El poder del pensamiento

Nuestro pensamiento tiene el poder de crear porque somos parte del Creador de cuanto existe; si somos chispas de su esencia y Él está en nosotros, tenemos  sus mismas facultades en forma latente. Al estar envueltos en materia física y habernos olvidado de quiénes somos, ese poder disminuye pero no desaparece y es el responsable de las circunstancias por las que atravesamos en nuestras vidas.

El ser humano es el dueño del pensamiento que moldea el carácter, produce las condiciones, el entorno y el destino de su vida. De ahí que él es lo que piensa, su carácter y sus circunstancias son la suma de todos sus pensamientos. Aunque él no escoja directamente sus circunstancias, sí puede escoger sus pensamientos que  les darán forma a éstas de manera indirecta pero segura por la ley causa-efecto.

La ley causa-efecto funciona absolutamente en el resultado de lo que pensamos. Cuando nuestro pensamiento es positivo, eso mismo aparece en lo que nos toca vivir; esto no quiere decir que tiene que tratarse de dinero o poder, sino de la paz interna que es la que produce la verdadera felicidad. Pero si nuestros pensamientos se fundan en el descontento por las condiciones de nuestra vida o están envueltos en envidia, rebeldía, odio, ambición y toda clase de negatividad, eso estaremos creando. Los pensamientos de malicia y pesimismo, se reflejan a la larga en el cuerpo físico, en enfermedades  y en una cara amarga. Mientras que los pensamientos amorosos, puros y alegres, desprovistos de egoísmo construyen una vida serena.

El pensamiento crea formas que tienden a hacer su efecto, no hay ningún pensamiento que no tenga consecuencia, de ahí la importancia de estar siempre conscientes de lo que pensamos, pues a la larga recogeremos los resultados en el transcurso de nuestra experiencia vital.  Al constituir todos una unidad, estamos indefectiblemente conectados entre sí, por lo que cualquier pensamiento, ya sea positivo o negativo, está unido al de toda la humanidad y, si elegimos los pensamientos de amor en lugar de los que provienen del temor, ayudaremos a limpiar la conciencia colectiva.

Nosotros creamos continuamente las condiciones de nuestra vida, muchas veces sin estar conscientes de ello. Cuando deseamos algo profundamente y ponemos todo nuestro esfuerzo en ello, procurándolo con la fuerza del pensamiento, finalmente se logra. Si nuestro empeño va en el sentido de lo que es conveniente para nuestro desarrollo espiritual, se realizará, pero si éste no ayudaría  en nuestra evolución, se verá obstaculizado para que nos demos cuenta de que no es conveniente en nuestro proyecto de vida. No obstante, en ocasiones el ser humano se obstina en la obtención de algún deseo que logra mediante el poder de su mente; pero si no ayuda a su evolución, finalmente no le será provechoso.   A continuación un mensaje de los maestros espirituales sobre este tema:           

Nuestra mente es creadora y cuando visualiza algo como ya hecho, ve el resultado de su pensamiento creador que se materializa. ¿Por qué no siempre se materializan nuestros pensamientos? Por dos razones, una es porque la mente no tiene suficiente fuerza de concentración, lo que significa que las formas que emite son demasiado débiles para concretarse y otra es porque el Yo Superior de la persona no cree conveniente que ese pensamiento se realice por ser contrario a su plan de encarnación, donde se propone el aprendizaje de alguna virtud que ese deseo cumplido obstaculizaría. Sin embargo, vemos a algunas personas que logran obtener lo que se propusieron en la vida como poder y riqueza. Necesitamos experimentar todas las posibilidades que el mundo físico ofrece y cuando esto sucede, es porque el Yo Superior de la persona así lo decidió. Bien que cuando se tiene todo lo que se puede desear en el mundo, esto conlleva una responsabilidad que consiste en compartir con generosidad lo que se ha recibido trabajando por el bien de la comunidad. No obstante, si el individuo se dedica únicamente a la satisfacción de sus deseos egoístas, estará provocando el karma correspondiente que tiende a recuperar el equilibrio universal.

La mente causa y cura enfermedades, emite calma o desasosiego, aun ante situaciones difíciles. Si controlamos nuestra manera de pensar, dejaremos de reaccionar irreflexivamente ante los obstáculos y seremos dueños de actuar de manera acertada ante ellos. Podemos atraer situaciones nocivas a fuerza de temerlas. Si vivimos con el miedo de ser despojados de nuestros bienes o ser asaltados, acabaremos por atraerlo. Si continuamente tememos enfermarnos, estamos programándonos para que eso suceda. Quien se pelea con el mundo todo el tiempo y todo lo que encuentra a su paso le parece mal, recibirá en respuesta agresión y desarmonía.

Por el contrario, si nuestros pensamientos están en la fe de que nada malo puede ocurrirnos, estos crean una especie de coraza que nos protege. El que vive en la aceptación de lo que le acontece, buscando el aprendizaje de lo que esas circunstancias le ofrecen y procurando practicar el amor en todo lo que realiza, obtendrá paz y armonía en su vida con todo y las aparentes carencias que pueda tener.

También tenemos que tomar en cuenta lo que nos propusimos antes de encarnar,  puede tratarse de algún obstáculo doloroso el cual  ha sido programado para nuestro crecimiento espiritual y fortaleza. Cada uno vive lo que se propuso en su programa de vida, lo importante es cómo se reacciona ante esa circunstancia. Se puede superarla y crecer o rechazarla y perder lo que el alma se había propuesto de antemano. El resultado, nuevamente, está regido por nuestra mente.

Dios es el Todo

En una ocasión durante un viaje en avión, tuve una conversación con un niño de once años que me sorprendió. Nunca había oído los conceptos tan profundos que esta criatura me comunicó, sobre todo viniendo de alguien tan joven.

Nos encontrábamos atravesando las nubes y en ese entorno empezó a hablarme.

-¿Tú crees en los extraterrestres? – me preguntó

– Bueno, no creo que seamos los únicos habitantes de este universo infinito.  Seguramente hay muchos otros seres conscientes que se encuentran en otros planetas que pueden estar mucho más avanzados tecnológicamente que la humanidad de la Tierra y que quizá puedan visitarnos –  le respondí

– Pues yo sí creo que existen y que vienen a vernos. Lo que pienso es que quizá dentro de dos mil años nosotros estaremos como ellos. ¿Tú crees que Jesús es Dios? – continuó

– Eso es lo que se dice – dije para no entrar en consideraciones difíciles.

– Pues yo no lo creo, Dios no puede ser un hombre. ¿Ves este enorme universo? Como éste existen muchos otros de los que no tenemos conocimiento y Dios es todo eso con nosotros incluidos. Somos como sus células, todo está contenido en Él.

Sin embargo algunas veces pienso que puede ser que no haya nada después de la muerte.

– Tú me acabas de decir que Dios es Todo, entonces la nada no puede existir – le repliqué

– Es cierto, lo que creo es que yo no soy éste – dijo pellizcándose su pequeño brazo – después de que muera esto se irá a la tierra de donde salió y yo seguiré avanzando.

A continuación me hizo la siguiente pregunta:

-¿Tú crees en el Diablo?

-Sé que el mal existe pero no sé si se deba a la influencia de una entidad específica.

– ¿Sabes qué es el Diablo?- me dijo – Es una célula enferma.

En ese entonces todavía yo no manejaba bien el concepto del Todo, de que somos Uno con el Creador y su creación. Mi asombro fue grande al oírlo de la boca de un niño que, en sus escasos años así lo había comprendido. Entonces llegué a la conclusión de que en la nueva generación hay algunas almas que ya traen más sabiduría y apertura de conciencia y que realmente estamos viviendo el cambio de conciencia de la humanidad que la llevará a una dimensión superior. Es lo que se anuncia por todas partes y de diferentes maneras.

Desde entonces, he recibido mucha información de los maestros espirituales sobre muy diferentes temas que he compartido en mis libros. Lo que a continuación transcribo son mensajes textuales como se recibieron.

Al desear manifestarse, La fuente de Toda Vida o Dios Padre crea, extendiendo su misma esencia, a Dios Hijo o lo que se entiende por Conciencia Crística que conforma toda la creación.  Se fue densificando esa esencia y al ser cada vez más densa, las entidades iban estando más alejadas de la Fuente; se necesitaba de este proceso para tejer el maravilloso tapiz de la Creación. Según la densidad de cada entidad se iban dando las jerarquías, las cuales no consisten en tener más poder el que pertenece a la más alta jerarquía, sino en el diferente trabajo a efectuar y eso cada uno lo aceptó y escogió.

Al organizarse el cosmos de esta manera, los que están más arriba en la jerarquía son menos densos y por lo tanto están más cerca del Paraíso donde se encuentra la Fuente de Toda Vida, pero a su vez no han experimentado las vivencias eternamente gratificantes de los seres más densos que se dedican, unos a la creación de universos y seres vivos, otros a la organización de estas creaciones y otros más, que son los seres evolutivos, a experimentar la oscuridad, lo que NO-ES, mereciendo la maravilla sin parangón del descubrimiento de la Luz al final de su recorrido por el mundo de la ilusión.

¿Quién es Jesús? Es una emanación directa del Altísimo quien ha estado a cargo de muchos mundos, entre otros, la Tierra. Es un ser de la más alta frecuencia que existe y que al ver que los habitantes de ésta no lograban salir de las tinieblas, se decidió que encarnara en un cuerpo humano. Esto no fue fácil pues densificar a ese grado su vibración fue en verdad doloroso y a la vez maravilloso, porque pudo experimentar lo que los seres en evolución sentían y vivían, lo cual le hizo comprender el dolor inaudito de alejarse de la Luz. Vivió todas la angustias por las que pasa el ser humano y alcanzó tal grado de densificación que experimentó aun las tentaciones del “mal”, lo que no le fue fácil.

Si se decidió que muriera de una manera pública y deshonrosa, fue para dejar la enseñanza de que nuestro cuerpo no vale lo que creemos, es sólo un vestido que viene de la tierra y en tierra se ha de convertir. No así nuestro verdadero ser que es eterno y que regresará a la Fuente de donde se originó, cargado con todas las experiencias obtenidas durante su recorrido y que el resto de la creación compartirá. La resurrección tiene como enseñanza que nuestro cuerpo es también energía y si logramos sutilizar la nuestra, ese cuerpo se convertirá en luz también. Hay varios casos en que esto se ha producido, el caso de su madre por ejemplo.

Se dice que es Dios y en verdad lo es porque en Él se originó, pero lo somos también todos los seres conscientes, ya que formamos lo que se llama Dios Hijo. El Espíritu Santo es el amor y la humildad que nos une con nuestro Creador. Se comprende que esa energía emana también del Altísimo pero es otro aspecto de Él mismo, siendo todo una unidad.

Volvamos a su experiencia como humano. Vivió como cualquier hombre y sintió los mismos dolores y deseos que se tienen, aunque siempre había la elevadísima vibración de su Ser que le ayudaba a entender perfectamente de dónde venían esos deseos y dolores. Se le preparó como hombre a la sabiduría que se tenía entonces en Egipto y en otros lugares místicos con el objetivo de apoyar en términos humanos la enseñanza que venía a dar. En el bautizo de Juan se abrió por completo la Conciencia Crística que es la que todo ser evolutivo tendrá que alcanzar antes de reintegrarse al Paraíso Central. A partir de allí pudo dar su mensaje que no todos entendieron y que a través de los siglos se ha modificado en algunos puntos, pero que ha quedado lo principal, y es que la única manera de salir del mundo dual de la ignorancia y de la inconciencia es a través del AMOR.

Su enseñanza primordial consistía en otorgar la verdad de que Dios está en cada uno de nosotros y que venimos a descubrirlo. Lo siguiente que contenía su predicación es que sólo a través del Amor se puede lograr salir de este encierro que es la tercera dimensión, ya que el amor es unión y lo que se ha olvidado al entrar al mundo dual es que todos somos uno y lo mismo. No todo lo que vino a decir Jesús ha sido siempre bien comprendido. Por ejemplo nos dice: “El Reino de Dios está dentro de vosotros”  (Lc17-.21) y en otro pasaje “…para que todos sean uno. Como tú Padre en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros” (Jn. 17-21)…”Yo y el Padre somos uno” (Jn. 10-30) “…¿No está escrito en vuestra Ley: Dioses sois e hijos del Altísimo todos?” (Jn. 10-34). Todo esto parece hablarnos de  unidad, de que somos todos Uno con Él y el Padre.

Nos dice también que si seguimos sus enseñanzas podremos hacer lo mismo que él y obras aún mayores “… el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago y hará mayores aún” (Jn 14-12). Aquí se puede entender que si podemos llegar a hacer lo mismo que Jesús después de seguir sus enseñanzas, es porque  tenemos su misma esencia y por lo tanto podemos concluir que es nuestro hermano mayor.

Nuestra meta es llegar al punto en el que tomemos conciencia de que todos somos Uno y que formamos parte del Todo. Una vez allí, ya no hay lugar a sentirse ni superior ni inferior a los demás. Somos la puntada indispensable para el dibujo del tejido de la Creación, cada uno tiene un sitio y un propósito específicos para la armonía del Cosmos. Cuando se comprende esto, desaparece la necesidad de sobresalir, de ser aceptado y reconocido y de controlar a los demás.

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Amor Universal

El amor es una energía poderosísima sin la cual nada puede existir, es la energía que cohesiona el átomo y que une cuanto existe, por lo tanto nuestra esencia es amor. El famoso físico Albert Einstein le escribe en una carta a su hija Lieserl lo siguiente: “Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los prejuicios del mundo. Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación. Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR”.

Se entiende por amor universal la fuerza que une a toda la creación entre sí y toda ella con la Fuente que le dio la existencia a la que se le denomina Dios. Ese amor o energía unificadora nos une al Universo y a nuestro Creador, pero al entrar al mundo físico nos olvidamos de quienes somos y nos sentimos solos y abandonados, lo que nos provoca el miedo que está a la base de todas las actitudes oscuras de la humanidad. El miedo es el que da lugar al ego, y el que impide que el amor fluya sin obstáculos en nuestra vida. Hemos voluntariamente bajado a la densidad del mundo físico con el objetivo de experimentar la separación, así como el olvido de nuestro origen y destino y  recuperar, después de múltiples y variadas experiencias, la conciencia de nuestro verdadero ser y unidad con el Todo.

Cuando el ser humano se resiste a la unión con sus hermanos porque los ve diferentes y separados de él, se crea un bloqueo de esa energía unificadora y aparece el odio en todos sus grados. El ego separatista causado por el miedo, es el que empuja al ser humano a actuar en contra del amor y promueve las actitudes de codicia, avaricia, envidia, mentira, engaño, ira, crueldad y maldad en todas sus formas. Si se lucha por obtener ventajas personales es para contrarrestar el miedo a la soledad que el ser humano experimenta al creerse separado; si su deseo más intenso es el control, es porque de esa manera cree no estar expuesto a la agresión de los demás, la cual a su vez, está provocada por el miedo. Pero si comprendemos que todos los seres humanos hemos decidido libremente pasar por la oscuridad, y que todos la hemos experimentado en algún momento de nuestra evolución, nos será más fácil perdonar las conductas oscuras en los otros y la propia también. ¿Cómo podemos censurar la oscuridad cuando ella forma parte del Plan Divino?

Por lo tanto, para erradicar el miedo y salir de la oscuridad se necesita ejercer el amor incondicional que nace cuando se comprende que todos somos UNO, que lo que le acontece a otro nos sucede a nosotros mismos. El amor incondicional no juzga, acepta todo de los demás dándoles comprensión o compasión, que es lo mismo. Aceptar no quiere decir estar de acuerdo con todas las actitudes de nuestros hermanos sino comprender que éstas provienen de los diferentes estados de conciencia. Nuestro deber es entonces, ayudarlos a cambiar su actitud, no con reproches sino con amor.

El verdadero amor no exige nada, da libertad absoluta al otro, pues si Dios nos dio el libre albedrío, nadie puede forzarnos a no hacer lo que hemos decidido. Al ser libres por naturaleza, el control y la limitación nos producen infelicidad. Aceptar a quien amamos es aceptarlo como es, sin tratar de cambiar nada de su personalidad, sólo ver en él su esencia divina que es perfecta;  cuando nos dirigimos a ella, se produce una elevación de vibración en la persona que hace que algo de su conducta oscura se aclare.

Nuestra meta es volver a la conciencia de unidad, ya que mientras estemos estancados en nuestro ego no podremos practicar el amor incondicional. Ahora bien, no sólo es necesario deshacerse del ego separatista, pero también obtener la suficiente energía amorosa que nos impida volver a tener miedo, lo que se transformará en amor puro al Todo.

El amor incondicional erradica el miedo, ya que es su contrario. Se vive en el miedo mientras no se recobre el concepto de unión con el Todo, aunque en realidad nunca hemos estado separados, eso es imposible, no ha sido más que una experiencia en la que entramos en la oscuridad para después apreciar en toda su infinitud la Luz del Creador. En el momento en que se llega a la conciencia de unidad no hay ya por qué temer, se es UNO con todo lo que ES.

 

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La aceptación – Acceptance

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La aceptación significa admitir los errores y defectos propios y ajenos sin enjuiciarlos, tomando consciencia de que hemos venido a esta dimensión a experimentar la imperfección, para que poco a poco vayamos descubriendo lo que somos en realidad. Al olvidar que somos parte integral de Dios, que venimos de Él y que a Él habremos de volver, entramos en un estado de olvido en el que no entendemos bien de qué se trata la vida en la materia. Entonces desarrollamos una serie de comportamientos que tienen como finalidad cubrir el miedo que nos provoca creer que estamos solos y separados del Todo y tratar así de eliminar el vacío existencial que experimentamos con el olvido de nuestra verdadera naturaleza que es amor, unión. Surge en nosotros la necesidad de ser superiores a los demás, lo que nos da seguridad, de ser aceptados y reconocidos por nuestros logros; el deseo de posesiones materiales y de controlar a todo y a todos, lo que se traduce en poder. El Ego es el que se alimenta de esto.

Quien tiene una baja estima de sí mismo es porque no acepta su vida ni su persona, desearía ser más rico, más popular, más bello, más poderoso; en suma, busca la superioridad en todos los aspectos; desearía que cualquier cosa que haga fuera perfecta y no acepta equivocarse. Todo esto es Ego. El perfeccionismo, entendido de esa manera, es un obstáculo para la humildad. Tratar de hacer lo mejor que uno puede en todo lo que se emprende es lo que se debe hacer, pero si no se obtiene la perfección, que no existe, entonces hay que aceptarlo.

Aceptación también es estar en armonía con las circunstancias que nos tocan vivir, las cuales hemos diseñado antes de venir al mundo de la materia y que son las herramientas que nos servirán para obtener lo que nos propusimos antes de encarnar. Con ellas podremos trabajar las virtudes que necesitamos desarrollar y sabremos cuáles son si observamos nuestras fallas. Si nos falta generosidad, por ejemplo, es eso lo que tenemos que trabajar, practicándola cuando se presente la oportunidad; si es la paciencia lo que venimos a aprender, tratar de ser paciente aún delante de circunstancias difíciles de aceptar; si el orgullo es el que nos domina, debemos auto observarnos para transmutarlo en humildad. Cuando es el control sobre los demás y sobre nuestra vida lo que no podemos resistir, habrá que soltarlo y aceptar a los otros como son, respetando sus decisiones y, a la vez, fluir con lo que nos toca vivir.

La aceptación es no rebelarse ante los obstáculos que se nos presentan en la vida, que por dolorosos y difíciles que sean, son siempre una oportunidad para crecer y volverse más fuertes. Superar el reto que representan las dificultades de la vida es un aprendizaje que está implícito en él, como pueden ser: el desapego, la generosidad, la compasión, la misericordia, el perdón, etc.

No hablamos con esto de conformismo. Luchar por mejorar nuestras condiciones o por obtener un objetivo justo es válido, pero cuando éste no se da, a pesar de un gran esfuerzo, hay que dejarlo ir porque quiere decir que ese no era el camino.

El Ego es el principal enemigo de la aceptación, es el que busca controlar todo, ser perfecto, promoviendo toda clase de deseos que buscan tapar la infelicidad que produce la separación. Si el ser humano busca llenar el vacío con deseos banales de todo tipo, encuentra que a cada deseo cumplido le sigue otro de inmediato, que cada objeto deseado y obtenido no lo llena como esperaba, pues el placer que le proporciona es efímero. Así pasamos la vida, envueltos en deseos que se suceden unos a otros sin obtener nunca la plenitud esperada. Surge un sentimiento profundo de insatisfacción después del fugaz placer del deseo cumplido; entonces, sobreviene la sensación de no tener suficiente, de necesitar más, de poseer más y nunca hay fin a este deseo.

La culpa es la no aceptación de nuestros errores. Una cosa es tomar conciencia del error que cometemos para tratar de no repetirlo y otra es culparnos por haberlo cometido y no haber sido perfectos. Esto también es Ego.

Una persona que no lograba ir a la luz del mundo espiritual por la culpa y la no aceptación de lo que fue su vida, me pidió ayuda:

Oí voces que me trajeron diciéndome que puedes ayudarme. ¿Qué puedo hacer para salir de este calabozo? Morí lleno de culpa por haber desperdiciado mi vida con el alcohol. Me volví alcohólico porque la vida que tenía no me satisfacía. Ayer te oí decir que hay que aceptar lo que uno tiene que esa es el arma que tenemos para enfrentar la vida y con ella llevar una vida de amor y generosidad. Eso es exactamente lo que no hice, siempre deseaba lo que no tenía y estaba muy descontento con mi vida y mi persona, lo que me empujó a la terrible adicción al alcohol que me costó la vida. Desde entonces sólo vivo de reproches y no sé a dónde ir. ¿Tú sabes qué podría hacer?

Después de ayudarlo a liberarse de su culpa, se dirigió a la Luz y dijo:

Me siento dichoso en esta luz, empiezo a comprender muchas cosas: que el amor, la generosidad y la aceptación de nuestras circunstancias es lo que debemos practicar en la vida para avanzar. Estoy muy feliz, gracias por indicarme el camino de la liberación.

La separación que voluntariamente estamos experimentando nos produce una gran desolación y lo único que llenará el vacío del alma es encontrar quiénes somos en realidad, nuestro verdadero ser que es amor y unión con el Universo que es Dios y su Creación.

Acceptance

Acceptance means admitting one’s own mistakes and flaws, and those of others without passing judgment, being mindful that we have come into this dimension to experience imperfection, and to slowly discover what we really are. When we forget that we are an integral part of God, that we have come from Him and will return to Him, we enter a state of disremembrance where we do not clearly understand what life in matter is about. We then develop a series of behaviors to mask our fear, which comes from believing that we are alone and detached from the Whole, in an attempt to fill the existential void that we are confronted with because we have forgotten our true nature that is love and unity. We feel the need to stand out above the rest, to be accepted and to gain recognition for our accomplishments, a desire for material things, and to control everything and everyone around us. All of this is power and the Ego feeds on it.

Those who have low self-esteem do not accept themselves or their life. They covet being richer, more popular, more beautiful, and more powerful… In a word, they seek superiority in every way, craving to be perfect in everything they do and never acknowledging their mistakes. All of this is Ego. Perfectionism, when understood in these terms, is an obstacle for humility. One should always try to do one’s best in every task in life, but when perfection is not achieved because it does not exist, one must be accepting.

Acceptance also implies maintaining harmony with the circumstances we live in, which we designed before we came into the world of matter, and are the tools that will help us in attaining the goals we set for ourselves before incarnating. With them, we can work on the virtues that we need to develop and will be able to identify them if we take a close look at our shortcomings. For example, if we are lacking generosity, that is what we ought to focus on, practicing it whenever the opportunity arises. If patience is what we need to learn, we must try to be patient even in the most difficult of circumstances. If we are overpowered by our pride, we should be observant in order to transmute it into humility. When we are compelled by the desire to control everyone else and every detail in our lives, we have to release that need and accept people for who they are, respecting their decisions as we flow with the life we chose to live.

Acceptance is to not rebel in the face of problems that arise in our lives. Regardless of how painful and complicated, they are always an opportunity to grow and become stronger. Overcoming the challenges that life’s difficulties represent is the learning that they bring: detachment, generosity, compassion, mercy, forgiveness, etc.

We are not referring to conformism here. Struggling to improve our conditions or to reach a fair goal is valid, but when it does not happen regardless of our greatest efforts, we need to it let go because it means we are not on the right path.

The most formidable enemy of acceptance is the Ego. It seeks absolute control, to be perfect, and promotes all sorts of desires to cover up the discontent that is sourced in separateness. When an individual seeks to fill the void with mundane desires, he discovers that with each one that comes true, another immediately follows, that the objects of his desire do not bring the satisfaction he is longing for because the pleasure that comes with them is ephemeral. And so, life carries on as a succession of desires that do not provide the expected fulfillment. A deep sense of dissatisfaction follows the fleeting gratification of a wish that is granted. Then comes the sensation of never having enough, always needing more, having more, and that desire never comes to an end.

Guilt is non-acceptance of our mistakes. Becoming aware of a mistake we made to try to not repeat it is one thing but it is different to blame ourselves for having made it, for not having been perfect. This is also Ego.

A person who could not go to the Light of the Spiritual World due to guilt and non-acceptance of his life asked me for help.

I heard voices that brought me saying that you could help. How do I escape this prison cell? I was guilt-ridden for having wasted my life on alcohol when I died. I became an alcoholic because I was not satisfied with my life. Yesterday, I heard you say that people should accept what they have, that they are tools to face their lives, and to use those tools to live a life of love and generosity. That is exactly what I didn’t do. I always wanted what I didn’t have and was very unhappy with my life and myself. That pushed me into alcoholism, that horrible addiction that took my life. Since then, I live in disapproval and don’t know where to go. Do you know what I can do?

After helping him free himself of his guilt, he went towards the Light and said:

I feel happy in this light, I’m beginning to understand many things: that love, generosity, and acceptance of our circumstances is what we need to practice in order to advance. I’m overjoyed; thank you for showing me the path to liberation.

Separation, which we are voluntarily experiencing, produces profound desolation, and the only thing that will fill the emptiness in our soul is to find who we really are, our true self that is love and unity with the Universe that is God and His Creation.

El perdón – Forgiveness

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El perdón no es un acto de misericordia o favor hacia quien nos ha hecho un daño. El verdadero perdón se da cuando se entiende que no hay nada qué perdonar.

Quien actúa en contra de la ley universal del Amor es porque todavía no ha entendido lo que es y su actuar proviene de la ignorancia y la inconsciencia de lo que es su verdadero ser. La “maldad” se origina en el miedo que nos provoca sentirnos separados de nuestros congéneres y de Dios; nos empuja, en un principio, a perseguir la superioridad sobre los demás, buscando la aceptación y el reconocimiento del público y deseando la posesión de efectos materiales para obtener el control y el poder, al que nadie se resiste.

Nuestra esencia es AMOR, que es la energía que une al Creador con sus criaturas y éstas entre sí. Venimos a experimentar la obscuridad, lo que NO ES, la separación, y bajamos a esta dimensión olvidando lo que en realidad somos.  Dicha ignorancia provoca que, al inicio del proceso de evolución hacia nuestro origen, nuestra actuación esté desprovista de amor por el miedo que nos infunde el sentirnos solos y separados, hasta que poco a poco, por las múltiples vivencias obtenidas en diferentes vidas mediante la ley Causa-Efecto, se va inscribiendo en nuestra alma el correcto procedimiento que nos sacará del mundo del olvido, que es a través del amor. Esta experiencia ha sido aceptada por nosotros para desarrollar nuestra creatividad.

Cuando alguien nos hizo un daño, nos ofendió o nos perjudicó de alguna manera, surgen emociones como el resentimiento, el odio, el rencor, y también el deseo de venganza. Sin embargo, el perdón produce más satisfacción que la venganza, en esta última se actúa en contra de nuestra propia naturaleza profunda, mientras que cuando se ejerce el perdón, nuestro actuar está en armonía con nosotros mismos. Al mismo tiempo, el mal que alguien nos provoca  sirve, si lo sabemos ver, para aprender alguna virtud, como puede ser la humildad, el desapego, la aceptación del otro, el no juicio, el verdadero perdón.

Al ser todos parte integral de lo mismo, somos todos Uno, y la agresión y el mal que provocamos a otros nos lo estamos haciendo a nosotros mismos. Hay una Ley Universal de Atracción que dice: lo que piensas se crea, aquello que proyectas hacia otros siempre lo atraerás a tu vida, tarde o temprano. También es muy importante el perdón a uno mismo. A veces, no nos perdonamos el haber cometido un error, que por grave que éste sea, fue provocado por ignorancia e inconsciencia, así como por los deseos inmoderados del ego. En realidad, lo que no nos perdonamos es haber fallado a nuestra “perfección”, no aceptamos no ser perfectos, y eso es ego. No obstante, a eso vinimos, a experimentar la imperfección, y aceptarla es humildad.

A continuación un ejemplo de alguien que no logró ir a la Luz por que no podía perdonarse. Así me habló:

-Vivo en un infierno creado por mis remordimientos. Nunca dejé de envidiar a los que tenían más que yo y en cuanto podía les causaba molestias en sus negocios, lo que me procuraba un gozo enorme. Nunca fui misericordioso con nadie, pues el tener misericordia lo juzgaba como debilidad. Mi esposa fue muy buena conmigo y siempre trataba de darme gusto, ya que no se percataba de mi manera real de ser. Si tuve algún éxito en mis negocios, casi siempre fue llevándome de corbata a alguno, en fin, fui todo menos el caballero irreprochable que siempre aparenté. No puedo salir de este encierro de reproches porque no fui lo que simulaba ser y eso nuevamente me molesta y no lo acepto. Hubiera querido ser perfecto y no la mierda que fui. Ahora no sé qué hay en esta vida que llevo aquí, desde luego no he encontrado lo que tanto me predicaron y que yo creía a medias. Ni cielo, ni infierno, ni mucho menos, sólo esta bruma llena de remordimientos.

No tengo la menor idea de cómo puedes escucharme pero oí voces que me dijeron que me acercara a ti y después de mucha reticencia de mi parte, con sorpresa, veo que me escuchas y es más, me enviaste una luz o energía que me fue muy agradable. Dime, ¿Cómo lo haces? ¿De dónde te sale ese don de comunicarte con los que para ustedes estamos muertos? Porque muertos no estamos, de ninguna manera, sólo alejados del mundo que amamos sin podernos manifestar en él. ¡Cómo es posible que se digan tantas mentiras sobre el “más allá”! Yo sabía que había gente que practicaba el espiritismo pero yo nunca creí esas barrabasadas. Ahora me pregunto si no estás tú en esas cosas y por eso te puedes comunicar conmigo. Pero es increíble que toda una Iglesia respetable como la católica te cuente esa serie de mentiras que tantos se tragan. Aquí, te repito, no hay ni Dios ni diablo, sólo frío y eternidad, a menos de que a esto se refieran al hablar del infierno.

-Lo que dice la religión es cierto en alguna forma, pero desde luego son explicaciones algo metafóricas. Verás, lo que yo he llegado a comprender es que Dios es el Todo y nosotros su manifestación. Formamos con Él un Todo y por lo tanto estamos todos intercomunicados. Existen diferentes planos de realidad o esferas, donde nos encontramos los encarnados es el plano terrestre y donde están los desencarnados, los que han perdido su cuerpo, es el Astral. A partir de ahí hay multitud de planos ascendentes hasta llegar al Creador, los cuales tendremos que franquear porque de Él salimos y a Él tendremos que regresar. El Alfa-Omega, como sabes. Los seres humanos hemos sido dotados de libre albedrío y podemos optar por lo que deseamos. Al creernos separados del resto, lo estamos, porque nuestro pensamiento es creador. No obstante, la comunicación entre seres de esferas superiores y nosotros existe, desde donde tratan de ayudarnos a despertar. Habemos algunos que somos más sensibles a la recepción de esas vibraciones y entonces la comunicación se hace más fácil y consciente, pero en realidad siempre existe la relación entre los diferentes planos, – le contesté.

-Algo complicado todo lo que dices pero parece tener algún sentido. Sin embargo, eso no me explica mi situación.

-Tú has querido quedarte donde estás por una razón muy clara: tus remordimientos, tu no aceptación y tu rebeldía al constatar que no eres perfecto. Entonces, como tú bien dices, has creado un muro y una bruma en la que solamente eso existe. Pero si te das cuenta que el Creador es misericordia y amor perfectos y que no sólo tú, sino que a todos los seres humanos todavía nos falta mucho para serlo, en lugar de quemarte de reproches, clama por su misericordia y de inmediato su amor te cubrirá. En el momento en el que decidas ir hacia Dios, una luz maravillosa te sacará de la bruma, pues Él no castiga. Créelo, sólo pide ver la Luz y ella se hará y te absorberá de una manera maravillosa hacia la verdadera vida que te espera y nos espera a todos. En efecto, lo que actualmente vives es un infierno, pero es voluntario, no es castigo. Ahora que has comprendido que la única armonía es el amor, ve hacia él.

-Me dices cosas bellas pero increíbles. No me vas a decir que con sólo desear ver la luz ella se hará, después del tiempo que he pasado en la oscuridad. Es cierto que a veces han venido seres para tratar de convencerme de lo que dices, pero no les he creído pues pienso que dicen las mismas mentiras que oí durante mi vida en la Tierra. Ahora tú me dices algo parecido. Pero, ¿Cómo puedes saber lo que sucede  aquí sin nunca haber estado?

-Porque como a ti, he ayudado a muchas almas desorientadas a ver la Luz y ellas me dicen lo que ven. ¿No ves que tanto tú como yo estamos ayudados y dirigidos por seres espirituales superiores que nos guían hacia Dios? Lo que yo hago es servir de intérprete porque al estar tú todavía vibrando en esta frecuencia terrenal de donde no has querido despegarte, la comunicación es más fluida.

-Todavía no creo esas historias de que Dios es el Todo y compañía, son tonterías. No creo que sepas más que los curas, que de por sí, no saben nada. Me voy frustrado, nos vemos, quizá nunca porque tus idioteces habrá quien las oiga, pero yo no.

Algunos días después, regresó a hablarme de nuevo.

-Me dices algo que nunca oí y por eso no lo creo. Tienes razón al decir que fui generoso con mi familia y eso ya lo tomé en cuenta, es parte de mi perfección, sin embargo, fallé en lo demás, no fui lo intachable que aparenté y eso no me lo perdono. El espíritu que soy actualmente está muy rebelde al haber perdido su cuerpo y su vida y no cree en nada más de lo que dejó.

Después de insistirle en buscar la luz de Dios, al fin se decidió a buscarla.

-Empiezo a creerte, soy terco y orgulloso, voy a pedir esa luz de la que hablas, quizás Dios existe y el negarlo es lo que me tiene aquí. Ya empiezo a ver un resplandor que no sé de donde viene, voy hacia él porque me atrae, es calor, es sentimiento de plenitud, es perdón, es amor, sí, lo que rara vez sentí; no puedo describir esta luz que cada momento se agranda y me acoge. Veo seres que vienen hacia mí, el espíritu que soy se siente al fin liberado, gracias por tu ayuda y perdón por haber sido tan brusco. ¡Si supieran la maravilla que es esto! Sí, Dios existe, tiene que existir porque esta luz viene de Él, no puede ser de otra manera.

Todo lo que sucede en la vida siempre tiene un porqué, una enseñanza que hay que descubrir. En una ocasión, un joven fue secuestrado y después asesinado. Su madre, desesperada, vino a verme envuelta en dolor y deseo de venganza. Le hice entender que los sentimientos de venganza no le ayudarían ni a ella y todavía menos, a su hijo, pues estos lo atarían a esta dimensión. Después de varias sesiones en las que hizo una meditación del perdón, me dijo: “Carmen, ya entendí, ya perdoné, me siento totalmente liberada”. Algún tiempo después, su hijo le habló a través de mí diciéndole que su muerte había sido programada desde antes y que el dolor que le había provocado a ella, le había servido para buscar la vida espiritual.

El resentimiento provoca amargura, infelicidad, mientras que el perdón, libera.

Forgiveness

Forgiveness is not an act of mercy or a favor for someone who has hurt us. True forgiveness occurs when it is understood that there is nothing to forgive.

Those who act against the Universal Law of Love have not yet understood what they are, and their behavior is a consequence of their ignorance and unconsciousness of their true being. “Evil” originates in the fear generated by the feeling of separateness from our fellow man and from God that initially compels us to pursue superiority above the rest, seeking acceptance and public acknowledgement, and the desire to possess material things in order to obtain control and power, an irresistible temptation for anyone.

LOVE, that is the energy that unites the Creator with his creatures and his creatures among themselves, is our essence. We have come to experience darkness, what IS NOT, separation, down into this dimension, forgetting what we really are. In the beginning of our evolutionary process towards our source, that ignorance produces a lack of love in our actions caused by feelings of loneliness and alienation, until slowly, through the multiplicity of experiences acquired in different lives through the Law of Cause and Effect, our soul is inscribed with the correct procedure to draw us from oblivion, that is love. We have accepted this experience to develop our creativity.

Emotions such as resentment, hatred, spite, and the desire for revenge emerge when someone has wounded, offended or mistreated us. Notwithstanding, forgiveness produces greater satisfaction than revenge. The latter counters our profound nature while we act in tune with ourselves when we forgive. Concomitantly, the harm someone causes us –if we are able to see it– will help us acquire principles such as humility, detachment, acceptance, non-judgment, and true forgiveness.

We are all One because we are an integral part of the same thing; aggression and wrongdoing towards others reverts upon ourselves. There is a Universal Law of Attraction that says: you create what you think; whatever you project onto others will always be attracted into your life, sooner or later. Forgiving oneself is also very important. At times, we do not pardon ourselves for having made a mistake. No matter how severe it may have been, it was caused by ignorance and unconsciousness, as well as the unrestrained desires of the ego. What we are not forgiving, in reality, is having failed our “perfection,” we do not accept being imperfect, and that is the ego. However, that is why we came here: to experience imperfection, and acceptance of it is humility.

Following is an example of someone who could not access the Light because he could not forgive himself. This is how he spoke.

– I live in a hell created by my own remorse. I was always envious of those who had more than I, and I caused problems in their business the minute I could. That brought me great pleasure. I was never merciful towards anyone because I viewed mercy as weakness. My wife was good to me and always willing to please since she didn’t realize the way I really was. I had some success in my business, almost always stepping on someone else’s toes. I wasn’t the respectable gentleman I always represented myself as. I cannot exit this confinement full of reproaches because wasn’t who I pretended to be, which continues bothering me and I can’t accept it. I would have wanted to be perfect and not the piece of crap I was. I don’t know what the life I’m living holds at this point. I certainly haven’t found what was predicated to me and only believed halfheartedly. No heaven, no hell, no such thing, just this remorseful haze.

I don’t have the faintest idea of how you can hear me but I heard voices that told me to come and after great reluctance on my part, I’m surprised to discover that not only can you hear me, you’ve sent me light or a very pleasant energy. Tell me, how do you do that? Where does that gift to communicate with the dead come from? But no, we are not at all dead; we’re just so far away from the world we love, unable to manifest ourselves there. How can they say all those lies about the “beyond”! I knew that there were people who practiced spiritsm but I never believed in that nonsense. I’m wondering if that’s what you’re involved in and if it’s the reason you can communicate with me. But it’s unbelievable that a respectable institution like the Catholic Church says such falsehoods that so many believe. Let me repeat, there is no God or devil here, just cold and eternity, unless that’s what they mean when they talk about hell.

– What religion says is true in a way, but the explanations are metaphoric, of course. What I have come to understand, you see, is that God is the Whole and we are His manifestation. We form the Whole along with Him so we’re all interconnected. There are different planes of reality or spheres; those of us who are embodied are in the terrestrial plane, those who are disembodied, who have lost their body, are in the Astral. There is a multitude of ascending planes that we will need to pass through in order to reach the Creator because we came from Him and must return to Him. The Alfa-Omega, as you know. We human beings have been provided with free will and can choose depending on our wishes. In truth, we are separated from the rest when we believe that since our thoughts are capable of creation. However, communication between beings in the superior spheres and us does exist, and they try to help us awaken. Some of us are more capable of receiving those vibrations, facilitating and making that communication more conscious, but in reality, there has always been a relationship between the different planes–, I replied.

– What you’re saying is somewhat complicated but seems to make sense. But still, that doesn’t explain my situation.

– You’ve decided to stay where you are for a very simple reason: your regrets, your non-acceptance, and your resistance to learn that you are imperfect. Therefore, you’ve created a wall and that haze where nothing else exists, as you said. But if you’d realize that the Creator is merciful and His love is perfect, and that not only you, but we all have a long way to go before we reach perfection, instead of burning in disappointment, you would ask for His mercy and His love would immediately shelter you. The moment you decide to go towards God, a marvelous light will pull you out of the haze because He doesn’t punish anyone. Believe me, just ask for the Light and it will appear and attract you in a wonderful way towards the true life that is awaiting you and us all. You’re right, you’re in a living hell but it’s voluntary, it’s not punishment. Now that you have understood that the only form of harmony is love, go towards it.

– You say beautiful things but they’re unbelievable. You’re not going to tell me that I can wish light into reality after all of this time I’ve spent in the dark. It’s true that beings have occasionally come to me, trying to persuade me of what you’re saying but I haven’t believed it because I think they’re telling the same lies I heard during my life on Earth. What you’re saying now is very similar. How can you know what’s happening if you’ve never been here?

– Because like you, I’ve helped many other lost souls see the Light, and they’ve told me what they’ve seen. Don’t you realize that both you and I are being helped and receive direction from higher spiritual beings that lead us to God? I’m nothing but an interpreter because you’re still vibrating in the terrestrial frequency that you haven’t decided to free yourself from, making that communication more fluid.

– I’m yet to believe those tall tales that God is the Whole and the rest of that bunk, it’s nothing but gibberish. I don’t think you know any more than the priests who don’t know anything at all. I’m frustrated and am leaving. I’ll see you, or maybe not, let others listen to your babble but not me.

He came back to speak to me again a few days later.

– You tell me things I’ve never heard, which is why I don’t believe you. You’re correct to say that I was generous with my family. I’ve considered that and it is part of my perfection but I failed with everything else, I wasn’t the irreproachable man I appeared to be and can’t forgive myself for that. The spirit that I am now is rebellious, having lost its body and its life, and does not believe in anything except for what it left behind.

I insisted that he look for God’s Light and he finally decided to search for it.

– I’m starting to believe you; I’m stubborn and proud. I’m going to ask for that light you speak about, maybe God does exist and my denying it has me here. I’m beginning to see a shimmering light. I don’t know where it’s coming from but I’m going in its direction because it’s inviting me, it’s warmth, a sensation of fulfillment, it’s forgiveness and love, indeed, something I rarely felt; I can’t describe this light that’s so expansive and embraces me. I see beings coming towards me, the spirit that I am finally feels liberated thanks to your help; forgive me for having been so rude to you. If you only knew how amazing this is! God exists, He must exist because this light comes from Him; it couldn’t be any other way.

Everything in life happens for a reason; there is a lesson to be learned. On another occasion, a young man was kidnapped and murdered. His mother, who was desperate, came to me in pain, eager for revenge. I explained that her feelings of vengeance would not help her, and much less, her son, because they would tie him down to this dimension. After many sessions doing forgiveness meditation, she said: “Carmen, I have finally understood and forgiven; I feel totally released.” Some time later, her son spoke to her through me saying that his death had been programmed before, and that the pain it caused her served for her to seek spirituality.

Resentment causes bitterness and unhappiness while forgiveness is liberating.

La muerte no existe (Death does not exist)

English version of this article can be found below.

Cómo es que no existe la muerte si es la única certeza que tenemos, que algún día, todos sin excepción,  dejaremos este mundo. Sin embargo,  no moriremos porque la llamada muerte es  sólo un paso a otra dimensión, a la verdadera vida que se encuentra en el Mundo Espiritual. Somos seres espirituales tomando una experiencia en el mundo físico y para podernos manifestar en él,   necesitamos de un cuerpo físico. Cuando acabamos con lo que nos propusimos experimentar al bajar a la densidad del mundo material, dejamos el  “vestido” que nos sirvió para manifestarnos y nos regresamos a nuestra auténtica morada.

La muerte no existe ya que somos eternos. Nos originamos en la Fuente de Toda Vida a la que se le llama Dios, Creador, Conciencia Universal , que siempre ha sido y siempre será.  Lo que se entiende por muerte en el mundo físico no es más que un cambio de estado; salir del mundo dual y regresar adonde pertenecemos realmente, a nuestro verdadero hogar.  Al acabar con la experiencia que nos propusimos tener en la Tierra, desechamos el cuerpo que nos sirvió para manifestarnos en ella. La muerte, como final del ser humano, no es. Se trata de cerrar un capítulo de la vida que es eterna, de una experiencia en el plano físico que se puede comparar con una pieza de teatro. Acabado  el guión, se sale del  teatro.

Venimos a esta dimensión del mundo material para vivir una experiencia que nosotros mismos diseñamos de antemano con el objeto de corregir nuestros errores y abrirnos al reconocimiento de nuestro verdadero Ser. Cuando decidimos bajar a la densidad de este plano aceptamos olvidarnos de quienes somos en realidad, es decir, una partícula integrante del Creador, de dónde venimos, a dónde hemos de regresar y cubrirnos de ignorancia de lo que se trata la vida aquí.

El Creador de todo lo que existe, Fuente de Energía Universal que conforma  todo, desea  manifestarse porque Él es vida y movimiento continuo.  Al manifestar su poder creativo lo hace proyectando su energía en multitud de chispas de luz que llevan partículas de su conciencia. Esas chispas de luz son todos los seres conscientes que abarcan desde los ángeles y arcángeles hasta los seres evolutivos que se sitúan en el mundo físico.

Estos últimos, que somos los seres humanos, hemos deseado experimentar la aventura de entrar en el olvido de lo que somos, sentirnos separados y solos, enfrentar el sufrimiento y la alegría y redescubrir poco a poco la maravilla de nuestro verdadero ser infinito. Nos limitamos voluntariamente para experimentar el sacrificio de estar separados en conciencia, ya que formamos, con la creación y el Creador, una unidad indivisible.

¿Cuál  ha sido el objetivo de esta experiencia? Somos voluntarios ejecutantes del deseo del Creador de que experimentemos lo que NO-ES ,  lo contrario de nuestra  realidad para descubrirla después de muchas experiencias. Esto parecería a primera vista un absurdo: ¿Por qué siendo parte del Absoluto y siendo inmensamente felices deseamos probar lo opuesto? La necesidad de experimentar diferentes situaciones, de expandirnos desarrollando nuestro poder creativo, nos llevó a aceptar ese reto.

El estar en el mundo del olvido provoca miedo y el miedo es el responsable de lo que llamamos maldad. Es el miedo el que nos lleva a agredir a nuestros semejantes, el que nos empuja a desear poseer efectos materiales, a tratar de controlar a todos y a todo, lo que se traduce en poder. El ser humano está abrumado por deseos  y al haber perdido de vista que es parte del Todo, entra en un estado de insatisfacción continuo, lo que lo lleva a desear  lo que cree le llenará su vacío existencial, cuando en realidad nunca está solo ni separado y por lo tanto no necesita nada.

El sufrimiento nace de los deseos incumplidos y estos son la trampa del mundo físico. No se necesita desear lo positivo porque en realidad es lo único que existe. Nuestra esencia es armonía, felicidad, unidad, y lo que se vive en el mundo dual difícilmente es verdad porque se vive en un sueño irreal. Es por eso que se tienen deseos de todo tipo, para tapar la infelicidad que produce la separación. Basta con despertar a nuestro ser real para Ser y en ese estado no se necesita desear nada porque se tiene todo, los deseos desaparecen, sólo se experimenta la plenitud que no admite ninguna carencia: se es todo con el Todo. Despertar a la única realidad que es la unión con todo lo que es, se logra únicamente a través del amor.

Death does not exist

How is it that death does not exist when it is the only certainty we have, that one day, all of us, without exception, will leave this world. However, we will not die because the so called death is just a step into another dimension, to the real life found within the Spiritual World. We are spiritual beings living an experience in the physical world and to be able to manifest ourselves in it, we need a physical body. When we are finished with what we set out to experience in the material world’s density, we leave the «gown» in which we manifested and return to our real home.

Death does not exist because we are eternal. We originated from All Life’s Source, also known as God, Creator, Universal Consciousness, who has always been and will always be. What is understood as death in the physical world is no other thing than a change of state; an exit from the dual world, a return to where we truly belong: our real home. When we finish the experience we posed to have on Earth, we cast aside the body we used to express ourselves there. Death as an end to the human being is not real. It’s more about closing one more of eternal life’s chapters, an experience within the physical realm which can be compared to a theatrical play. If the script ends, the exit follows.

We come to this material dimension to live an experience designed by ourselves beforehand with the purpose of mending our errors and opening ourselves to the acknowledgement of our true Self. When we decide to descend into this plane’s density we accept to forget who we really are, that is, an integral particle of the Creator, which is where we come from, where we are to return and we cover ourselves with ignorance of what life here is about.

The Creator of all that exists, a Source of Universal Energy that makes up everything, wishes to manifest because He is life and continuous movement. When manifesting his creative power he does so projecting energy through a multitude of sparks of light which carry particles of his own consciousness. These sparks of light are all the conscious beings that include from angels to archangels, all the way down to the evolutionary beings located in the physical world.

The latter, which are the human beings, have desired to experience the adventure of forgetting who they truly are, to feel separate and alone, to face suffering and joy and slowly rediscover the wonders of our real infinite Self. We voluntarily limit ourselves to experience the sacrifice of being separated in consciousness, since we form, with the entire creation and the Creator, an indivisible unit.

What is the purpose of this experience? We are voluntary performers of the Creator’s wish to experience ourselves in what IS-NOT, in what is contrary to our reality in order to discover it after many experiences. At first, this might appear to be absurd: Why, if we are a part of the Absolute and are immensely happy living within it, shall we desire to try living its opposite? The need to experience different situations, to expand ourselves by developing our creative power, led us to accept this challenge.

To be in the world of forgetfulness causes fear and fear is responsible for what we call evil. It is fear which leads us to hurt our equals, it pushes us to wish the possession of material effects, to try and control everyone and everything, which results in power. The human being is overwhelmed by wishes and due to having lost sight of its sense of belonging to the Whole, it enters into a state of continuous dissatisfaction, which leads it to desire what it believes will fill its existential emptiness, when in reality it is never alone nor separate, and is thus in need of nothing.

Suffering stems from unfulfilled desires and these are the trap of the physical world. To wish the positive is unnecessary because it is the only thing that actually exists. Our essence is harmony, happiness, joy, unity, and what is experienced in the dual world is hardly true because we live in an unreal dream. That is why we have all kinds of wishes, to cover up the unhappiness produced by separation. To awaken our real self is enough to Be, and in that state one needs not to desire anything because one has everything already, so wishes disappear, only the completeness that does not accept any scarcity: one is everything with the Whole. To awaken to the only reality which is the union with everything that is, can only be achieved through love.