepta haberse equivocado. Nuevamente aquí aparece el ego.

Hemos hablado de casos extremos y no son los más comunes. Los que generalmente mueren en un estado medio de conciencia, es decir, sin estar aferrados a su posición en esta vida, a los diferentes apegos o a alguna creencia específica, el pasaje se hace con bastante facilidad, ya que siempre hay seres de luz dispuestos a recibirlos y a ayudarlos en su readaptación al mundo espiritual.

Aprender a morir consiste, primero en desapegarse de todo lo que ofrece el mundo material, comprendiendo que han sido estímulos y herramientas para el trabajo que nos propusimos ejecutar antes de bajar a la presente vida. Después, entender que los afectos humanos significan la unión con las almas con las que decidimos interactuar en esta experiencia para avanzar en nuestra evolución. Sin embargo, no somos dueños de nadie ni indispensables en ningún caso. No es lo mismo amor que apego. En el amor se busca el bienestar y la libertad del ser amado, mientras que el apego significa posesión, control, sentirse indispensable y la creencia de que sin él no se puede vivir ni ser feliz. La verdadera libertad está en el desapego.

Otra cosa que ayuda a enfrentar la muerte con calma es vivir en el presente, sin arrastrar los sucesos del pasado, ya sean éstos agradables o desagradables, ni vivir en la fantasía de lo que todavía no sucede, por un lado los sueños de deseos por realizar y, por otro, el miedo a los acontecimientos negativos y a morir. El presente es la única realidad de la que disponemos y si a esto se aúna la aceptación de lo que nos ocurre, sabiendo que siempre se trata de condiciones que traen implícitas enseñanzas, viviremos en la paz interna.

De lo que se trata es de erradicar el miedo a la muerte sabiendo que en realidad no existe, que seguimos viviendo después de dejar el cuerpo y que la vida que nos espera es maravillosa, llena de amor y armonía. Si lo entendiéramos así, ya no habría lugar al miedo sino a la esperanza en una vida muy superior.

Learning to Die

Learning to die is learning to live intensely, without the shadow cast by the fear of death, which is the one event that every human being will experience sooner or later and is so frightening. We would be less afraid and would view death more calmly if we had a better understanding of how it works.

We must acknowledge that death does not really exist, that our true being is eternal and that it is just the transit from one stage in life to another which is the real one, when one of the many lives we have had in the physical world comes to an end.

The purpose of this article is to examine the process named death more profoundly so that we are better prepared to take this step that is as dreaded as it is unknown. The text is based on experiences that I have acquired with the so-called dead who I have been able to help with my psychic ability over the years.

What happens after death? When the body stops functioning, the soul exits that body and initiates its journey towards the spiritual world. Its detachment is effortless. Pain, should it have existed in the physical body, ceases, and the individual discovers that he is alive, aware, and sometimes, disoriented. If his wish is to go towards God, an exceptionally intense Light that envelops the individual with love will appear before him, leading him to his corresponding place in the spiritual world, which is the true life.

On occasion, however, a variety of situations can obstruct certain souls’ access to the Light. The individual’s state of consciousness will determine his reaction in the face of this transit; one is the architect of one’s destiny in life as in death. For example, fear of punishment –that is non-existent given that God is infinite love– is something that paralyzes the recently deceased. Attachment to material things and loved ones left behind is another significantly negative factor because the soul becomes stuck in that limbo where it cannot manifest or see the Light that the spiritual world offers either, since its heart and thoughts remain on the material plane.

Following is an example of a person that I tried to help before he died so that he could immediately go to the Light. I was unable to do so because of his tremendous attachment to his family. This is how he spoke to me after his death.

I understand that you can hear me, although I never thought that could be possible. I was angered when you told me to depart without being afraid because punishment doesn’t exist, and that I should seek the Light. I made great efforts and signaled you to go. I realized you understood, you weren’t upset, you went away and left me alone. I’m searching for you now because I hear voices that say you can actually hear me, that you know what happens here, and that you can help me find my way.

When I died, because my body gave out, it was very hard for me to leave my family who had given me so many signs of affection, and I didn’t really know where I’d go after my death. I thought that someone would judge me, and would probably send me to purgatory for some time because we all make mistakes and have done wrong, so I expected it, but I turned up here instead, and there is no one to judge me or to tell me what to do. I heard you say that I should look for the Light, but I want to inform you that there isn’t any light here, only darkness and cold. I don’t understand teachings that don’t warn us about what can happen to us after we die, although I’m not dead; I can see everything I left behind and my family going on with their lives. I’ve learned that no one is indispensable and that life remains the same after someone has departed. I’m so sad; this is nothing like what I believed in. My wife and I were always devout and followed the Church’s mandates to the letter only to find that what they say isn’t true.

I replied that his thoughts of attachment were holding him back; that all he needed to do to exit darkness was to ask for God’s Light.

I’m going to do what you are saying because this is different from what I believed in anyway. I request God’s Light… a bright light is opening before me, it attracts me with irresistible force and surrounds me with love, happiness, forgiveness, wisdom; I suddenly begin to understand so many things: the only thing that matters in life is loving others, which includes honesty and generosity rather than judgment, and the humility to understand that we are all equal, that no one is above anyone else, and that each person is in a different state of consciousness that makes him behave closer or further from unconditional love. I’m in Heaven thanks to your help. I’ll be here, waiting for the ones I loved when their time comes.

Emptiness is what people will find after dying if they think there is nothing after physical death, becoming submerged in a sort of haze that secludes them from any contact with the spiritual and the physical worlds. Pride, the belief that they are indispensable, or a desire of revenge against whoever caused their death, or furthermore, having left money and power behind, are other problems that they may face.

Sometimes, when the soul arrives in the spiritual world and it does not match that individual’s expectations, there may be rejection and rebellion due to unwavering beliefs, and its demand for things to be otherwise. It is not that what the soul discovers is worse than expected; it is about having been wrong. Once again, this is the ego at work.

The cases we have mentioned are extreme and uncommon. In general, the passage is relatively smooth for those who die in an average state of consciousness, meaning that they are not grasping on to their position in life, nor have other forms of attachments or specific beliefs, because there are beings of light willing to receive and help them in their re-adaptation to the spiritual world.

Learning to die initially involves becoming detached from all things that the material world has to offer in the understanding that they have been stimuli and tools for the tasks we sought out before coming into this current life. Then, accepting that our emotional ties with others represent unity with the souls that we decided to interact with in this life experience in order to advance in our evolution. However, we do not own anyone nor are we irreplaceable in any case. Love and attachment are not the same. Love seeks the loved one’s wellbeing and freedom, while attachment means possession, control, feeling indispensable, and clinging on to the belief that one cannot live or be happy without the object of one’s affection. True freedom is in detachment.

Something else that helps facing death serenely is to live in the present, without dragging incidents from the past, whether they were pleasant or not, nor living in the fantasy of things that haven’t happened yet: on the one hand, dreams we hope will come true, on the other, the fear of negative events and to die. The present is the only available reality, and if that awareness goes along with the acceptance of what happens to us, knowing that these conditions are provided for our learning, we will achieve internal peace.

It is about eradicating the fear of death with the knowledge that it does not really exist, that we continue living after having left our body, and that the life that awaits us is marvelous, full of love and harmony. There will be no room for fear, but rather, the hope for a far superior life if we are able to understand it this way.

La muerte no existe – Death Does not Exist

Carmen de Sayve

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Cómo es que no existe la muerte si es la única certeza que tenemos, que algún día, todos sin excepción,  dejaremos este mundo. Sin embargo,  no moriremos porque la llamada muerte es  sólo un paso a otra dimensión, a la verdadera vida que se encuentra en el Mundo Espiritual. Somos seres espirituales tomando una experiencia en el mundo físico y para podernos manifestar en él,   necesitamos de un cuerpo físico. Cuando acabamos con lo que nos propusimos experimentar al bajar a la densidad del mundo material, dejamos el  “vestido” que nos sirvió para manifestarnos y nos regresamos a nuestra auténtica morada.

La muerte no existe ya que somos eternos. Nos originamos en la Fuente de Toda Vida a la que se le llama Dios, Creador, Conciencia Universal , que siempre ha sido y siempre será.  Lo que se entiende por muerte…

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La reencarnación – Reincarnation

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La Reencarnación es un tema controvertido, mientras algunos lo niegan otros lo aceptan como el natural proceso de la evolución del alma. Transcribo a continuación una lección recibida de los maestros espirituales.

Si contemplamos la creación, vemos cómo las leyes que rigen el universo son de una profunda sabiduría y no podemos más que concluir que han sido concebidas por una inteligencia superior y que no pudieron haber salido de una forma espontánea. Existe un orden universal que difícilmente se puede negar, que tiene que estar regido por algo que nos es incomprensible todavía pero, desde luego, muy superior a lo que podamos siquiera imaginar.

Hay otra cosa que es evidente para el más simple observador, y es que todo evoluciona. ¿Hacia dónde? no sabemos, pero desde el comienzo del universo físico se van formando diferentes clases de materia, las cuales van evolucionando hacia formas de vida más complejas hasta llegar al ser humano. Así pues, la evolución es incontestable, sólo que no sabemos hacia dónde se dirige o cuál es el futuro de toda esta creación. Los diferentes místicos de la humanidad han dado cada uno su versión, pero todos coinciden en que nos dirigimos hacia nuestro origen.

Si hablamos de evolución, nos encontramos ante el tema de reencarnación que unos aceptan y otros no; pero los que creen en ella, cada uno da una diferente interpretación. ¿Cuál es la verdadera? Todas tienen parte de verdad, aunque con una conciencia de tercera dimensión no se pueden entender, en toda su magnitud, los misterios de la creación. Conforme vayamos abriendo nuestra conciencia a los otros planos, iremos comprendiendo mejor el proceso creativo y el porqué de los diferentes acontecimientos que se realizan a lo largo de la creación y evolución del universo.

La doctrina de la reencarnación expone que el hombre nace una y otra vez en la Tierra hasta llegar a tomar conciencia de su divinidad. Cuando nuestro Espíritu o Chispa Divina, llamada Yo superior, Ser Esencial o Yo total, desea experimentar  el mundo físico, acepta entrar en el olvido total de su verdadero ser para  redescubrirlo a través de múltiples experiencias. Todas estas vidas tienen lugar simultáneamente en un eterno presente, ya que el tiempo lineal como lo percibimos mientras estamos encarnados, no es así. Pero como al estar inmersos en el sistema espacio-temporal no entendemos la simultaneidad, tenemos que explicar este proceso como vidas sucesivas. Así, el Yo Superior se expresa simultáneamente en diferentes personalidades en distintos momentos de la historia de la Tierra. Sus experiencias sirven para desarrollar su creatividad y crecer espiritualmente, compensándose unas a otras hasta lograr la comprensión de lo que en realidad somos, que es AMOR.

Después de la muerte física, el alma se dirige hacia el mundo espiritual y llega al plano que le corresponde por frecuencia vibratoria. Allí se encuentra con el grupo de almas con las que ha interactuado a través de varias vidas y se comunican entre ellas para analizar el trabajo efectuado durante la vida que acaba de terminar y verificar los avances obtenidos en ella.

A continuación, el alma, habiendo tomado conciencia de su verdadero ser divino, va al plano de aprendizaje en el que se estudian las verdades cósmicas y  cómo funciona la creación. Acto seguido, después de trabajar intensamente en tratar de mejorar los defectos de carácter, el alma decide regresar a la Tierra o seguir su evolución en el mundo espiritual, en donde también se avanza pero más lentamente. Sin embargo, hay ciertas experiencias que sólo ofrece el mundo físico, en el que al ser el ambiente tan adverso, se aprenden las virtudes en forma rápida y profunda.

Cuando un alma decide continuar evolucionando en el plano terrenal, antes de comenzar una nueva encarnación, recibe la ayuda de su guía principal y de otros altísimos seres que se dedican a organizar las vidas que las almas necesitan para avanzar.

Se le proponen al alma las diferentes opciones que puede elegir en lo que respecta al cuerpo, el sexo, la familia, el medio socioeconómico y el lugar geográfico, según lo que decida experimentar. Se consideran todos los aspectos de la próxima vida que le servirán para su avance espiritual, así como para compensar errores que ha provocado con su actuar egocéntrico en el curso del proceso evolutivo. Asimismo se eligen las almas con las que actuará en esa vida, en muchas ocasiones como compensación, o para expresar el perdón y el amor. Se organizan, y el alma acepta, los diferentes obstáculos que tendrá que superar durante su vida.

La enseñanza de la reencarnación nos lleva a comprender el porqué de nuestras diferencias de destino, de estado de conciencia, de medio socioeconómico, de sufrimientos. Parecería que la vida se ensaña con algunos, dándoles a otros todas las satisfacciones materiales. Sin embargo, todo en la vida tiene una razón de ser y esto se explica porque cada cual se encuentra en un nivel de conciencia distinto según su grado de evolución y, por otro lado, se trata de experiencias que difieren unas de otras porque han sido concebidas con un objetivo específico de aprender ciertas virtudes, así como para desarrollar la creatividad que yace en el interior de cada uno.

En el mundo vemos seres en muy distintos niveles de evolución. Mientras algunos actúan en forma negativa que llega hasta la crueldad, otros están en la búsqueda de la Luz ejerciendo el amor a sus semejantes. Esto no quiere decir que unos sean mejores que otros, ya que todos, intrínsecamente, tenemos la misma cantidad de luz; la diferencia estriba en el grado en que cada uno se ha purificado a través de la desidentificación con el ego, que es el que nos cubre de sombra.

Todas las acciones de los seres humanos están interrelacionadas, y aun las más inarmónicas sirven a quienes sufren de ellas para desapegarse de este plano, eliminar karma y practicar la compasión y el no juicio.

Cada vez que rompemos la armonía universal, que es amor, con nuestro actuar egocéntrico, obra la ley causa-efecto o lo que se entiende por karma. Entonces se nos da la oportunidad de tener una determinada experiencia que nos enseñe la forma correcta de actuar. No es un acto punitivo del universo, sino el simple efecto de nuestras causas que necesitan ser corregidas para restablecer el equilibrio perdido.

En la experiencia del mundo físico, se necesita experimentar todo: tanto lo agradable  como lo desagradable, ya que esto último nos templa y nos fortalece, siendo el placer sólo un aliciente que nos permite continuar la lucha y la superación. Un mensaje de los guías nos aclara por qué volvemos una y otra vez a encarnar en el mundo físico.

La vida en el mundo espiritual es la verdadera vida y no se comprende esto mientras se está inmerso en la materia física. Nuestra existencia es maravillosa, pero siempre está presente la atracción de la Fuente que nos dio la vida y la individualidad. Es por esta atracción por lo que nos vemos impelidos a avanzar, y sabemos que no hay mejor escuela que la vida en el plano físico, ya que tenemos que comprender su funcionamiento en forma completa. Es decir, que se tiene que pasar por todas las experiencias para merecer el siguiente plano pues ha sido nuestra voluntad expresarnos en el plano de la materia física. Nos cuesta trabajo, mientras estamos allí, comprender cómo se puede desear ir a sufrir y pasar por toda clase de privaciones, pero se tiene que entender que el enfoque en esta dimensión es completamente distinto. El sufrimiento y las privaciones ayudan a desapegarse del atractivo del plano terrenal, el cual, mientras se sigue vibrando en esa tesitura, nos atrae irremisiblemente a volver a él. Es por esto por lo que se escoge sufrir, ya que eso eleva la vibración y nos ayuda a desapegarnos del plano en el que nos vemos atrapados si nos dejamos llevar por sus placeres ilusorios y sus espejismos. El sufrimiento, ya sea físico o moral, nos eleva de la vibración terrena pues se opone a nuestro deseo de bienestar, que es lo que nos apega a esa dimensión.

Una vez que se han desarrollado todas las virtudes a través de las distintas vidas, el alma pasa al siguiente plano donde ya no es necesario regresar a la Tierra.

Reincarnation

Reincarnation, which is the soul’s natural way to evolve, is a controversial subject, denied by some and accepted by others. Below is a lesson received from teachers that belong to the spiritual realm:

If we contemplate Creation, we can see how the laws that govern the Universe are of a profound wisdom and we can only conclude that they have been conceived by a higher intelligence and did not create themselves spontaneously. There is a universal order that can hardly be denied and it must be governed by something that is still beyond our comprehension, but is indeed far more superior than we can possibly imagine.

There is another matter evident even to the simplest observer: everything evolves. Whereto? We do not know, but different kinds of matter have been forming since the beginning of the Universe, matter which evolves into more complex forms of life until it reaches the human state. Therefore, evolution is undeniable, however we do not know where it is headed to or what the future awaits in that regard. Humanity’s various mystics have each given a different version, but all agree that we are heading back towards our origin.

If we speak of evolution, we find ourselves before the subject of reincarnation, one which is accepted by some and denied by others; but each of those who believe provide different versions. Which one is true? All of them are partly true, but a third dimensional consciousness is not enough to fully understand the mysteries of Creation. As we continue to open our consciousness to other realms, we will better understand the creative process and the reasons behind the different events that happen throughout the Universe’s creation and evolution.

The reincarnation doctrine explains that man is born once and again on Earth until it gains awareness of its divinity. Once our Spirit or Divine Spark, also known as the Higher Self, Essential Being or Total Self, decides to experiment the physical world, it accepts the entry into total forgetfulness of its true self in order to rediscover it through multiple experiences. All these lives take place simultaneously within an eternal present, because lineal time as we perceive it while we are incarnate is not lineal at all. But since we are immersed in the space-time system we cannot understand simultaneity, we have to explain this process as a succession of lives.

Thus, the Higher Self expresses itself simultaneously through various personalities during different moments of Earth’s history. Its experiences are used to develop its creativity and grow spiritually, compensating each other until an understanding of what we truly are is reached, which is LOVE.

After the physical death, the soul sets out towards the spiritual world and reaches the plane it belongs to according to its vibratory frequency. There, it meets with the group of souls it has interacted with through various lives to communicate among each other and analyze and verify the work carried out and the advances obtained during the recently ended life.

Right after, the soul, having reached awareness of its true divine self, sets out towards the teaching plane to study the cosmic truths and the ways of Creation. Then, after working intensely on improving flaws of character, the soul decides to return to Earth or continue its evolution in the spiritual realm, where one can advance but at a slower pace. Nonetheless, there are certain experiences offered only by the physical world, where the environment is so adverse that the virtues are learned in a quicker and deeper manner.

When a soul decides to continue evolving in the earthly plane, before the beginning of a new incarnation, it receives assistance from its main guide and other higher beings whose job is to organize the lives the souls need to progress and improve.

Different options are offered to the soul to choose in regard to its body, gender, family, socioeconomic status and geographical place, in accordance to what it decides to experience. It then takes into consideration all the aspects of the next life which will help it to advance spiritually, as well as to compensate errors caused by its selfishness during the course of its evolutionary process. Also, it chooses the souls it will coexist with in said life, in many occasions as compensation or to express forgiveness and love. They organize, and the soul accepts the different obstacles to be transcended during its lifetime.

The teaching of reincarnation leads us to understand the why of our different destinies, our different levels of awareness, of socioeconomic status, of suffering. It seems that life is cruel to some while it gives others all the material satisfactions. However, everything in life has a reason and this is explained through the fact that everyone is in a different level of awareness in accordance with their level of evolution and, on the other hand, it is about experiences that differ one from another because they have been conceived with the specific purpose of learning certain virtues, as well as to develop the creativity that lies within each and everyone.

We see many beings in this world that are in different levels of evolution. While some act so negatively as to achieve cruelty, others are searching for the Light by practicing love among their fellow men. This does not mean that some are better than others, since all of us have, inherently, the same amount of light; the difference strives on the level of purification each one has achieved through the detachment of the ego, which is what covers us with shadow.

All of the human beings’ actions are interrelated, and even the least harmonious ones serve those who suffer them to detach themselves from this word, eliminate karma and practice compassion and non-judgment.

Every time we break the universal harmony, which is love, through our self-centered actions, the law of cause and effect, also known as karma, comes into place, thus giving us the opportunity to have a certain experience that teaches us the correct way to act. It is not a punishment from the universe, but a simple effect of our causes that need to be corrected to reestablish the lost balance.

When we come to this world we are meant to experience everything: that which is pleasant and that which is unpleasant; the latter tempers and strengthens us, while the former is only an incentive for us to continue the struggle and self-improvement. A message from the guides clarifies why we continuously decide to incarnate in the physical world:

Life in the spiritual world is the true life and this cannot be understood while you are immersed in the physical matter. Our existence is marvelous, but the attraction from the Source that gave us life and individuality is always present. It is because of this attraction that we are often prevented from advancing, and we know there is no better school than the life in the physical plane, where we must learn to understand its functioning in a complete manner. That is, one must go through all the experiences to deserve the next plane because it has been our will to express ourselves in the realm of physical matter. It is difficult to understand, while we are there, how we can wish to suffer and go through all kinds of losses, but one must understand that the focus in this dimension is completely different. The suffering and losses help you to detach from the attractions of the earthly plane, which, while one is still vibrating in that position, irremissibly attracts us to return to it. This is why one chooses to suffer, because suffering increases the vibration and helps us to detach from the plane in which we can get stuck if we let ourselves be carried on by its illusory pleasures and mirages. Suffering, whether physical or moral, elevates our terrestrial vibration because it opposes our desire for wellbeing, which is what attaches us to this dimension.

Once all the virtues have been developed through different lifetimes, the soul passes on to the next plane where it is no longer necessary to return to Earth.

La aceptación – Acceptance

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La aceptación significa admitir los errores y defectos propios y ajenos sin enjuiciarlos, tomando consciencia de que hemos venido a esta dimensión a experimentar la imperfección, para que poco a poco vayamos descubriendo lo que somos en realidad. Al olvidar que somos parte integral de Dios, que venimos de Él y que a Él habremos de volver, entramos en un estado de olvido en el que no entendemos bien de qué se trata la vida en la materia. Entonces desarrollamos una serie de comportamientos que tienen como finalidad cubrir el miedo que nos provoca creer que estamos solos y separados del Todo y tratar así de eliminar el vacío existencial que experimentamos con el olvido de nuestra verdadera naturaleza que es amor, unión. Surge en nosotros la necesidad de ser superiores a los demás, lo que nos da seguridad, de ser aceptados y reconocidos por nuestros logros; el deseo de posesiones materiales y de controlar a todo y a todos, lo que se traduce en poder. El Ego es el que se alimenta de esto.

Quien tiene una baja estima de sí mismo es porque no acepta su vida ni su persona, desearía ser más rico, más popular, más bello, más poderoso; en suma, busca la superioridad en todos los aspectos; desearía que cualquier cosa que haga fuera perfecta y no acepta equivocarse. Todo esto es Ego. El perfeccionismo, entendido de esa manera, es un obstáculo para la humildad. Tratar de hacer lo mejor que uno puede en todo lo que se emprende es lo que se debe hacer, pero si no se obtiene la perfección, que no existe, entonces hay que aceptarlo.

Aceptación también es estar en armonía con las circunstancias que nos tocan vivir, las cuales hemos diseñado antes de venir al mundo de la materia y que son las herramientas que nos servirán para obtener lo que nos propusimos antes de encarnar. Con ellas podremos trabajar las virtudes que necesitamos desarrollar y sabremos cuáles son si observamos nuestras fallas. Si nos falta generosidad, por ejemplo, es eso lo que tenemos que trabajar, practicándola cuando se presente la oportunidad; si es la paciencia lo que venimos a aprender, tratar de ser paciente aún delante de circunstancias difíciles de aceptar; si el orgullo es el que nos domina, debemos auto observarnos para transmutarlo en humildad. Cuando es el control sobre los demás y sobre nuestra vida lo que no podemos resistir, habrá que soltarlo y aceptar a los otros como son, respetando sus decisiones y, a la vez, fluir con lo que nos toca vivir.

La aceptación es no rebelarse ante los obstáculos que se nos presentan en la vida, que por dolorosos y difíciles que sean, son siempre una oportunidad para crecer y volverse más fuertes. Superar el reto que representan las dificultades de la vida es un aprendizaje que está implícito en él, como pueden ser: el desapego, la generosidad, la compasión, la misericordia, el perdón, etc.

No hablamos con esto de conformismo. Luchar por mejorar nuestras condiciones o por obtener un objetivo justo es válido, pero cuando éste no se da, a pesar de un gran esfuerzo, hay que dejarlo ir porque quiere decir que ese no era el camino.

El Ego es el principal enemigo de la aceptación, es el que busca controlar todo, ser perfecto, promoviendo toda clase de deseos que buscan tapar la infelicidad que produce la separación. Si el ser humano busca llenar el vacío con deseos banales de todo tipo, encuentra que a cada deseo cumplido le sigue otro de inmediato, que cada objeto deseado y obtenido no lo llena como esperaba, pues el placer que le proporciona es efímero. Así pasamos la vida, envueltos en deseos que se suceden unos a otros sin obtener nunca la plenitud esperada. Surge un sentimiento profundo de insatisfacción después del fugaz placer del deseo cumplido; entonces, sobreviene la sensación de no tener suficiente, de necesitar más, de poseer más y nunca hay fin a este deseo.

La culpa es la no aceptación de nuestros errores. Una cosa es tomar conciencia del error que cometemos para tratar de no repetirlo y otra es culparnos por haberlo cometido y no haber sido perfectos. Esto también es Ego.

Una persona que no lograba ir a la luz del mundo espiritual por la culpa y la no aceptación de lo que fue su vida, me pidió ayuda:

Oí voces que me trajeron diciéndome que puedes ayudarme. ¿Qué puedo hacer para salir de este calabozo? Morí lleno de culpa por haber desperdiciado mi vida con el alcohol. Me volví alcohólico porque la vida que tenía no me satisfacía. Ayer te oí decir que hay que aceptar lo que uno tiene que esa es el arma que tenemos para enfrentar la vida y con ella llevar una vida de amor y generosidad. Eso es exactamente lo que no hice, siempre deseaba lo que no tenía y estaba muy descontento con mi vida y mi persona, lo que me empujó a la terrible adicción al alcohol que me costó la vida. Desde entonces sólo vivo de reproches y no sé a dónde ir. ¿Tú sabes qué podría hacer?

Después de ayudarlo a liberarse de su culpa, se dirigió a la Luz y dijo:

Me siento dichoso en esta luz, empiezo a comprender muchas cosas: que el amor, la generosidad y la aceptación de nuestras circunstancias es lo que debemos practicar en la vida para avanzar. Estoy muy feliz, gracias por indicarme el camino de la liberación.

La separación que voluntariamente estamos experimentando nos produce una gran desolación y lo único que llenará el vacío del alma es encontrar quiénes somos en realidad, nuestro verdadero ser que es amor y unión con el Universo que es Dios y su Creación.

Acceptance

Acceptance means admitting one’s own mistakes and flaws, and those of others without passing judgment, being mindful that we have come into this dimension to experience imperfection, and to slowly discover what we really are. When we forget that we are an integral part of God, that we have come from Him and will return to Him, we enter a state of disremembrance where we do not clearly understand what life in matter is about. We then develop a series of behaviors to mask our fear, which comes from believing that we are alone and detached from the Whole, in an attempt to fill the existential void that we are confronted with because we have forgotten our true nature that is love and unity. We feel the need to stand out above the rest, to be accepted and to gain recognition for our accomplishments, a desire for material things, and to control everything and everyone around us. All of this is power and the Ego feeds on it.

Those who have low self-esteem do not accept themselves or their life. They covet being richer, more popular, more beautiful, and more powerful… In a word, they seek superiority in every way, craving to be perfect in everything they do and never acknowledging their mistakes. All of this is Ego. Perfectionism, when understood in these terms, is an obstacle for humility. One should always try to do one’s best in every task in life, but when perfection is not achieved because it does not exist, one must be accepting.

Acceptance also implies maintaining harmony with the circumstances we live in, which we designed before we came into the world of matter, and are the tools that will help us in attaining the goals we set for ourselves before incarnating. With them, we can work on the virtues that we need to develop and will be able to identify them if we take a close look at our shortcomings. For example, if we are lacking generosity, that is what we ought to focus on, practicing it whenever the opportunity arises. If patience is what we need to learn, we must try to be patient even in the most difficult of circumstances. If we are overpowered by our pride, we should be observant in order to transmute it into humility. When we are compelled by the desire to control everyone else and every detail in our lives, we have to release that need and accept people for who they are, respecting their decisions as we flow with the life we chose to live.

Acceptance is to not rebel in the face of problems that arise in our lives. Regardless of how painful and complicated, they are always an opportunity to grow and become stronger. Overcoming the challenges that life’s difficulties represent is the learning that they bring: detachment, generosity, compassion, mercy, forgiveness, etc.

We are not referring to conformism here. Struggling to improve our conditions or to reach a fair goal is valid, but when it does not happen regardless of our greatest efforts, we need to it let go because it means we are not on the right path.

The most formidable enemy of acceptance is the Ego. It seeks absolute control, to be perfect, and promotes all sorts of desires to cover up the discontent that is sourced in separateness. When an individual seeks to fill the void with mundane desires, he discovers that with each one that comes true, another immediately follows, that the objects of his desire do not bring the satisfaction he is longing for because the pleasure that comes with them is ephemeral. And so, life carries on as a succession of desires that do not provide the expected fulfillment. A deep sense of dissatisfaction follows the fleeting gratification of a wish that is granted. Then comes the sensation of never having enough, always needing more, having more, and that desire never comes to an end.

Guilt is non-acceptance of our mistakes. Becoming aware of a mistake we made to try to not repeat it is one thing but it is different to blame ourselves for having made it, for not having been perfect. This is also Ego.

A person who could not go to the Light of the Spiritual World due to guilt and non-acceptance of his life asked me for help.

I heard voices that brought me saying that you could help. How do I escape this prison cell? I was guilt-ridden for having wasted my life on alcohol when I died. I became an alcoholic because I was not satisfied with my life. Yesterday, I heard you say that people should accept what they have, that they are tools to face their lives, and to use those tools to live a life of love and generosity. That is exactly what I didn’t do. I always wanted what I didn’t have and was very unhappy with my life and myself. That pushed me into alcoholism, that horrible addiction that took my life. Since then, I live in disapproval and don’t know where to go. Do you know what I can do?

After helping him free himself of his guilt, he went towards the Light and said:

I feel happy in this light, I’m beginning to understand many things: that love, generosity, and acceptance of our circumstances is what we need to practice in order to advance. I’m overjoyed; thank you for showing me the path to liberation.

Separation, which we are voluntarily experiencing, produces profound desolation, and the only thing that will fill the emptiness in our soul is to find who we really are, our true self that is love and unity with the Universe that is God and His Creation.

El perdón – Forgiveness

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El perdón no es un acto de misericordia o favor hacia quien nos ha hecho un daño. El verdadero perdón se da cuando se entiende que no hay nada qué perdonar.

Quien actúa en contra de la ley universal del Amor es porque todavía no ha entendido lo que es y su actuar proviene de la ignorancia y la inconsciencia de lo que es su verdadero ser. La “maldad” se origina en el miedo que nos provoca sentirnos separados de nuestros congéneres y de Dios; nos empuja, en un principio, a perseguir la superioridad sobre los demás, buscando la aceptación y el reconocimiento del público y deseando la posesión de efectos materiales para obtener el control y el poder, al que nadie se resiste.

Nuestra esencia es AMOR, que es la energía que une al Creador con sus criaturas y éstas entre sí. Venimos a experimentar la obscuridad, lo que NO ES, la separación, y bajamos a esta dimensión olvidando lo que en realidad somos.  Dicha ignorancia provoca que, al inicio del proceso de evolución hacia nuestro origen, nuestra actuación esté desprovista de amor por el miedo que nos infunde el sentirnos solos y separados, hasta que poco a poco, por las múltiples vivencias obtenidas en diferentes vidas mediante la ley Causa-Efecto, se va inscribiendo en nuestra alma el correcto procedimiento que nos sacará del mundo del olvido, que es a través del amor. Esta experiencia ha sido aceptada por nosotros para desarrollar nuestra creatividad.

Cuando alguien nos hizo un daño, nos ofendió o nos perjudicó de alguna manera, surgen emociones como el resentimiento, el odio, el rencor, y también el deseo de venganza. Sin embargo, el perdón produce más satisfacción que la venganza, en esta última se actúa en contra de nuestra propia naturaleza profunda, mientras que cuando se ejerce el perdón, nuestro actuar está en armonía con nosotros mismos. Al mismo tiempo, el mal que alguien nos provoca  sirve, si lo sabemos ver, para aprender alguna virtud, como puede ser la humildad, el desapego, la aceptación del otro, el no juicio, el verdadero perdón.

Al ser todos parte integral de lo mismo, somos todos Uno, y la agresión y el mal que provocamos a otros nos lo estamos haciendo a nosotros mismos. Hay una Ley Universal de Atracción que dice: lo que piensas se crea, aquello que proyectas hacia otros siempre lo atraerás a tu vida, tarde o temprano. También es muy importante el perdón a uno mismo. A veces, no nos perdonamos el haber cometido un error, que por grave que éste sea, fue provocado por ignorancia e inconsciencia, así como por los deseos inmoderados del ego. En realidad, lo que no nos perdonamos es haber fallado a nuestra “perfección”, no aceptamos no ser perfectos, y eso es ego. No obstante, a eso vinimos, a experimentar la imperfección, y aceptarla es humildad.

A continuación un ejemplo de alguien que no logró ir a la Luz por que no podía perdonarse. Así me habló:

-Vivo en un infierno creado por mis remordimientos. Nunca dejé de envidiar a los que tenían más que yo y en cuanto podía les causaba molestias en sus negocios, lo que me procuraba un gozo enorme. Nunca fui misericordioso con nadie, pues el tener misericordia lo juzgaba como debilidad. Mi esposa fue muy buena conmigo y siempre trataba de darme gusto, ya que no se percataba de mi manera real de ser. Si tuve algún éxito en mis negocios, casi siempre fue llevándome de corbata a alguno, en fin, fui todo menos el caballero irreprochable que siempre aparenté. No puedo salir de este encierro de reproches porque no fui lo que simulaba ser y eso nuevamente me molesta y no lo acepto. Hubiera querido ser perfecto y no la mierda que fui. Ahora no sé qué hay en esta vida que llevo aquí, desde luego no he encontrado lo que tanto me predicaron y que yo creía a medias. Ni cielo, ni infierno, ni mucho menos, sólo esta bruma llena de remordimientos.

No tengo la menor idea de cómo puedes escucharme pero oí voces que me dijeron que me acercara a ti y después de mucha reticencia de mi parte, con sorpresa, veo que me escuchas y es más, me enviaste una luz o energía que me fue muy agradable. Dime, ¿Cómo lo haces? ¿De dónde te sale ese don de comunicarte con los que para ustedes estamos muertos? Porque muertos no estamos, de ninguna manera, sólo alejados del mundo que amamos sin podernos manifestar en él. ¡Cómo es posible que se digan tantas mentiras sobre el “más allá”! Yo sabía que había gente que practicaba el espiritismo pero yo nunca creí esas barrabasadas. Ahora me pregunto si no estás tú en esas cosas y por eso te puedes comunicar conmigo. Pero es increíble que toda una Iglesia respetable como la católica te cuente esa serie de mentiras que tantos se tragan. Aquí, te repito, no hay ni Dios ni diablo, sólo frío y eternidad, a menos de que a esto se refieran al hablar del infierno.

-Lo que dice la religión es cierto en alguna forma, pero desde luego son explicaciones algo metafóricas. Verás, lo que yo he llegado a comprender es que Dios es el Todo y nosotros su manifestación. Formamos con Él un Todo y por lo tanto estamos todos intercomunicados. Existen diferentes planos de realidad o esferas, donde nos encontramos los encarnados es el plano terrestre y donde están los desencarnados, los que han perdido su cuerpo, es el Astral. A partir de ahí hay multitud de planos ascendentes hasta llegar al Creador, los cuales tendremos que franquear porque de Él salimos y a Él tendremos que regresar. El Alfa-Omega, como sabes. Los seres humanos hemos sido dotados de libre albedrío y podemos optar por lo que deseamos. Al creernos separados del resto, lo estamos, porque nuestro pensamiento es creador. No obstante, la comunicación entre seres de esferas superiores y nosotros existe, desde donde tratan de ayudarnos a despertar. Habemos algunos que somos más sensibles a la recepción de esas vibraciones y entonces la comunicación se hace más fácil y consciente, pero en realidad siempre existe la relación entre los diferentes planos, – le contesté.

-Algo complicado todo lo que dices pero parece tener algún sentido. Sin embargo, eso no me explica mi situación.

-Tú has querido quedarte donde estás por una razón muy clara: tus remordimientos, tu no aceptación y tu rebeldía al constatar que no eres perfecto. Entonces, como tú bien dices, has creado un muro y una bruma en la que solamente eso existe. Pero si te das cuenta que el Creador es misericordia y amor perfectos y que no sólo tú, sino que a todos los seres humanos todavía nos falta mucho para serlo, en lugar de quemarte de reproches, clama por su misericordia y de inmediato su amor te cubrirá. En el momento en el que decidas ir hacia Dios, una luz maravillosa te sacará de la bruma, pues Él no castiga. Créelo, sólo pide ver la Luz y ella se hará y te absorberá de una manera maravillosa hacia la verdadera vida que te espera y nos espera a todos. En efecto, lo que actualmente vives es un infierno, pero es voluntario, no es castigo. Ahora que has comprendido que la única armonía es el amor, ve hacia él.

-Me dices cosas bellas pero increíbles. No me vas a decir que con sólo desear ver la luz ella se hará, después del tiempo que he pasado en la oscuridad. Es cierto que a veces han venido seres para tratar de convencerme de lo que dices, pero no les he creído pues pienso que dicen las mismas mentiras que oí durante mi vida en la Tierra. Ahora tú me dices algo parecido. Pero, ¿Cómo puedes saber lo que sucede  aquí sin nunca haber estado?

-Porque como a ti, he ayudado a muchas almas desorientadas a ver la Luz y ellas me dicen lo que ven. ¿No ves que tanto tú como yo estamos ayudados y dirigidos por seres espirituales superiores que nos guían hacia Dios? Lo que yo hago es servir de intérprete porque al estar tú todavía vibrando en esta frecuencia terrenal de donde no has querido despegarte, la comunicación es más fluida.

-Todavía no creo esas historias de que Dios es el Todo y compañía, son tonterías. No creo que sepas más que los curas, que de por sí, no saben nada. Me voy frustrado, nos vemos, quizá nunca porque tus idioteces habrá quien las oiga, pero yo no.

Algunos días después, regresó a hablarme de nuevo.

-Me dices algo que nunca oí y por eso no lo creo. Tienes razón al decir que fui generoso con mi familia y eso ya lo tomé en cuenta, es parte de mi perfección, sin embargo, fallé en lo demás, no fui lo intachable que aparenté y eso no me lo perdono. El espíritu que soy actualmente está muy rebelde al haber perdido su cuerpo y su vida y no cree en nada más de lo que dejó.

Después de insistirle en buscar la luz de Dios, al fin se decidió a buscarla.

-Empiezo a creerte, soy terco y orgulloso, voy a pedir esa luz de la que hablas, quizás Dios existe y el negarlo es lo que me tiene aquí. Ya empiezo a ver un resplandor que no sé de donde viene, voy hacia él porque me atrae, es calor, es sentimiento de plenitud, es perdón, es amor, sí, lo que rara vez sentí; no puedo describir esta luz que cada momento se agranda y me acoge. Veo seres que vienen hacia mí, el espíritu que soy se siente al fin liberado, gracias por tu ayuda y perdón por haber sido tan brusco. ¡Si supieran la maravilla que es esto! Sí, Dios existe, tiene que existir porque esta luz viene de Él, no puede ser de otra manera.

Todo lo que sucede en la vida siempre tiene un porqué, una enseñanza que hay que descubrir. En una ocasión, un joven fue secuestrado y después asesinado. Su madre, desesperada, vino a verme envuelta en dolor y deseo de venganza. Le hice entender que los sentimientos de venganza no le ayudarían ni a ella y todavía menos, a su hijo, pues estos lo atarían a esta dimensión. Después de varias sesiones en las que hizo una meditación del perdón, me dijo: “Carmen, ya entendí, ya perdoné, me siento totalmente liberada”. Algún tiempo después, su hijo le habló a través de mí diciéndole que su muerte había sido programada desde antes y que el dolor que le había provocado a ella, le había servido para buscar la vida espiritual.

El resentimiento provoca amargura, infelicidad, mientras que el perdón, libera.

Forgiveness

Forgiveness is not an act of mercy or a favor for someone who has hurt us. True forgiveness occurs when it is understood that there is nothing to forgive.

Those who act against the Universal Law of Love have not yet understood what they are, and their behavior is a consequence of their ignorance and unconsciousness of their true being. “Evil” originates in the fear generated by the feeling of separateness from our fellow man and from God that initially compels us to pursue superiority above the rest, seeking acceptance and public acknowledgement, and the desire to possess material things in order to obtain control and power, an irresistible temptation for anyone.

LOVE, that is the energy that unites the Creator with his creatures and his creatures among themselves, is our essence. We have come to experience darkness, what IS NOT, separation, down into this dimension, forgetting what we really are. In the beginning of our evolutionary process towards our source, that ignorance produces a lack of love in our actions caused by feelings of loneliness and alienation, until slowly, through the multiplicity of experiences acquired in different lives through the Law of Cause and Effect, our soul is inscribed with the correct procedure to draw us from oblivion, that is love. We have accepted this experience to develop our creativity.

Emotions such as resentment, hatred, spite, and the desire for revenge emerge when someone has wounded, offended or mistreated us. Notwithstanding, forgiveness produces greater satisfaction than revenge. The latter counters our profound nature while we act in tune with ourselves when we forgive. Concomitantly, the harm someone causes us –if we are able to see it– will help us acquire principles such as humility, detachment, acceptance, non-judgment, and true forgiveness.

We are all One because we are an integral part of the same thing; aggression and wrongdoing towards others reverts upon ourselves. There is a Universal Law of Attraction that says: you create what you think; whatever you project onto others will always be attracted into your life, sooner or later. Forgiving oneself is also very important. At times, we do not pardon ourselves for having made a mistake. No matter how severe it may have been, it was caused by ignorance and unconsciousness, as well as the unrestrained desires of the ego. What we are not forgiving, in reality, is having failed our “perfection,” we do not accept being imperfect, and that is the ego. However, that is why we came here: to experience imperfection, and acceptance of it is humility.

Following is an example of someone who could not access the Light because he could not forgive himself. This is how he spoke.

– I live in a hell created by my own remorse. I was always envious of those who had more than I, and I caused problems in their business the minute I could. That brought me great pleasure. I was never merciful towards anyone because I viewed mercy as weakness. My wife was good to me and always willing to please since she didn’t realize the way I really was. I had some success in my business, almost always stepping on someone else’s toes. I wasn’t the respectable gentleman I always represented myself as. I cannot exit this confinement full of reproaches because wasn’t who I pretended to be, which continues bothering me and I can’t accept it. I would have wanted to be perfect and not the piece of crap I was. I don’t know what the life I’m living holds at this point. I certainly haven’t found what was predicated to me and only believed halfheartedly. No heaven, no hell, no such thing, just this remorseful haze.

I don’t have the faintest idea of how you can hear me but I heard voices that told me to come and after great reluctance on my part, I’m surprised to discover that not only can you hear me, you’ve sent me light or a very pleasant energy. Tell me, how do you do that? Where does that gift to communicate with the dead come from? But no, we are not at all dead; we’re just so far away from the world we love, unable to manifest ourselves there. How can they say all those lies about the “beyond”! I knew that there were people who practiced spiritsm but I never believed in that nonsense. I’m wondering if that’s what you’re involved in and if it’s the reason you can communicate with me. But it’s unbelievable that a respectable institution like the Catholic Church says such falsehoods that so many believe. Let me repeat, there is no God or devil here, just cold and eternity, unless that’s what they mean when they talk about hell.

– What religion says is true in a way, but the explanations are metaphoric, of course. What I have come to understand, you see, is that God is the Whole and we are His manifestation. We form the Whole along with Him so we’re all interconnected. There are different planes of reality or spheres; those of us who are embodied are in the terrestrial plane, those who are disembodied, who have lost their body, are in the Astral. There is a multitude of ascending planes that we will need to pass through in order to reach the Creator because we came from Him and must return to Him. The Alfa-Omega, as you know. We human beings have been provided with free will and can choose depending on our wishes. In truth, we are separated from the rest when we believe that since our thoughts are capable of creation. However, communication between beings in the superior spheres and us does exist, and they try to help us awaken. Some of us are more capable of receiving those vibrations, facilitating and making that communication more conscious, but in reality, there has always been a relationship between the different planes–, I replied.

– What you’re saying is somewhat complicated but seems to make sense. But still, that doesn’t explain my situation.

– You’ve decided to stay where you are for a very simple reason: your regrets, your non-acceptance, and your resistance to learn that you are imperfect. Therefore, you’ve created a wall and that haze where nothing else exists, as you said. But if you’d realize that the Creator is merciful and His love is perfect, and that not only you, but we all have a long way to go before we reach perfection, instead of burning in disappointment, you would ask for His mercy and His love would immediately shelter you. The moment you decide to go towards God, a marvelous light will pull you out of the haze because He doesn’t punish anyone. Believe me, just ask for the Light and it will appear and attract you in a wonderful way towards the true life that is awaiting you and us all. You’re right, you’re in a living hell but it’s voluntary, it’s not punishment. Now that you have understood that the only form of harmony is love, go towards it.

– You say beautiful things but they’re unbelievable. You’re not going to tell me that I can wish light into reality after all of this time I’ve spent in the dark. It’s true that beings have occasionally come to me, trying to persuade me of what you’re saying but I haven’t believed it because I think they’re telling the same lies I heard during my life on Earth. What you’re saying now is very similar. How can you know what’s happening if you’ve never been here?

– Because like you, I’ve helped many other lost souls see the Light, and they’ve told me what they’ve seen. Don’t you realize that both you and I are being helped and receive direction from higher spiritual beings that lead us to God? I’m nothing but an interpreter because you’re still vibrating in the terrestrial frequency that you haven’t decided to free yourself from, making that communication more fluid.

– I’m yet to believe those tall tales that God is the Whole and the rest of that bunk, it’s nothing but gibberish. I don’t think you know any more than the priests who don’t know anything at all. I’m frustrated and am leaving. I’ll see you, or maybe not, let others listen to your babble but not me.

He came back to speak to me again a few days later.

– You tell me things I’ve never heard, which is why I don’t believe you. You’re correct to say that I was generous with my family. I’ve considered that and it is part of my perfection but I failed with everything else, I wasn’t the irreproachable man I appeared to be and can’t forgive myself for that. The spirit that I am now is rebellious, having lost its body and its life, and does not believe in anything except for what it left behind.

I insisted that he look for God’s Light and he finally decided to search for it.

– I’m starting to believe you; I’m stubborn and proud. I’m going to ask for that light you speak about, maybe God does exist and my denying it has me here. I’m beginning to see a shimmering light. I don’t know where it’s coming from but I’m going in its direction because it’s inviting me, it’s warmth, a sensation of fulfillment, it’s forgiveness and love, indeed, something I rarely felt; I can’t describe this light that’s so expansive and embraces me. I see beings coming towards me, the spirit that I am finally feels liberated thanks to your help; forgive me for having been so rude to you. If you only knew how amazing this is! God exists, He must exist because this light comes from Him; it couldn’t be any other way.

Everything in life happens for a reason; there is a lesson to be learned. On another occasion, a young man was kidnapped and murdered. His mother, who was desperate, came to me in pain, eager for revenge. I explained that her feelings of vengeance would not help her, and much less, her son, because they would tie him down to this dimension. After many sessions doing forgiveness meditation, she said: “Carmen, I have finally understood and forgiven; I feel totally released.” Some time later, her son spoke to her through me saying that his death had been programmed before, and that the pain it caused her served for her to seek spirituality.

Resentment causes bitterness and unhappiness while forgiveness is liberating.

La homosexualidad

English version of this article can be found below.

La homosexualidad es una condición que se elige antes de encarnar como un reto que hay que superar. El sexo se escoge para experimentar las diferentes vivencias que son propias de él, como la creatividad, la fuerza física, la actividad en la organización de la vida material en el caso masculino, y la amorosa compañía de esa organización, la maternidad, el desarrollo de la intuición, cuando se opta por el sexo femenino.

El Yo Superior no tiene sexo, tiene los dos aspectos en él, como todo en el universo, femenino y masculino, activo y pasivo. Si el sexo en el ser humano existe es porque se necesitan experimentar los dos aspectos del ser por separado en el mundo dual.

La homosexualidad no es ni mala ni buena,  es una experiencia más en nuestro proceso evolutivo, es un medio de aprendizaje duro, pues el tener una inclinación sexual distinta de la que se espera, es difícil. Pasar por este obstáculo puede tener diferentes objetivos en su deseo de experimentarlo. Algunos de estos pueden ser: superar el rechazo de la sociedad, trascender el sufrimiento que confiere ese estado, como puede ser la culpa y la falta de aceptación de uno mismo, la falta de una familia convencional, una vida diferente de lo que se espera de la persona y algunas veces apartado del resto de la sociedad.

El amor humano se compone del deseo de unirse a aquello de lo que se ha separado, es decir, lo que en realidad busca el ser humano en el amor terreno es sentirse en unión con otra alma para eliminar el sentimiento de separación. Se logra superficialmente porque siempre persiste ese vació de algo que no acertamos a comprender y que se traduce en la unión con el Todo. No importa quién sea o cómo sea, esa unión nos es necesaria para experimentar el complemento de nuestro ser que se siente incompleto. Este sentimiento proviene de la dualidad que vivimos en la tercera dimensión, al creernos separados de nuestro Creador y de cuanto existe.

La unión entre dos individuos del mismo sexo no siempre es fácil. Cada sexo tiene una energía diferente que tiende a complementarse con su opuesto, por lo que en las relaciones homosexuales siempre estará presente esta carencia. Sin embargo, lo anterior no las hace negativas, solo incompletas al no haber intercambio de diferentes energías, pero cuando hay verdadero amor, éste compensa la falta de la energía contraria.

El sida, a diferencia de otras enfermedades, carga con un estigma social por la asociación que se hace con la homosexualidad, lo que representa un obstáculo muy doloroso para los que la padecen. Ser homosexual y pasar por esta enfermedad puede ser para superar el abandono de la familia, de la sociedad y aún de la pareja. La agonía de este experimento implica una fuerte motivación para buscar otras respuestas dentro de sí mismo y así acercarse a Dios.

Este es un ejemplo de alguien que no supo superar las pruebas que se impuso, sin embargo, su Verdadero Ser se decidió por proporcionarle un obstáculo más difícil para aprovechar su vida.  Así me habló después de su muerte.

Como sabes, fui homosexual y nací en un ambiente de puritanismo absurdo, pero todo eso lo escogí con la intención de vivir vedado del sexo y dedicado a Dios. No quise encerrarme en un monasterio porque hubiera encontrado allí con quien tener sexo y hubiera estado todavía más atormentado con la culpa. Debería haber sido un sacerdote seglar y dar amor a quien sufre.

Nada de eso hice, me envolví en mi ego de sentirme guapo e inteligente y forniqué con quien pude, encontrando así la enfermedad que me mató. Cuando te encontré en tu búsqueda espiritual y con el valor de salirte de las normas establecidas, me di cuenta de que eso era lo que debía hacer, pero no tuve el valor, sólo me atreví a probar algo de esa búsqueda sin adentrarme demasiado, pues eso significaba un compromiso que no estuve dispuesto a hacer.

Pero mi Yo Superior no quiso desperdiciar esa vida y optó por la enfermedad del sida, con lo cual fue evidente mi homosexualidad, que yo trataba de disimular sin mucho éxito. La vergüenza y el abandono de mi familia me hicieron sufrir profundamente. Sin embargo ese dolor me acercó a Dios y puedo decir que morí en paz. Ahora vivo en la felicidad absoluta en un mundo ideal.

Hay muchos que al no aceptar su condición homosexual, son infelices toda su vida tratando de ocultarla. En algunas ocasiones su desdicha los lleva hasta el suicidio. He aquí el caso de un joven que se comunicó conmigo después de suicidarse.

Hoy  me encuentro en la nada con todos mis remordimientos después de haber efectuado esta innombrable tontería. Sé que provoqué mucho dolor a mi familia, pero ya no podía soportar mi situación. Me doy cuenta también que era mi culpa, pues nada hice para hacer algo útil de mi vida, me contentaba con satisfacer mis caprichos en compensación de lo que creía ser una maldición, es decir, mi homosexualidad. Me doy cuenta ahora que hubiera podido actuar de otra manera, dando de mí a los demás, ayudar a quien lo necesitaba, pero me encerré en mi egoísmo y les hice pagar a los demás mi frustración. Estaba desesperado porque me encontraba solo, sin nadie que me amara, cosa de la que me doy cuenta, era gracias a mi carácter desagradable. Me pregunto cuál es el castigo que merezco por haber hecho la idiotez de suicidarme. Siempre me dijeron que lo que les espera a los suicidas es el infierno y no estoy seguro de que esto no me suceda.

Me costó convencerlo de que el castigo no existe, de que debía abandonarse al amor y a la misericordia divina y que buscara la luz. Finalmente lo hizo y se liberó.

Cuando el Ser Superior opta por tomar una experiencia como homosexual, sabe que encontrará múltiples obstáculos, por lo que podemos entender que se trata de almas muy valientes, aunque no siempre logren con éxito lo que se propusieron.

El rechazo del que son objeto en la mayoría de los casos, es muy cruel. El tomar conciencia de que es una condición que eligieron para trascenderla, es un llamado a la aceptación y al amor, en lugar de los juicios negativos que a veces despierta. Nos invita a cuestionar profundamente la forma en que se juzga a los que son “diferentes” en nuestro mundo.

Homosexuality

Homosexuality is a condition that is chosen prior to incarnating as a challenge to overcome. Gender is selected to engage in the different experiences associated to it, such as creativity, physical strength, and activities related to the organization of material life for males, and loving accompaniment for that organization, maternity, and the development of intuition for those who elect to be female.

The Higher Self is genderless, it contains both aspects within, just like everything in the universe: masculine and feminine, active and passive. Gender exists in the human being because it is necessary to experience both of the being’s aspects separately in the dual world.

Homosexuality is neither good nor bad; it is another experience in our evolutionary process, and it is a tough learning pathway given that having a different sexual orientation than expected is difficult. The desire to prevail over this obstacle can have a variety of objectives. Some of them may be: to surmount society’s rejection or to transcend the pain produced by that condition, which could be guilt or a lack of self-acceptance, the absence of a conventional family, a life that is unlike what is expected of that individual, occasionally segregated from the rest of society.

Human love is comprised of the desire to reunite with what we have been separated from, which is to say that what humanity is really looking for in earthly love is to be united with another soul in order to eradicate the sensation of separateness. That is accomplished only to an extent because a certain emptiness that we cannot understand and is translated into unity with the Whole, persists. No matter who we are or what we are like, we need that unity to experience the complement to our being that feels incomplete. That feeling comes from the duality that we undergo in the third dimension, where we believe that we have been severed from our Creator and all else that exists.

Same-sex unions are not always easy. Each gender has a distinct energy that tends to be complemented by its opposite, which is why homosexual relationships will always be characterized by that absence. However, that does not make them negative, rather, only incomplete, since there is no exchange of those energies. But when there is true love, it will compensate for the lack of the opposite energy.

In contrast with other ailments, AIDS is stigmatized by society due to its association with homosexuality, representing a very painful barrier for those who suffer it. Being homosexual and enduring that illness can be to prevail over abandonment by family, society, and even one’s own couple. The agony involved in this experiment is a forceful driver to seek for answers within and thusly, to approach God.

Following is an example of someone who was unable to overcome his self-imposed trials. His True Self, however, decided to pose an even greater challenge for him to take advantage of that life experience. This is how he spoke to me after his death.

As you already know, I was homosexual and was born into an absurdly prudish environment. But I chose all of that with the intention of avoiding sexuality and dedicating myself to God. I didn’t want to enter a monastery because I would’ve found someone to have sex with there, and would’ve been further tormented with remorse. I should have been a secular priest to give love to those in pain.

I didn’t do any of that. I was wrapped up in my ego, feeling so handsome and smart, and I had intercourse with whoever crossed my path resulting in the sickness that killed me. When I found you on your spiritual quest, being brave enough to break away from conventions, I realized that that’s what I should’ve done but I didn’t have the courage. I only touched the surface without delving any deeper because that would’ve involved a commitment that I wasn’t willing to make.

But my Higher Self didn’t want to waste that life experience and chose AIDS, which made my sexual preference obvious no matter how hard I tried to conceal it. Shame and my family abandoning me made me suffer deeply. It was that very pain that brought me closer to God, and I can say that I died in peace. I now live in the absolute joy of an ideal world.

There are many who, in not accepting their homosexuality, are unhappy during their entire lifetime making efforts to hide it. Feeling miserable can occasionally lead to suicide. Here is a testimony of a young man who communicated with me after killing himself.

I’m in the nothingness of my regrets today, after having committed that unnamable, foolish act. I know I caused a lot of pain to my family but I couldn’t cope with my situation any longer. I also know it was my own fault because I never did anything useful in life. I was contented to satisfy my whims to compensate for what I believed was a curse, that is, my homosexuality. I now realize that I could have acted differently, being giving, helping those in need, but I was trapped in my selfishness and made others pay for my own frustration. I felt desperate because I was alone, with no one to love me. I realize that it was due to my unpleasant personality. I ask myself, what is the punishment I deserve for having been such an idiot to have committed suicide? I was always told that hell is awaiting those who kill themselves and I’m not certain that that won’t happen to me.

It took a while for me to convince him that punishment does not exist, and that he should abandon himself to divine love and mercy, and seek the light. He finally did just that and was released.

When the Higher Self opts for an experience such as being homosexual, it knows that there will be various hurdles to surmount, so we can infer that these are very brave souls although they do not always succeed in their purposes.

The rejection they face in most cases is extremely cruel. Becoming aware that it was a chosen condition in order to transcend it calls for acceptance and love rather then negative judgments it sometimes elicits. It is an invitation for us to profoundly question the way in which those who are “different” are judged in our world.

Dolor y sufrimiento

Cuando nos internamos en el mundo ilusorio de la tercera dimensión, sabemos que el dolor es parte de esa experiencia. El dolor es el estímulo que urge a encontrar otros conceptos, otras soluciones que busquen evitarlo y por lo tanto, que nos ayuden a salir de la ilusión. Nuestra evolución necesita del dolor para tomar conciencia de que la vida en el mundo físico no es la verdadera, de que se trata de una experiencia de nuestro Ser Superior que desea bajar al mundo de las formas, que es el plano físico.

Esta vida es ilusoria, no tiene existencia real y perenne pues es transitoria, sólo Dios es una realidad superior que se manifiesta a través de sus criaturas que actúan según su voluntad. Nuestra vida está contenida en Él, ya que nada puede existir fuera de su Ser y de su arbitrio.

Al entrar en el mundo físico y olvidarnos de quiénes somos, de dónde venimos y a dónde hemos de regresar, nos sentimos solos y abandonados a nuestra suerte, por lo que experimentamos miedo. Es para contrarrestar ese miedo que se forma el ego y empezamos a actuar en contra del amor, pero poco a poco y mediante las diferentes experiencias en este plano con sus correspondientes efectos, vamos comprendiendo que el único camino para obtener la verdadera felicidad es a través del amor que es unión y es nuestra propia esencia.

Los comportamientos inarmónicos traen una carga negativa que necesita ser contrarrestada para recuperar la armonía; como esa negatividad ha sido siempre provocada por falta de amor, la manera de restablecer el equilibrio perdido es con amor, es decir, la fuerza contraria a la que provocó el desequilibrio, o con dolor, ya que al tener éste una energía opuesta al bienestar terrenal y al apego a lo material, lleva una carga positiva o de armonía. No es que el dolor sea un castigo sino que al oponerse a la comodidad del individuo en el mundo físico, le ayuda a desapegarse del atractivo que éste ofrece. Cuando se acepta, no aparece el sufrimiento que surge del rechazo a lo que está sucediendo. El dolor es parte de la vida, el sufrimiento no necesariamente.

La experiencia que nos toca vivir se escoge de antemano antes de encarnar siguiendo un plan determinado, con el objetivo de aprender ciertas virtudes y compensar antiguas desarmonías. El sufrimiento y las privaciones ayudan a desapegarse del atractivo del plano terrestre, pues mientras se sigue vibrando en esa tesitura, nos atrae irremisiblemente a volver a él. Es por esto que se escoge sufrir, para desapegarnos del plano en el que nos vemos atrapados si nos dejamos llevar por sus placeres ilusorios y espejismos.

El dolor es necesario para elevar la vibración, tanto del cuerpo como del alma. Las situaciones de dolor se escogen para superarlas con el objetivo de devenir más fuerte, evolucionar hacia lo espiritual y liberar Karma. Si no se logra porque el individuo se sumerge en su pena, desperdicia la oportunidad de crecer, lo cual traerá como consecuencia la aparición más tarde de otro obstáculo, algunas veces aún mayor. También es útil para darnos cuenta de que hay algo más allá de lo que percibimos en el mundo como única realidad. Sin el dolor no entenderíamos el placer.

Algunas veces, el individuo no puede sobrellevar la prueba dolorosa que él mismo se impuso y decide escapar de ella con el suicidio. Esto no genera ningún castigo porque el castigo no existe en ningún caso, pero la culpa que provoca esta acción en la que el suicida toma conciencia de su cobardía y del sufrimiento que causó a su familia, la convierte en un situación insoportable.

Cuando se supera el sufrimiento, la vida y la manera de verla cambia.

Cito el caso de dos señoras que sufrieron la pérdida de sus respectivos hijos que murieron prematuramente. Después de trabajar en la aceptación y la elevación espiritual, una de ellas expresó: “Yo no me cambio por la persona que era antes de mi tragedia”, a lo cual la otra respondió: “Yo tampoco”. La inmensa pena que esas muertes les provocaron, las llevaron a abrir la conciencia mediante conceptos espirituales.

Conozco a un joven, quien después de haber estado sumergido en una depresión profunda durante años, provocada por fuertes traumas de su infancia, como abuso sexual, bullying y abandono emocional por parte de sus padres, su profundo dolor lo empujó a buscar el verdadero sentido de la vida a través de la espiritualidad.

He sido testigo de algunos casos como estos, aunque desgraciadamente también he visto quienes no sobrepasan el dolor y se hunden en él, desperdiciando así la oportunidad de aprovechar su vida.

Actualmente se está dando mucho dolor alrededor del mundo y es con el propósito de abrir la conciencia de la humanidad y ayudarla a dar el salto a la siguiente dimensión, donde se vivirán la fraternidad y el amor profundamente. Al sufrir, el ser humano se pregunta cuál es el sentido de ese sufrimiento, lo que estimula la conciencia a buscar respuestas al eterno misterio de la vida.

La violencia

El momento actual es de cambio y por eso se están dando tantas situaciones de violencia, la cual es nacida del miedo;  mientras no se entienda que todos somos Uno, continuará la lucha por el poder. La violencia nace del miedo, que a su vez da lugar al ego. Al creernos solos y separados del Universo y de Dios tenemos miedo, por lo que desarrollamos una serie de comportamientos tendientes a cubrirlo, los cuales conforman el ego. El deseo de sobresalir sobre los demás, la necesidad de ser aceptados y reconocidos, nos hace sentir más seguros; las posesiones materiales nos dan una transitoria satisfacción, pues una vez obtenidas, aparece el deseo de tener más y la búsqueda del control que lleva al poder es lo más irresistible para el ser humano que cree obtener seguridad con ello. El ego y sus exigencias generan violencia cuando se ve contrariado en sus deseos.

Actualmente las conductas de la humanidad están polarizadas, los que buscan la luz cada vez lo hacen más intensamente, mientras que los que están en la oscuridad se hunden más profundamente en ella, debido a que la vibración de la Tierra se incrementa y con ella la de sus habitantes. Esto dará lugar al cambio de dimensión que se está preparando, en el que quienes no logren elevar su vibración no podrán seguir en este planeta, es decir, no podrán reencarnar más en él.

Los que están inmersos en el ego que únicamente busca el poder, su actitud ante la vida es de manipulación y violencia para infundir miedo y así controlar a la humanidad. Desde los videojuegos, las películas, las series de TV, las lecturas, las noticias, incrementan la violencia a todos los niveles: entre los niños, los jóvenes y aún las guerras están atizadas por todo esto.

Una de las razones de la violencia que impera en el mundo es el resultado del ego ambicioso de la humanidad. Al nunca encontrar saciedad en las posesiones materiales ni en el poder, se busca la plenitud tratando de obtener más y más dinero, más y más poder, sin nunca encontrar la plena satisfacción porque lo que en realidad busca el alma del ser encarnado es ilimitado, es la unión con el Todo del que se cree separado. La insatisfacción y el vacío existencial que experimenta el ser humano, lo empujan a buscar obtener lo que desea empleando la violencia, si es necesario. También, cuando no se es feliz, la felicidad ajena no se soporta y es cuando el salvajismo y la crueldad aparecen en el comportamiento humano.

Necesita el ser humano entender que mientras busque la plenitud de su ser en el materialismo y el poder sobre los demás, nunca lo obtendrá. Es en la unión con el Todo a través del amor cuando encontrará la satisfacción y la felicidad. El amor  es unión, mientras que el poder separa, lo que produce una profunda desdicha.

El bagaje cultural machista de la humanidad en el que el hombre se impone sobre la mujer mediante la fuerza física y la agrede cuando no se pliega a su voluntad,  es el responsable de tantas atrocidades que se cometen. Otra vez aquí aparece el ego controlador. También las frustraciones que algunos individuos experimentan las desahogan agrediendo a quien pueden y muchas veces a su propia familia.

El fanatismo, ya sea religioso, ideológico o de cualquier índole, es otra fuente de violencia, el fanatismo que tiene como origen el ego y el miedo que es uno de los componentes de este último. Cuando el fanático tiene una creencia que considera como la única verdad, se apega a ella porque le da seguridad. Aparece después el deseo de imponerla a los demás con el objetivo de obtener el control, lo que en muchas ocasiones se hace contra la voluntad de éstos y de manera cruel y violenta.

El espíritu competitivo incrementa el ego y la competencia a todos los niveles, mientras provoca la satisfacción del ganador, es causa de infortunio del perdedor. La competencia en muchas ocasiones es despiadada, promueve la violencia y la injusticia con el fin de lograr la superioridad sobre el oponente. Desde los juegos hasta los negocios, todo se basa en competir. En lugar de trabajar por sacar lo mejor de uno mismo para el bien de la comunidad, el que compite lo hace para beneficio propio en perjuicio de otros.

Al entrar en el mundo dual son necesarios los dos polos, lo que se entiende por bueno y por malo, porque sin ello no se puede vivir la dualidad. Para salir de ella se deberá limpiar la negatividad que cubre la Tierra para que se dé el cambio de dimensión; es necesario que se exacerbe y cuando ya  no pueda seguir más, desaparecerá para dar lugar a un mundo de paz y fraternidad. Esto nos lo dicen los maestros espirituales.

Adicciones

Se nos ha otorgado la existencia que se considera como individual, aunque en realidad no lo es, ya que estamos todos unidos siendo uno y lo mismo con nuestro Creador. Nos preguntamos por qué nos hemos alejado en conciencia del Todo y la contestación aproximada es porque se nos ha dado la oportunidad de crear con voluntad propia y así experimentar la vida en la materia física con sus retos, alegrías y sufrimientos, todo para expresarnos como deseamos. Sin embargo, siempre estamos contenidos en Él, no puede ser de otra manera porque Dios no se divide, sólo da libertad a esas partículas de su conciencia para que actúen como lo decidan, pero recogiéndolas después en su Ser Infinito. Todo este proceso se puede resumir en amor, porque por amor da libertad a las partículas de su Esencia para que experimenten toda clase de vivencias y acogerlas de nuevo en su Ser con infinito amor.

Cuando estamos encarnados en la tercera dimensión, decidimos experimentar todo lo que el mundo físico ofrece para desarrollar nuestra creatividad y así contribuir a la creación que es movimiento y expansión continuos. Somos seres divinos que voluntariamente nos hemos limitado en nuestro entendimiento para poder actuar en el mundo material y así experimentar lo contrario de lo que somos para que poco a poco vayamos descubriendo nuestra verdadera naturaleza, que es amor, con el placer infinito que eso confiere.

Al olvidarnos de quiénes somos, de dónde venimos y adonde habremos de volver, nos sentimos solos y abandonados. En ocasiones el ser humano no encuentra el verdadero sentido de la vida y experimenta en el alma una soledad inmensa. Sobreviene un rechazo a los obstáculos que se le presentan en la vida como la falta de amor, dinero o cualquier carencia, que lo empujan a compensarlos con alguna adicción. Estos obstáculos los elegimos antes de encarnar con el objeto de aceptarlos y trascenderlos y la adicción es una forma de evadir esa realidad.

El alcohol y las drogas producen un estado de alteración de la percepción de la realidad que el adicto se rehúsa a vivir. Una vez bajo el efecto de éstas, el individuo no quiere volver a sentir la sensación de infinita soledad y vacío existencial y le crea una dependencia. Por ejemplo, el cigarro produce ciertas reacciones químicas que aparentemente calman la ansiedad y producen una tranquilidad temporal. Así se produce la adicción: el organismo se habitúa tanto a la nicotina, al alcohol o a cualquier tipo de substancia, que necesita que se le proporcione para sentirse bien.

También puede darse la adicción a las personas. Cuando el individuo se apega de tal manera a una persona que sin ella no puede vivir, aunque la relación sea perfectamente negativa porque lo hace sufrir, es porque el sentido de abandono que todos tenemos al creernos separados, él lo tiene en forma exagerada y trata de compensarlo con esa dependencia.

La adicción es una forma de evasión de la realidad. Existen muchas maneras de evadirla. Una de ellas es la obsesión con al trabajo. Trabajar es una actividad que, cuando se vive únicamente para eso, sirve para evitar enfrentar ciertas emociones y problemas de la vida diaria. Otra es la obsesión con la comida, que tiende a compensar ciertas emociones como el miedo, el abandono, la falta de amor, etcétera.

La culpa es un sentimiento nacido del ego, porque una cosa es tomar conciencia de que se actúa erróneamente y tratar de compensar ese error, teniendo al mismo tiempo la intención de no repetirlo y otra muy distinta es instalarse en la culpa por no aceptar haberse equivocado a causa de la propia imperfección. Esto último es soberbia, pues el individuo rechaza el hecho de no ser perfecto, lo que en ocasiones lo lleva a actuar cada vez más en situaciones que le provoquen culpa y así justificar una adicción que la pretende tapar.

El adicto pertenece a un grupo de almas que traen ese gen en su ADN con el objeto de superarlo y buscar la plenitud espiritual en la apertura de conciencia. Este es el caso de una mujer adicta al alcohol y a las drogas que su propia culpa le produjo una terrible enfermedad que le provocó la muerte. Así me habló desde el mundo espiritual:

La adicción es la defensa del alma ante los avatares de la vida en la materia, es la evasión de la realidad, ya que el placer transitorio que ofrece cualquier adicción, cubre por un lapso de tiempo el miedo y el desamparo que se experimenta al no encontrarle sentido a la vida. En mi caso fue para cubrir el sentido de culpa absurdo que ya estaba en mi cuerpo astral como resultado de otras vidas de victimario. En lugar de compensar con servicio y amor, que hice a medias, me sumí en conductas que me proporcionaran culpa para justificar mi adicción, que no era otra cosa que la evasión de la realidad que me tocó vivir. Antes de ir me propuse compensar con servicio y superación de este comportamiento que ya traía de otras vidas.

La religión para mí era un escudo detrás del cual me protegía pensando que si la seguía, eso me salvaría. Ni la seguía realmente ni creía todo lo que decía y por eso vivía culpabilizándome, aunque pensaba que Dios me perdonaría a pesar de mis errores. Ni siquiera solicité la presencia de un sacerdote para que me confesara porque -otra vez la soberbia- me sentía superior a ellos y que mi comunicación con Dios era suficiente. En esto último tenía razón, pero hubiera debido ser con humildad, que fue lo que siempre me faltó. Mi soberbia me ganó y nunca quise admitir que alguien supiera algo que yo no. Aun aquí tengo que quitarme el atavismo de creer que todo lo sé y que lo que me dicen no es cierto.

La depresión es otra forma de evasión. La tendencia, que se trae también en el ADN, es algo que se escoge con la intención de superarla. Lo que la detona es la no aceptación de las circunstancias que se presentan en la vida, lo que produce una serie de desajustes químicos que provocan la enfermedad. Cuando no se atiende puede llegarse al suicidio, que es la máxima expresión del rechazo a la vida como se presenta. He aquí el caso de un suicida que ayudé a encontrar la Luz del mundo espiritual que desde allí me habló.

Carmen, se me permite hablarte para darte las gracias por la ayuda increíble, inconmensurable que me diste al indicarme el camino de la liberación. Como sabes, me suicidé porque no encontraba el sentido de la vida. Me entretenía con festejos para tapar una depresión que no podía controlar. Esa depresión venía de esa falta de sentido de la vida, empezó cuando tuve problemas financieros y  no podía darle todo lo que quería a mi mujer, lo que me frustraba bastante. Cuando la situación económica mejoró, creí que la depresión se acabaría, pero no fue así, me empecé a dar cuenta de la vaciedad de mi vida, de que nada material me satisfacía, pero tampoco busqué la salida, como entrar en conceptos profundos de la vida, todo era reír y pasear. Ahora me doy cuenta de que si hubiera buscado algo de espiritualidad quizá hubiera salido de esa horrible depresión, la cual trataba de esconder en lugar de curar. Aquí he comprendido que es la paz interna que se obtiene a través de dar amor incondicional a todos y generosidad con quien lo necesita. La fiesta está bien como complemento pero no como meta. Ante todo entrar en contacto con tu alma siendo siempre justo y dando amor verdadero a quienes te rodean, sean quienes sean.

La meditación profunda es una útil herramienta que nos pone en contacto con el Todo, por eso es que se experimenta una sensación de plenitud, paz y armonía. Al meditar profundamente nos estamos comunicando con nuestro ser real, que no es separado de la creación, sino parte integral de ella y de Quien es el origen y núcleo de cuanto existe, al que se  le llama Dios, Creador, el Todo, Conciencia Universal. Es en los momentos en los que nos alejamos mentalmente de la tercera dimensión, cuando entramos en relación con la magnificencia de lo que somos en realidad. Somos como gotas de agua del Océano que cuando se unen a Él son el Océano, no hay separación. Esta herramienta nos ayuda a volver a la conciencia de unidad, a entender que no estamos solos ni separados y puede ser útil para el control de la depresión y de las adicciones.

Pero el mejor antídoto de todas estas conductas es la aceptación de lo que nos acontece y de quienes somos, porque todo lo que nos toca vivir lo hemos planeado antes de encarnar para aprender y practicar las diferentes virtudes como la humildad, la paciencia, la generosidad, en suma, el amor en todas sus expresiones, lo que nos llevará a evolucionar y así regresar a nuestro origen.