La comunicación con los diferentes planos del mundo espiritual es constante puesto que somos todos UNO. Quienes trascendieron, siguen siempre en contacto con aquellos que dejaron en el mundo físico para ayudarles a encontrar el camino de la evolución. Aunque no nos demos cuenta mientras tenemos cuerpo físico, estamos asistidos durante toda nuestra vida por nuestros guías y seres queridos que se encuentran ya en la verdadera vida. Se puede percibir su ayuda si atendemos nuestra intuición.
Muchas personas quieren comunicarse con quienes han fallecido, ya sean sus familiares, amigos o cualquier otra persona que trascendió. Lo solicitan a través de quienes tienen la facultad de entrar en contacto con otras realidades a las que se les conoce como médiums.
Hay un peligro en esta búsqueda porque nunca se puede saber con certeza quien es el corresponsal. Pueden entrar en comunicación entidades sumamente negativas que se hacen pasar por la persona requerida y lo único que se consigue en esos casos, es confundir y en ocasiones inclusive hacer daño. Como esas entidades pueden leer los pensamientos de sus víctimas, les dicen lo que ellos esperan oír o, en muchas ocasiones, les provocan jugarretas muy negativas.
Cuando dicen que quedaron asuntos pendientes y que no pudieron despedirse, lo que quedó pendiente ya no es para ellos, es quien se queda el que tiene que solucionarlo. En cuanto al tema de la despedida, nosotros podemos hablar con ellos cuando queramos porque ellos nos escuchan en donde quiera que se encuentren.
Veamos lo que nos dicen los guías espirituales sobre el tema.
No se debe buscar el contacto con los que se fueron, puesto ya que no les corresponden los problemas que dejaron. A los que se quedan les toca crear las circunstancias para resolverlos. Y si a pesar de esto el problema persiste, es porque al encarnado le es necesaria esa situación para superarla y avanzar así en su evolución.
No se les da lo que no necesitan saber. Cuando nos hacen preguntas no se les puede contestar, uno porque ustedes tienen que seguir el curso de su vida, actuando con su libre albedrío y no siguiendo indicaciones de otros y segundo porque nuestra manera de ver lo que sucede en el mundo físico es desde otro punto de vista, que es lo que se necesita para crecer y evolucionar.
Esta perspectiva a veces no se entiende mientras se está encarnado porque se está muy limitado con el cuerpo físico y nos es difícil entender lo que nos conviene vivir para avanzar. Se trata, en muchas ocasiones, de obstáculos a superar, justamente con el objetivo de desapegarse del atractivo que ofrece el mundo material, o para compensar acciones negativas del pasado y así obtener el equilibrio perdido.
Cuando el alma sale del mundo físico, si no se queda atrapada en el Bajo Astral, accede al Mundo Espiritualque es la verdadera vida. En ese plano la vida es muy distinta de la que acaba de dejar y los intereses de la Tierra ya no son para él. Tiene que adaptarse a su nuevo estado, además de que su percepción de la realidad es otra. No por eso se aleja de sus seres queridos, por el contrario, se interesa en ellos desde otro ángulo que es en su adelanto espiritual. Trata de ayudarlos a encontrar el camino de la evolución personal y por su parte, trabaja en erradicar sus defectos para ascender al siguiente plano.
Por lo tanto, no es útil tratar de contactar a los que ya se fueron porque es interrumpirlos en su proceso, además de lo que ya hemos dicho, nunca se puede saber al invocarlos quien está del otro lado. Ellos se presentan cuando necesitan ayuda, porque están desorientados o tienen algo que decir de utilidad espiritual y se les permite.
Los rezos y los sentimientos de amor que les dirigimos les llegan como un bálsamo y les ayudan en su proceso. Cuando un alma que se encuentra ya en la verdadera vida, trátese de un ser querido o de un guía, ayuda a un encarnado a elevar su conciencia, el adelanto espiritual que logra éste le sirve de igual manera a esa alma para avanzar. Todos estamos conectados.
El amor es lo que nos une al Todo y es la base de la existencia.